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Salud: DE LA RELACION TERAPEUTICA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 28/07/2009 15:42
DE LA RELACION TERAPEUTICA
FRAGMENTO DEL SEMINARIO EL SENDERO
MÉXICO
SEPTIEMBRE 2000.
Bueno, entonces el problema de la relación terapéutica es el problema de la transmisión de información, somos canales que transmiten un mensaje, pero una cosa es el mensaje, otra es la señal, otra el ruido y otra es la recepción.
Nosotros transmitimos información, siendo esa información nada menos que nuestra vida misma. Nosotros no podemos dar ni mas ni menos que la vida. Cuando nos damos nos damos enteros, detrás de tu palabra, detrás de tu terapéutica estás tu enterito con tu dolor, con tu alegría, con tu ignorancia, con tu miseria, con tu historia, con tu cultura, realmente ahí estás en cada segundo contenido.
Pero si tu ya los sabes, si tu ya lo sientes o lo intuyes y puedes mejorar la forma como transfieres esa información, porque el problema es de transferencia, no es cierto que haya que eliminar el asunto de las transferencias, es todo lo contrario, nos tenemos que entregar enteros. La relación terapéutica no puede ser una relación aséptica. Yo te tengo que tocar, me tienes que tocar y no desde afuera, desde la piel sino desde la piel del corazón, desde adentro y para eso tenemos que ser canales.
Un sanador siempre es un canal, es un canal del espíritu, es un río del amor, es un canal de la materia, es un canal molecular, es un canal de la energía electromagnética, es un canal pulsado desde el instrumento del corazón, es un canal que representa para el paciente una sintonía total, es un universo. Es la sinfonía del universo pasando a través de mi corazón lo que puede sanar.
Hablábamos de la atención, en la atención yo renuncio al mundo, yo renuncio al universo para que el mío, esa interpretación del universo que vive en mí sea el tuyo, yo me consagro a ti. La terapéutica es una consagración; la consulta es una sagrario, no nos las paredes, el cuerpo es un sagrario, no solo es el cuerpo físico.
De la misma manera como estamos en este auditorio y nos vivimos dentro de los muros si no en el pasillo. En el pasillo interior, en el vórtice de la consciencia de ese cuerpo que habitamos se crea el sagrario y me consagro a integrar la vida dándose esta integración cuando yo empiezo a prestar atención.
La primera clave del sanador quien es un servidor es entender, es cuidar. Atender y cuidar es exactamente igual. Cuando yo te atiendo te cuido, te abrazo, te restauro el ritual de desarrollo; soy el padre y la madre, el confesor, el amigo que tu me estás pidiendo. Yo te completo y tu me completas en ese instante. Pero en ese instante mágico en el que arde el fuego del amor al interior del templo del cuerpo, en el que se inicia la relación porque yo te presto atención, porque te presto el instrumento de mi cuerpo para que tu lo toques con tu voz y entre los dos produzcamos la música de la relación.
En ese momento surge algo muy bello y es un movimiento, una atención interior que se llama intención. Intención es fuerza magnética. Es motivo, es móvil, es amor en movimiento interior. Intención es la fuerza de la relación terapéutica. Primero es atención, elimino mis tensiones, elimino mis expectativas, mis programaciones; estoy sin
ninguna división. La atención en el otro me lleva y “por el olvido de mi mismo” a entrar en la ausencia total de tensión, la ausencia total de turbulencia, cuando yo te escucho lo hago desde mi silencio y en ese silencio tu imagen me puede impresionar. Asi puedo tener una imagen terapéutica. Así te conozco. No te conozco por la voz ni por la mirada, ni por las palabras sino que estamos en lectura espiritual en ese momento.
Yo te conozco “desde adentro”, en pasado, en presente, en futuro, total, sincrónico, como eres, más allá de las máscaras, más allá del dolor, “ en toda la luz y el amor que se revela detrás del símbolo de tu cuerpo” y ahí empiezo a conocerte.
Y cuando empiezo a conocerte nace en mí un motivo, el cual es chispa, es lo que enciendo el leño en mi corazón, es lo que enciende la hoguera de la relación. Y ese motivo es tensión interior. Yo salgo de la atención que es eliminar el ruido del Universo, insustancial externo, del cerebro externo, de la mente concreta, de la memoria y empiezo a introducirme en ese Universo interior, en ese Universo sagrado de la intención. En el Universo sagrado del motivo y en ese Universo nace mi poder terapéutico. El poder del terapeuta es fuerza magnética atractiva, así podemos definir la condición del amor.
Cuando yo logro que tu no estés frente a mí, que allí y acá se vuelvan siempre interiores; cuando yo logro que tu imagen total, no solo la imagen de tu cara o de tu sonrisa sino la imagen de tu SER esté en mi corazón y cuando yo te pueda sentir totalmente en mi corazón, nace la pureza magnética. La pureza magnética ES LA CONDICIÓN ESENCIAL DEL SANADOR, ahí comienza espiritual y no es producto de un segundo de inspiración, es producto de toda tu vida, de tu pureza de vida, es tu visión del mundo; como ves el mundo, como sientes el mundo, que imagen tienes de él, cual tienes de ti. Todo eso esta ahí empaquetado en la terapéutica como una medicina.
Autor: Dr. Jorge Carvajal Posada
Derechos reservados VIAVIDA, S.A.


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