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Socio-Política: ¿Cuándo empieza la guerra?
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De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 16/10/2009 21:52 |
¿Cuándo empieza la guerra?
Las tres razones del desenlace militar EEUU-Israel-Irán
El desenlace militar de la guerra (latente) EEUU-Israel-Irán en Medio Oriente no está determinado por ningún calendario oficial sino por razones que tienen que ver con los intereses estratégicos que juegan en el conflicto. El desarrollo del poder económico- nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses capital-imperialistas-militares de EEUU y el eje sionista en la región del Medio Oriente y en todo el planeta. La hora y la fecha del desenlace no es un juego de "acierto conspirativo", sino un emergente (lógico y matemático) de los tres frentes en los que se desarrolla el conflicto.
Por Manuel Freytas
A) La "guerra latente"
La semana pasada, en medio de nuevos rumores de un ataque israelí a las usinas nucleares de Teherán, el clima enrarecido de las relaciones entre EEUU e Irán volvieron a tensionar al Golfo Pérsico, una región inflamable y militarizada, donde repercuten, resumido en uno solo, todos los conflictos del Medio Oriente con el petróleo como detonante.
Desde enero del 2006, la mayoría de los medios, analistas y expertos militares de EEUU y Europa vienen coincidiendo en que EEUU, Gran Bretaña e Israel, ya tienen preparado un plan de ataque contra Irán, que se lanzaría luego de agotada la "opción diplomática" en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Según advierten medios árabes, judíos y estadounidenses, todo hace presagiar un desenlace militar activado por la plana mayor israelí que busca -según su propia definición- desactivar la capacidad nuclear de Irán antes de que consiga la bomba, e impedir que Hezbolá siga incrementando sus arsenales militares en Líbano y que Hamás vuelva a solidificarse en Gaza.
Por medio de advertencias constantes, el estado mayor israelí lanza señales claras de que está dispuesto a lanzar un "hecho consumado" (operaciones simultáneas y sincronizadas) contra el eje Irán, Siria-Líbano-Gaza, para implicar a Washington en el conflicto.
Los planes militares en existencia para atacar Irán, fueron revelados por la mayoría de los más influyentes medios norteamericanos así como también los denunciaron los principales medios y analistas europeos que describieron, incluso, un comité especial del Pentágono para ejecutarlo.
En julio de 2008, el entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, volvió a reinstalar la cuestión de un conflicto militar con Irán afirmando que el Pentágono ya tenía listos planes opcionales para lanzar una guerra contra la nación islámica.
Pero nadie (salvo unos pocos analistas en los medios alternativos) explica con claridad el porqué y el para qué del conflicto, sus causas determinantes y la complejidad de intereses estratégicos que se encuentran en juego.
Esta situación de ausencia de análisis estratégico (a nivel de la comunicación masiva) convierte el conflicto de Medio Oriente en una especie de torneo de amenazas y réplicas bélicas, donde lo más importante no es la comprensión (el entendimiento) del proceso sino el acierto "conspirativo" de la fecha en que EEUU va atacar a Irán, que las agencias y cadenas sionistas convierten falsamente en "información objetiva".
B) Los frentes simultáneos
Dentro de una síntesis estratégica, la perspectiva del conflicto del eje Irán, Siria, Líbano y Gaza (con Irak como telón de fondo) con el eje EEUU, Israel, Gran Bretaña, Alemania y Francia (con Rusia y China como potencias "árbitros), combina tres escenarios fluctuantes y simultáneos:
A) El frente de "guerra diplomática", B) el "frente de "guerra psicológica" (o batalla de la propaganda), y C) el frente de "guerra militar" (la batalla final por el control estratégico de Medio Oriente).
En forma permanente, el Departamento de Estado y la Casa Blanca, así como el gobierno teocrático de Teherán, juegan a tres estrategias opuestas y convergentes: operaciones psicológicas con versiones y rumores, escalada de presión militar y negociación diplomática, ejecutadas combinadamente.
Las estrategias opuestas y convergentes de Washington y de Irán tienen dos líneas claras: guerra propagandística con acusaciones y amenazas, despliegue militar (presión) y lenguaje bélico de extrema dureza, combinados con ofertas permanentes de negociación diplomática (diálogo).
Tanto Washington como Teherán se valen de esos tres instrumentos simultáneos (la propaganda, la estrategia de presión militar y la negociación diplomática) para dirimir complejos intereses económicos, geopolíticos y militares en juego, cuya permanencia en el tiempo superan a las personas o a los partidos en el gobierno.
En un ámbito de definición estratégica, la "guerra militar" (impulsada por intereses estratégicos y de supervivencia) llegará con el agotamiento inevitable del ámbito de "negociación" en la ONU para estirar el desenlace ("guerra diplomática"), y con el agotamiento de la "guerra psicológica" (disuadir al enemigo para que no ataque antes de tiempo).
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 21:54 |
C) La "guerra psicológica"
Para tener más en claro lo que, en estos momentos está pasando en Medio Oriente, hay que imaginar a los dos enemigos centrales (Irán y EEUU-Israel) sentados frente a un tablero de ajedrez y enviándose señales y amenazas mutuas antes de comenzar la movida final.
Mientras tanto, y paralelamente con el "frente diplomático" de la guerra en la ONU, los "movimientos y señales militares" forman parte de la acción psicológica que le permiten -tanto a Washington como a Teherán- mensurar y valorar, mediante la resonancia mediática, la repercusión real de un enfrentamiento militar en la opinión pública internacional.
Además, los ejercicios y simulacros militares (con compras de armas y advertencias de ataque) de Irán, Siria e Israel, son simultáneos a los movimientos y las "señales" militares-nucleares de EEUU en el Golfo -registrados minuto a minuto por las grandes cadenas internacionales- y se orientan a poder llegar al "desenlace militar" en la posición más ventajosa posible.
Los ejercicios militares y exhibición de armamento sofisticado por parte de Irán, EEUU e Israel, la presencia de los tres grupos aeronavales con capacidad nuclear de EEUU frente a las costas de Irán; los movimientos de tanques y tropas sirias en la frontera, las distintas operaciones aéreas y terrestres relámpagos de Israel en Siria, Líbano y Gaza, las "advertencias" continuas del régimen de Teherán sobre su reacción militar frente un potencial ataque, etc, son parte de la "guerra psicológica" disuasiva que ambos frentes en conflicto vienen lanzando para ganar tiempo y posicionarse con ventaja en el tablero del desenlace final con la "guerra militar".
D) La estrategia de la "disuasión"
En el terreno operativo, el juego de la "disuasión militar" (ejercicios militares y ensayos de nuevas armas) le sirve a EEUU-Israel, así como a Irán y Siria, para un "testeo de la guerra" con evaluación de los puntos débiles y los puntos fuertes del enemigo.
En este escenario (con los dos enemigos sentados frente al tablero y enviándose señales antes de la partida final), tanto el eje EEUU -Israel como el eje Irán - Siria, combinan alternativamente las "amenazas y advertencias" con los llamados a la "mesa de negociación" para evitar el enfrentamiento militar.
Estos chisporroteos compulsivos (y hasta esquizofrénicos) entre las "amenazas de guerra" y los llamados a la "negociación y la concordia" confunde permanentemente a la prensa del sistema y a sus analistas, ignorantes en su mayoría de las estrategias y técnicas básicas de la preparación de guerra militar como resolución final de los conflictos económicos y políticos.
Así la prensa internacional (y sus repetidoras locales a lo largo y a lo ancho del planeta) combina indistintamente la difusión de las amenazas de Ahmadineyad de "borrar a Israel del mapa", con sus (aparentemente) ridículas afirmaciones de que Irán sólo quiere la energía nuclear para "fines pacíficos".
O con las de EEUU (con Bush o con Obama) que combinan las amenazas de un "ataque militar devastador" como respuesta al desafío iraní (Bush lo llevó, incluso, al terreno nuclear) con apelaciones permanentes a su vocación de solucionar el conflicto por medio de la "opción diplomática".
O con la de Israel, que combina alternativamente las amenazas constantes de sus funcionarios y militares y sus incursiones sistemáticas en el espacio aéreo de Líbano y Siria, con llamados permanentes a negociaciones de "paz" en Medio Oriente.
Lo que a simple vista parece una actitud esquizofrénica (reflejada a diario por los titulares de la prensa internacional) , no lo es desde el punto de vista de la guerra permanente en todos los frentes que se desarrolla sin cesar desde ambas trincheras en el tablero.
En resumen, "amenazar" (disuadir) o negociar (dialogar) son instrumentos alternativos y de aplicación simultánea que tanto Washington, Tel Aviv, Damasco como Teherán, utilizan para evitar el adelantamiento de una confrontación militar abierta que -inevitablemente- va a surgir cuando los intereses estratégicos en juego colapsen y superen a la negociación y a la disuasión.
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 21:56 |
E) Las tres razones estratégicas
Los analistas y periodistas del sistema, por pereza mental y seguridad salarial, la minoría, y por ignorancia estratégica, la mayoría, enfocan el conflicto de Medio Oriente como una puja de "voluntades personales" de los gobernantes y militares de los países involucrados.
En las tesis de la prensa oficial, despojados de sus causalidades (económicas, políticas y militares) determinantes, los niveles de decisión de la "guerra" entre EEUU e Irán, quedan en manos de Obama y de Ahmadineyad, administradores eventuales y pasajeros del gobierno de sus respectivos países.
Pero, en los términos de la realidad, la hora y el día del desenlace militar del conflicto no está determinado por una agenda de voluntades, sino por un conjunto de factores (económicos y geopolítico militar) determinantes que van a eclosionar el desenlace militar.
En la escalada del enfrentamiento entre EEUU e Irán hay tres ejes centrales predominantes que van a determinar -a la larga o a la corta- una resolución militar del conflicto:
1) Irán es una pieza clave en el gran tablero de la guerra por el control geopolítico y energético mundial entre EEUU y Rusia: Frente a sus costas del estrecho de Ormuz transita diariamente más del 40% de todo el petróleo que se consume en el mundo. Esta situación define a Irán como un aliado privilegiado para Rusia, ya que se convierte en opción válida para el tendido de oleoductos que lleven el petróleo y gas rusos, y el de otras ex Repúblicas Soviéticas del Asia Central (Tayikistán, Uzbekistán, Kazajstán y Turkmenistán), hasta puertos del Golfo Pérsico y desde allí hasta los sedientos mercados mundiales. Irán, junto con Venezuela, Arabia Saudita e Irak, conforma el bloque concentrador de mayor reserva mundial de petróleo. Además, con las segundas reservas gasíferas del planeta después de Rusia. La asociación estratégica Irán-Rusia, es la carta decisiva de Putin en su guerra comercial-energética con el eje EEUU-Unión Europea.
2) Irán es una llave estratégica para el dominio y control militar de la región del Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico: Por su posición geopolítica respecto del estrecho de Ormuz, Irán juega un protagonismo esencial para el dominio y control geopolítico militar de esta estratégica y vital región. Irán convertido en potencia nuclear, y con su poder militar convencional incrementando con tecnología rusa de última generación, representa el mayor peligro existencial para la hegemonía de dominio militar e intereses de EEUU en el Golfo Pérsico y en todo el Medio Oriente. Además Irán conforma una llave estratégica para el dominio y control militar del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico), donde se concentra más del 70% la producción petrolera y gasífera mundial, un elemento clave para la supervivencia futura de las potencias capitalistas del eje USA-UE.
3) El surgimiento de Irán como potencia nuclear-petrolera-islámica pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la hegemonía del control imperialista del eje EEUU-Israel-Unión Europea en Medio Oriente : El régimen de Teherán, convertido en potencia nuclear y con un ejército movilizado de 2 millones de efectivos, con misiles de largo alcance (a los que se les podría agregar una cabeza nuclear) que pueden alcanzar Tel Aviv y cualquier ciudad israelí, además de todas las bases militares regionales de EEUU, es una espada de Damocles para la existencia futura del Estado de Israel. Irán, que controla el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40% de la producción mundial petrolera, además -con su posibilidad de tener un bomba nuclear- pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la supremacía del control económico, geopolítico y militar estratégico del poder imperial USA-UE en la decisiva región del Medio Oriente y del Golfo Pérsico.
F) El desenlace militar
En este escenario, el ataque militar a las usinas nucleares iraníes se torna inevitable, no por el "capricho" o la voluntad de los eventuales gerenciadores en Washington o Tel Aviv, sino como resultante lógico de una ecuación:
El desarrollo del poder económico- nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de los intereses capital-imperialistas-militares de EEUU y el eje sionista en la región del Medio Oriente y en todo el planeta.
La cuestión no es de naturaleza conspirativa sino matemática: Así como Rusia representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos (vitales para la supervivencia futura del eje USA-UE), Irán es la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas energéticas del Medio Oriente y preservar la existencia del Estado de Israel.
El ataque a Irán, se trata, en suma, de una resolución estratégica de frentes de conflicto por el poder mundial y la supervivencia capitalista, que supera a cualquier aventura personal de sus ejecutores de turno.
Con un dato adosado: Israel es el gatillo inevitable del desenlace militar
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 22:00 |
La escala de la supervivencia
El factor primario: Porqué el capitalismo hace la guerra y no el amor
Contrariamente a lo que predican analistas y modernos sacerdotes pacifistas del sistema, el ideario de realización de la civilización imperial capitalista no se basa en la búsqueda de la (idílica) "paz social", sino en la búsqueda de la (pragmática) guerra militar como factor primario de dominación y control a escala global. El capitalismo solo hace la "paz" cuando tiene ganada la guerra.
La "paz social" (substancia matriz del "sistema democrático" de dominio vigente) no surge a priori como un objetivo, sino como un resultante exitoso del control militar sobre las resistencias sociales que el sistema capitalista establece para mantener sus estrategias de explotación del hombre por el hombre y de concentración de riqueza en pocas manos.
"Hacer el amor y no la guerra", es un mito pacifista que se subvierte dentro de la necesidad histórica del sistema capitalista de lanzar guerras militares permanentes como método de conquista y apropiación primaria de mercados y de materias primas para el sostenimiento de su estructura económica productiva imperial.
El sistema capitalista (producto histórico de la dominación del hombre por el hombre) no se alimenta de la paz sino de la guerra concebida como el primer escalón de las políticas y estrategias de dominación (sustento de la explotación económica) a escala global.
Es más, los propios procesos históricos ya incorporaron la "economía de guerra" (emergente de la industria de la guerra) como un segmento clave de la economía capitalista que en caso de colapsar arrastraría consigo a todo el sistema a escala global.
La guerra y el dominio
La historia de la humanidad, es la historia de la conquista y de la dominación del hombre por el hombre en distintas etapas y grados de evolución transformacional que transcurren de lo simple a lo complejo.
El control del oponente es la base del dominio, a nivel del hombre y su entorno primero, y de los sistemas (políticos, económicos y sociales) que rigen las sociedades, después.
Cuando el primer hombre primitivo controló y dominó por medio de la fuerza a otro, estaba estableciendo el principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas conocidas hasta ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se da con el sistema capitalista.
La búsqueda del control y del dominio, a su vez, definen el carácter imperialista de las distintas civilizaciones (incluida la capitalista) que fueron marcando la evolución y el trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico.
Las distintas "civilizaciones" a lo largo de la historia no fueron producto de la libre creación del espíritu y de la mente humana, sino un emergente de estrategias y políticas orientadas a la conquista (militar, económica, política y social) de las clases más poderosas sobre los estamentos más débiles de la población humana.
La guerra, el uso y el control del poder militar, la capacidad de destrucción masiva, fue el factor primario que posibilitó (por medio de la conquista) que grupos reducidos de individuos (las "clases dominantes") impusieran su voluntad sobre las mayorías y las condenaran a la servidumbre y el esclavismo.
Desde la antigüedad, pasando por Grecia y Roma hasta el "sistema capitalista", las guerras fueron herramientas estratégicas (claves) para la construcción de los distintos sistemas de dominio basados en el control masivo de poblaciones para concentrar (por medio de la explotación del trabajo social) poder y riquezas económicas.
Históricamente, los "ricos" (la concentración del poder económico) no nacieron de un repollo, sino que son el emergente evolutivo y transformacional de un sistema de dominio del hombre por el hombre (el control y el dominio sobre los "pobres") que descansa en última instancia en la concentración del poder militar y en la capacidad para hacer la guerra.
Si EEUU no contara con la maquinaria nuclear militar del Pentágono, cinco flotas (aviones, barcos y submarinos) con poder nuclear y 800 bases militares distribuidas por todo el planeta con capacidad de destruir varias veces la tierra, su poderío imperial económico financiero no hubiera podido existir.
El dólar no es la "moneda patrón" del sistema capitalista por méritos propios, sino porque detrás suyo se encolumna el poderío nuclear militar de EEUU que oficia de gendarme armado para el sostén del sistema.
En un escenario siempre mutante y constante, las guerras (imperiales) evolucionaron de la colonización militar a la colonización de cerebros, sin perder su objetivo primario de conquistar y controlar para dominar.
Por eso la dinámica funcional de la historia humana (en todos sus estadios) se rige por las estrategias de control y dominación desarrolladas por medio de las guerras imperiales.
Y contrariamente a lo que predican los modernos "pacifistas" a ultranza, las guerras no se hacen para matar sino que se hacen para controlar y dominar. Las masacres militares no son un objetivo a priori, sino un resultante del objetivo a priori de la búsqueda del control y del dominio militar.
O sea que, en primer lugar, y según lo que surge como comprobación fáctica y estadística de cualquier estudio estratégico, las guerras imperiales no se hacen para matar, sino para controlar y dominar.
En segundo lugar, la destrucción material y los genocidios humanos que producen las guerras (de conquista imperial) vienen como consecuencia de la búsqueda de control y dominio sobre un oponente que resiste, y no al revés.
Por lo tanto, las guerras (de conquista imperial) no se planifican para matar, sino para apoderarse de un objetivo estratégico siguiendo la motivación imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de aplicación va desde territorios hasta sociedades y hombres.
Toda acción de dominación del hombre por el hombre (implícita en la guerra de conquista imperial) se rige por un axioma estratégico: para dominar, primero hay que controlar por medio de la guerra.
El que planea una guerra de conquista no lo hace para destruir, sino que lo hace con un objetivo estratégico de controlar y dominar blancos de apoderamiento trazados de antemano, sean territorios (guerra militar), recursos económicos y mercados (guerra económica), países y sociedades (guerra social), o mentes (guerra psicológica).
Al contrario de lo que cree la mayoría, el resultado exitoso de las guerras no se mide por la destrucción militar, sino por la consecución de los objetivos con el menor costo de destrucción física o de vidas humanas.
Vale como ejemplo la operación militar Plomo Sólido que Israel lanzó sobre Gaza, en enero pasado, que fue lanzada para controlar y/o exterminar a Hamás, pero terminó en una derrota y en un fracaso internacional para el estado judío por la masacre de civiles inocentes y la destrucción de infraestructura en la que derivó.
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 22:02 |
La guerra por otras vías
Desde la prehistoria hasta la actualidad, todas las civilizaciones dominantes se valieron de la guerra imperialista para controlar y dominar:
A) Territorios (conquista territorial) = Control político
B) Recursos naturales (conquista de recursos) = Control económico
C) Sociedades (conquista de las sociedades) = Control social
D) Individuos (conquista de las mentes) = Control ideológico
Los imperios antiguos (Grecia, Roma) sólo habían llegado a la conquista territorial (guerra militar) y a la conquista de recursos (guerra económica), y apenas habían tocado el primer estadio de la guerra social (conquista de la sociedad), imponiendo sus idiomas o sus creencias religiosas en los territorios conquistados (caso del latín con Roma, o caso de la religión católica con los imperios de la Edad Media).
Con el Imperio del sistema capitalista, la guerra por el dominio y el control completa el ciclo evolutivo con la guerra social (conquista de las sociedades) y la guerra psicológica (conquista de las mentes).
Esta instancia de guerra por el control y el dominio de las sociedades y de las mentes, se posibilita por el advenimiento de la Revolución Industrial en el siglo XIX, que luego condujo a la Revolución Tecnológica e Informática del siglo XX.
Es decir que la guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología mediática (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.
Esos tres factores (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitaron que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
Porqué el capitalismo no puede prescindir de la guerra militar
El desarrollo tecnológico e informático, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a la Guerra Psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW (Guerra de Cuarta Generación), a la que se agrega una variante "contraterrorista" tras los ataques explosivos del 11-S en EEUU.
De esta manera, y a partir del 11-S norteamericano, la "Guerra Psicológica" (con su variante la "Guerra Contraterrorista") conforma la columna vertebral estratégica de la Guerra de Cuarta Generación, con los Medios de Comunicación convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.
La Guerra Psicológica define el estadio superior de las estrategias de control y dominación ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas (dominación del hombre por el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar al sistema capitalista.
¿Y porqué en este estadio avanzado del control social sin el uso de las armas el capitalismo no puede prescindir del uso de la guerra militar?
Por tres razones precisas que la justifican:
A) Las guerras y los conflictos militares alimentan a los complejos militares y la industria bélica (con facturación billonaria) constituida en la pata complementaria de la rentabilidad capitalista trasnacional.
B) Los conflictos intercapitalistas por petróleo y recursos estratégicos esenciales para la supervivencia futura de la potencias sólo se resuelven en última instancia (y a nivel de desenlace) por la guerra militar.
C) Solamente el aparato y el arsenal militar nuclear garantizan efectivamente la supervivencia del Estado imperial y de las potencias centrales, que sin la supremacía del poder militar serían engullidos y destruidos por el resto de los países que integran el sistema a nivel planetario.
Esta realidad fáctica, entre una multiplicidad de factores interactivos, explica porqué el capitalismo (hasta su desaparición) está centralmente determinado por la guerra militar como factor primario de dominio y de preservación de su sistema económico de explotación del hombre por el hombre.
En este escenario, marcado por las leyes y contradicciones de su propia supervivencia, el sistema capitalista está condenado a vivir en la "guerra permanente", y, consecuentemente solo hay "paz" en el microchip instalado en el cerebro de los colonizados mediáticos que alimentan la rueda del dominio sin el uso de las armas.
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 22:07 |
El desenlace
Sepa porqué usted está parado sobre la tercera guerra mundial
Las razones estratégicas que convierten al "triángulo petrolero" Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente en el teatro obligado de la tercera guerra mundial intercapitalista (desarrollada posiblemente con armamento nuclear) por el control de los recursos claves para la supervivencia futura de las potencias capitalistas.
En el Gran Tablero geopolítico militar del "orden mundial" vigente, la generación de una próxima guerra intercapitalista (como emergente de diversos teatros de conflicto armado escalonados) cuenta con tres elementos detonantes interactivos:
A) La necesidad de EEUU y de las potencias aliadas (eje USA-UE) de generar por medio de un conflicto militar un nuevo polo de desarrollo productivo (economía de guerra) con empleo de mano laboral masiva para superar la crisis financiera recesiva que colapsa las economías del sistema a escala global.
B) Asegurar el control militar sobre el petróleo y los recursos estratégicos perecederos del planeta que le asegure su supervivencia como potencia hegemónica.
C) Impedir que los enemigos fundamentalistas de Israel y del sionismo cuenten con un gatillo nuclear capaz de lanzar un Apocalipsis sobre sus metrópolis imperiales.
Estos tres preceptos centrales guían la estrategia exterior de las potencias sionistas del eje USA-UE que utilizan diversas tácticas de "camouflage" para evitar enfrentamientos armados en el gran juego de la diplomacia internacional con que hoy disfrazan sus guerras por áreas de influencia.
Estas tres cuestiones estratégicas (y de desenlace conflictivo) que definen y priorizan las líneas matrices del orden capitalista internacional en crisis tiene claramente tres protagonistas centrales:
A) EEUU, Unión Europea y el "eje occidental" (bloque dominante del capitalismo que extiende sus tentáculos para apoderarse de los recursos energéticos, rutas y mercados de Eurasia, Africa y Medio Oriente).
B) Rusia, China y el "eje asiático" (Bloque del capitalismo emergente que disputa una (por ahora) guerra comercial por áreas de influencia con el eje USA-UE que genera roces y conflictos militares como el de Gerogia, en el Cáucaso).
C) Irán y el "eje islámico" (Bloque de países asentados sobre más del 80% de las reservas mundiales del petróleo y de los recursos estratégicos en disputa).
Estos tres bloques centrales van a definir (a modo de desenlace, y cuando la crisis económica global se retroalimente con la crisis energética global ) un escenario estratégico de tercera guerra mundial intercapitalista que tendrá como detonante claves los distintos frentes de conflicto que hoy se extienden por Eurasia, Africa y Medio Oriente.
El elemento fundamental que define y da sustento a la contradicción fundamental (que va a precipitar el desenlace) es el petróleo junto con los recursos estratégicos, como es el caso del agua y la biodiversidad, claves y esenciales para el funcionamiento global del sistema capitalista, cuyas reservas se agotan sin que todavía se hayan conseguido alternativas para sustituirlo.
Todos los conflictos que hoy se desarrollan en el planeta (sean de orden político, militar o social) abrevan en forma subsidiaria en esa guerra subterránea intercapitalista por el control de los recursos estratégicos claves para la supervivencia futura de las potencias capitalistas.
En general, todo los que EEUU y la UE presentan como "guerra contra el terrorismo" en los escenarios de Asia, Africa o Medio Oriente, son conflictos fabricados (por la CIA y los servicios occidentales) como estrategia de posicionamiento sobre determinadas fuentes de recursos o zonas de control geopolítico militar.
Por ejemplo, el exterminio en masa de miles de civiles en Sri Lanka no fue determinado por una guerra contra el "terrorismo tamil" como se intentó hacer creer sino por intereses geoeconómicos y geopolíticos militares estratégicos que tienen que ver con el control del Océano Índico y de las rutas del petróleo. Tampoco se trató de un genocidio por cuestiones de origen "racial" sino de una matanza sistemática que se encuadró en el escenario de la llamada "guerra energética" que disputa el eje sionista USA-UE con el bloque Rusia-China-Irán por la supervivencia futura.
Lo mismo que hoy sucede en Sry Lanka (y con distintas características), esta sucediendo en Somalía, el Tibet, Sudán, el Cáucaso, Chad, Etiopía, entre otros, donde las potencias arman y financian "guerras civiles" o "guerras religiosas" para justificar intervenciones o invasiones armadas.
En la realidad (extinguida la Unión Soviética y los procesos de la revolución armada setentista), hoy el sistema capitalista ya no tiene enemigos estratégicos que planteen su reemplazo por otro sistema, y, consecuentemente, todos los conflictos que existentes en los cinco continentes son emergentes exclusivos de las contradicciones y de las competencias intercapitalistas.
El sistema capitalista se ha quedado solo, y su dinámica irreversible de destrucción histórica solamente llegará de la mano de sus propias contradicciones (íntercapitalistas) dentro de una dialéctica de "autodestrucción" marcada por la búsqueda de rentabilidad y de la concentración del poder mundial en pocas manos.
En suma, todos los conflictos existentes, son la sumatoria de la lucha de las potencias capitalistas que compiten entre sí por apoderarse de mercados y de recursos estratégicos, ya sea por medio de conflictos armados o de conflictos sociales activados con fines de control político.
El petróleo y el gas (bienes cada vez más escasos y en extinción), el motor de los motores de la economía mundial, configuran el recurso básico esencial para la supervivencia de las potencias centrales y representan el eje detonante estratégico de los conflictos militares en marcha que pueden convertir a Wall Street y a los "mercados" en tierra arrasada y en llamas.
Como producto de los conflictos intercapitalistas por el control del planeta, en el escenario geopolítico militar mundial hay cuatro frentes de inevitable desenlace a corto plazo:
A) La resolución de la crisis recesiva mundial, B) el ataque militar a las usinas iraníes, C) la ampliación del conflicto en Afganistán, D) la ocupación militar de Pakistán por EEUU, E) otro conflicto armado en el Cáucaso o en Eurasia (como parte del teatro de la guerra fría EEUU-Rusia) y F) un ataque "terrorista" (o varios) similar al 11-S en Europa o EEUU (que servirá como argumento justificatorio de acciones militares de EEUU y de la OTAN).
Un nuevo estallido militar de la guerra energética, tanto en el Cáucaso (con Rusia como protagonista) como en Medio Oriente (con Irán como protagonista) se complementa con el cuadro de la crisis económica estructural del sistema capitalista que ya se proyecta con una amenaza de crisis y estallidos sociales con peligro para la gobernabilidad del sistema escala global.
Por las líneas geopolíticas de Afganistán, Pakistán o Irán, se trasmiten y retransmiten los teatros de conflicto que atraviesan la escala comprendida entre Eurasia y Medio Oriente, cuyos desenlaces impactan directamente en las fronteras energéticas ubicadas entre el Mar Caspio y el Golfo Pérsico, las llaves estratégicas del petróleo y la energía mundial.
Luego de la caída la URSS, EEUU y la Unión Europea se abalanzaron sobre los mercados y los recursos energéticos de las ex republicas soviéticas en Europa del Este, y el área caucásica y centroasiática, tradicional esfera de influencia rusa, ampliando su red de accesos y bases militares en toda la región.
La importancia estratégica de Irán, Afganistán y Pakistán, en el tablero de la guerra energética se da por dos razones principales:
A) Tanto Pakistán (un gigante islámico con poder nuclear) y Afganistán (dominado por un conflicto armado con los talibanes) conforman una llave estratégica para el dominio y control militar del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico), donde se concentra más del 70% la producción petrolera y gasífera mundial, un elemento clave para la supervivencia futura de las potencias capitalistas del eje USA-UE.
B) Irán, que controla el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40% de la producción mundial petrolera, además -con su posibilidad de tener un bomba nuclear- pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la supremacía del control económico, geopolítico y militar estratégico del poder imperial USA-UE en la decisiva región del Medio Oriente y del Golfo Pérsico.
Así como Rusia representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos (vitales para la supervivencia futura del eje USA-UE), Irán es la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas energéticas del Medio Oriente.
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De: Marti2 |
Enviado: 16/10/2009 22:08 |
Estas son las razones estratégicas que convierten al "triángulo petrolero" Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente en el teatro obligado de la tercera guerra mundial intercapitalista (desarrollada posiblemente con armamento nuclear) por el control de los recursos del planeta claves para la supervivencia.
Y al final (y si es que queda algo vivo y en pie) los ganadores se repartirán el botín y un nuevo "orden mundial" como en 1918 y en 1945.
EEUU solo puede satisfacer un 25% de sus necesidades energéticas (con recursos que se agotan), y la Unión Europea es totalmente dependiente en provisión de gas y petróleo. China (al igual que India, Japón y las potencias asiáticas) necesitan del petróleo y el gas (bombeados principalmente por los corredores rusos) para supervivir como superpotencias industriales.
En consecuencia, como ya dijimos, Rusia, la única superpotencia nuclear que se autoabastece de gas y petróleo (además de controlar la mayoría de las redes euroasiáticas) representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos.
Y el gigante petrolero socio de Rusia, Irán, es a su vez la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y las reservas energéticas del Golfo Pérsico y de Medio Oriente.
¿Se entiende porqué hay que destruir a la capital del "eje del mal"?
El desenlace de la tercera guerra mundial no es, en síntesis, un producto de la visión de los profetas sino un resultante histórico (inevitable) de los cálculos matemáticos de la supervivencia capitalista. Que es la madre de todas las guerras.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web. Ver sus trabajos en Google |
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