Epiménides nos dejó una paradoja que no lo es. Seguro que todos la hemos oído y hemos pensado en su aparente contradicción. Dice así:
“Todos los cretenses son unos mentirosos”. Sabiendo que él mismo era cretense, ¿decía Epiménides la verdad?
Esta paradoja es aparente, pues aunque la afirmación no puede ser cierta, sí podría ser falsa.
- Si suponemos que es cierta, Epiménides afirma que, como cualquier cretense, está mintiendo, y por lo tanto la afirmación sería falsa, llegando a una contradicción.
- Pero si suponemos que es falsa, no alcanzamos una contradicción, ya que si la afirmación “Todos los cretenses mienten” es falsa, significa que hay al menos un cretense, no necesariamente Epiménides, que dice la verdad. Por lo tanto, es perfectamente posible que la afirmación sea falsa, y la afirmación no es una verdadera paradoja.
Epiménides durmió durante más de 50 años, y ninguno de sus contemporáneos en Creta pudo decir si su paradoja era verdadera…
Esta paradoja se asemeja a la llamada “paradoja del mentiroso”, cuyas versiones más conocidas son: “Estoy mintiendo” y “Esta oración es falsa”. En este caso sí se trata de una verdadera paradoja, y como demostró el matemático Kurt Gödel hace casi 80 años, es posible construir oraciones perfectamente correctas según las reglas gramaticales y semánticas pero que pueden no tener un valor de verdad según la lógica tradicional. |