Se llama Jen Maestre. Es una peculiar artista de 49 años. Sus obras están hechas con lápices que han sido previamente afilados para darle una forma orgánica al conjunto. Las esculturas parecen recreaciones de extraños erizos de mar. Para elaborar cada una de estas obras de arte, expuestas en varios certámenes, Jen invierte más de dos semanas. Hay que afilar todos los lápices, dándoles el mismo tamaño y coserlos, con paciencia y soltura, para que el conjunto adopte la forma dibujada en la mente de la artista.
Cada lápiz tiene una longitud de una pulgada, 2,54 cm. Para unirlos debe agujerearlos con precisión, si no lo hace no podrán ser cosidos. La obsesión de Maestre por las criaturas espinosas comenzó cuando era alumna del Massachusetts College of Art. Lleva ya diez años haciendo estas esculturas.
Su inspiración surge espontáneamente. Cuando está construyendo una figura aparece la idea de la próxima. Maestre ha dicho que todas sus esculturas se inspiran en la forma y función del erizo de mar.
Es tal el éxito alcanzado por la artista que sus esculturas se pueden vender al precio de 5.ooo dólares, alrededor de 3.600 euros, en la galería de Massachussets en la que muestra su trabajo.