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Estamos viéndolo en televisión y algunas ciudades han sido literalmente empapeladas con el "bolsa, caca". De la campaña, desde el punto de vista técnico, hay poco que decir: producción de bajo coste, argumentos básicos —y con ello, contundentes—, y un slogan que de zafio que es puede resultar hasta eficaz. ¿Quién está detrás? Aunque por hechuras tiene pinta de campaña institucional, la firma una web llamada echaleunamanoalmedioambiente.com. Al entrar en ella nos encontramos que en realidad estamos en una web de Carrefour, la primera cadena de distribución que, con enorme ruido mediático, ha empezado a eliminar las bolsas desechables en sus grandes superficies. Pero veamos los agentes que en el proceso están moviendo pieza.
Carrefour y Eroski. Carrefour está regalando bolsas de rafia reutilizables —que serán de pago—. Estas bolsas no son reciclables. Por su parte, Eroski "descuenta" un céntimo por cada bolsa que sus clientes dejen de usar en favor del carro o del capazo.
No puede ser casualidad que al unísono se hayan puesto de acuerdo. Las marcas blancas, y ellos son las las marcas blancas, están siendo denostadas por los fabricantes con una complicidad inaceptable y diríase que mamporrera de los grupos de comunicación, también aquí hemos hablado de ello. Lejos de entrar a ese trapo, los grandes de la distribución se unen para alzar la bandera de la cruzada antibolsa. Por un lado, proyectan así una imagen concienciada y responsable de sí mismos. Pero además, no está tan claro que no vaya a reportarles beneficios. Objetivamente, se ahorran las bolsas que antes regalaban, y que en millones de hogares eran reutilizadas como bolsas de basura.
La industria del plástico. Estaban tardando en saltar. Esta semana, el presidente de la Asociación Española de Industriales de Plásticos manifestaba que la decisión de las dos grandes superficies comerciales Carrefour y Eroski de retirar las bolsas gratuitas de sus establecimientos responde "sólo" a una estrategia de márketing, impulsada por intereses económicos y criticaba que el modelo reutilizable que piensan importar de china "no es del todo inocuo con el medio ambiente como hacen creer", afirmando además que «pretenden dar una imagen pública de sostenibilidad cuando la realidad es que van a obtener muchos beneficios».
Los consumidores. En principio, parece que en la cuestión de fondo están bastante de acuerdo: se consumen demasiadas bolsas y un pequeño esfuerzo individual merece la pena. Sin embargo, las dudas surgen ante la sensación de que no todo es transparente, y que ya son demasiadas las veces que las marcas y anunciantes apelan a la conservación del planeta y la sostenibilidad cuando detrás están sólo sus intereses económicos. Son mayoría los hogares en los que las bolsas del híper son reutilizadas, ya sea para los residuos orgánicos, o para los excrementos de las mascotas. Ahora habrá que empezar a comprarlas... ¿dónde? Pues en el híper, evidentemente.
La duda ética
¿Es ético utilizar en publicidad argumentos relacionados con valores como la solidaridad, o la sostenibilidad y el medio ambiente, cuando en realidad subyacen los intereses económicos de las compañías? Las compañías energéticas, el caso de Coca-cola , ahora Carrefour... es un debate que el sector publicitario debería abordar pronto. Entre tanto, nosotros lo proponemos a los lectores en los comentarios.
Y para acabar, la sonrisa
No podía faltar un elemento más en todo este asunto: el humor. Éste es un país de frikis, todos los somos en mayor o menor medida. Existe un grupo en Facebook titulado Señoras con la bolsa en la cabeza cuando llueve.
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No dejaría de ser anecdótico si no fuera porque tiene más de noventa y un mil seguidores. En su foto de perfil aparecen dos señoras cuyas bolsas son, no podía ser de otro modo, de Carrefour.
Por ÁLVARO SOBRINO | EDUARDO BRAVO