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Alimentación: El Hambre y la Malnutrición en el Mundo
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De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2009 05:49
El Hambre y la Malnutrición en el Mundo
Para llevar una vida sana y activa necesitamos disponer de alimentos en cantidad, calidad y variedad adecuadas para satisfacer nuestras necesidades de energía y nutrientes. Sin una nutrición adecuada, los niños no pueden desarrollar su máximo potencial y los adultos tienen dificultad en mantenerlo o acrecentarlo.
Puesto que no todas las personas tienen acceso a los alimentos que necesitan, el hambre y la malnutrición constituyen un fenómeno de gran alcance en el mundo. Hoy en día casi 800 millones de personas sufren de subnutrición crónica y no pueden obtener alimentos suficientes para satisfacer siquiera sus necesidades energéticas mínimas. Aproximadamente 200 millones de niños menores de 5 años padecen síntomas de malnutrición aguda o crónica, cifra que aumenta en los períodos de escasez estacional de alimentos y en épocas de hambre y desórdenes sociales. Según algunas estimaciones, la malnutrición es un factor importante entre los que determinan, cada año, la muerte de aproximadamente 13 millones de niños menores de 5 años por enfermedades e infecciones evitables, como sarampión, diarrea, malaria, neumonía y combinaciones de las mismas.
La gran mayoría de las personas subnutridas vive en Asia y en el Pacífico. Esta región, donde reside el 70 por ciento de los habitantes de los países en desarrollo, alberga casi dos tercios (526 millones) de la población subnutrida. Solamente en la India viven 204 millones de personas subnutridas, y en la subregión de Asia meridional se concentra más de un tercio (284 millones) del total mundial. Otro 30 por ciento (240 millones de personas) vive en el este y sudeste de Asia, donde más de 164 millones de los 1 200 millones de habitantes de China sufren de subnutrición. Casi la cuarta parte de las personas subnutridas vive en la región del África subsahariana, que es también la que registra la proporción más alta de población subnutrida. La situación es especialmente grave en África central, oriental y meridional, donde el 44 por ciento de la población total se encuentra subnutrida.
La malnutrición es una de las primeras causas del nacimiento de niños con peso bajo, así como de problemas de crecimiento. Los niños con peso bajo al nacer que sobreviven tienen muchas probabilidades de sufrir retraso del crecimiento y enfermedades durante la niñez, la adolescencia y la vida adulta y es probable que las mujeres adultas con retraso del crecimiento perpetúen el círculo vicioso de la malnutrición dando a luz niños de bajo peso. Asimismo, se va perfilando una vinculación entre la malnutrición en edad temprana - incluido el período de crecimiento fetal - y la futura aparición de problemas crónicos de salud como cardiopatías coronarias, diabetes o hipertensión. En los países en desarrollo nacen cada año alrededor de 30 millones de niños con retraso del crecimiento a causa de su mala nutrición en el seno materno.
La malnutrición en forma de carencias de vitaminas y minerales esenciales continúa siendo causa de enfermedades graves y muerte para millones de personas en todo el mundo. Más de 3 500 millones de personas se ven afectadas por carencia de hierro, 2 000 millones están expuestas al riesgo de carencia de yodo y 200 millones de niños en edad preescolar tienen carencia de vitamina A. La carencia de hierro puede causar retraso del crecimiento, reducir la resistencia a las enfermedades y perjudicar a largo plazo el desarrollo mental y motor y las funciones reproductivas; además provoca aproximadamente el 20 por ciento de las muertes relacionadas con el embarazo. La carencia de yodo puede causar daños cerebrales irreparables, retraso mental, fallos en las funciones reproductivas, disminución de la tasa de supervivencia infantil y bocio, y en una mujer embarazada podrá determinar diferentes grados de retraso mental en el niño que nacerá. La carencia de vitamina A puede provocar ceguera o muerte en los niños y contribuir a reducir su crecimiento físico y su resistencia a las infecciones, con el consiguiente aumento de la mortalidad de los niños pequeños.
Aun manifestaciones leves de estas deficiencias pueden limitar el desarrollo de un niño y su capacidad de aprendizaje a edad temprana, determinando deficiencias acumulativas en su rendimiento escolar. Ello da lugar a mayores niveles de deserción escolar y a una elevada carga de analfabetismo en las poblaciones futuras. Muchos de los efectos más graves de las carencias de estos tres importantes micronutrientes podrían aliviarse considerablemente asegurando un suministro adecuado de alimentos y una dieta variada que proporcionen las vitaminas y los minerales necesarios.
En muchos países están aumentando los problemas de salud relacionados con una alimentación excesiva. La obesidad en los niños y adolescentes se asocia con varios problemas de salud, y su persistencia en la vida adulta tiene consecuencias que van desde un aumento del riesgo de muerte prematura hasta diversas enfermedades que no son mortales pero que debilitan el organismo y reducen la productividad. Estos nuevos problemas no afectan solamente a las poblaciones de los países industrializados; un número cada vez mayor de países en desarrollo sufre, al mismo tiempo, problemas de subnutrición y enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación. Además, la contaminación de los alimentos por microbios, metales pesados y plaguicidas obstaculiza la mejora de la nutrición en todos los países del mundo. Las enfermedades transmitidas por los alimentos son comunes en muchos países, y los niños son sus víctimas frecuentes, al sufrir diarreas que determinan pérdida de peso y emaciación, así como niveles elevados de mortalidad infantil.
Sean leves o graves, las consecuencias de la malnutrición y la mala salud radican en una reducción de los niveles generales de bienestar, calidad de vida y desarrollo del potencial humano. La malnutrición puede producir pérdidas de productividad y económicas, ya que los adultos que padecen transtornos nutricionales o enfermedades relacionadas con éstos no se encuentran en condiciones de trabajar; pérdidas en el ámbito educativo, debido a que los niños están demasiado debilitados o enfermos para asistir a clases o aprender como debieran; costos médicos inherentes al cuidado de quienes sufren enfermedades relacionadas con la nutrición; y costos para la sociedad que debe cuidar de los discapacitados, y a veces también de sus familias.
A lo largo del siglo pasado se registraron progresos considerables en cuanto a la cantidad y calidad de los alimentos disponibles en el mundo y al estado nutricional de la población. Gracias a que el suministro mundial de alimentos se ha mantenido a la par con el crecimiento de la población, y de que los servicios de salud, educativos y sociales han mejorado en todo el mundo, el número de personas que padecen hambre y están malnutridas ha disminuido considerablemente. Sin embargo, el acceso a cantidades suficientes de una variedad de alimentos seguros y de buena calidad continúa siendo un grave problema en muchos países, incluso en lugares donde el suministro nacional es adecuado. En todos los países siguen existiendo ciertas formas de hambre y malnutrición.
Acabar con el hambre supone, como condición previa, que se produzcan suficientes alimentos y que éstos estén disponibles para todos. Sin embargo, cultivar alimentos en cantidades adecuadas no asegura la erradicación del hambre. Es preciso garantizar el acceso de toda la población, en todo momento, a alimentos nutritivos e inocuos, en cantidad suficiente para llevar una vida activa y sana, en síntesis, la seguridad alimentaria. Se necesitan mayores esfuerzos en todo el mundo para garantizar la seguridad alimentaria y así erradicar el hambre y la malnutrición, junto con sus terribles consecuencias, entre las generaciones actuales y futuras. La contribución de cada uno de nosotros (a través del intercambio de información, la solidaridad y la participación en actividades) es absolutamente necesaria para garantizar el derecho fundamental de todos los seres humanos a vivir en un mundo libre del hambre.
Ver también la nota informativa sobre el Día Mundial de la Alimentación y el documento temático "Un milenio libre del hambre", disponible en el sitio web de la FAO (www.fao.org).


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