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Ecologia: Consumo Responsable
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 22/10/2009 05:31
Los ciudadanos tenemos a nuestro alcance una herramienta fundamental de cambio social, el consumo. Al igual que, como votantes, acudimos a las urnas para elegir a nuestros representantes, también como consumidores y ahorradores tenemos la oportunidad de utilizar nuestro criterio de decisión de acuerdo a nuestras convicciones y promover, a través de nuestros patrones de compra e inversión, la construcción de un desarrollo sostenible.

Desde el mercado es posible modificar la sociedad en la que vivimos, discriminando los productos y las inversiones de capital que no están de acuerdo con nuestros principios y convicciones éticas. Y en este sentido, en la medida que un porcentaje creciente del consumo se dirige hacia las empresas que tienen en cuenta la protección del medio ambiente y la responsabilidad social, se incentiva el cambio que sobre el consumo tiene la sociedad en su conjunto (incluidas las demás compañías productoras de bienes).


En la Cumbre de la Tierra celebrada en Johannesburgo en el mes de septiembre de 2002, se ha considerado una necesidad fundamental la modificación de los hábitos de consumo de la sociedad para alcanzar el desarrollo sostenible de nuestro planeta. Para ello, debemos responsabilizarnos en nuestras compras de bienes y servicios y contemplar en nuestros procesos de decisión aspectos relacionados con la protección del medio ambiente y de los derechos humanos de las personas.

La Fundación Ecología y Desarrollo considera fundamental la difusión del consumo responsable como modelo de desarrollo y, en este sentido, ha llevado a cabo en los últimos años diversos proyectos de educación, información y sensibilización de los consumidores con dos objetivos fundamentales

1 Que los consumidores conozcan por qué y para qué es necesario un consumo responsable, cómo pueden promover la responsabilidad social empresarial a través de sus decisiones de consumo y las acciones específicas que pueden realizar para lograrlo.
2 Que los consumidores sepan cómo desarrollar dichas acciones de la forma más fácil y accesible, de modo que el consumo responsable sea una práctica de mayorías.


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 22/10/2009 05:42


 
Consumo responsable

Una de nuestras actividades cotidianas es ir de compras, consumir. Pero nuestro consumo en la mayoría de las ocasiones es sinónimo de “agotamiento”. No tenemos en cuenta las repercusiones para el medio ambiente y las personas que habitan el planeta de nuestros procesos de abastecimiento de bienes y servicios.

De acuerdo a la Declaración oficial de Naciones Unidas con motivo de la Cumbre de la Tierra de 2002 una de “las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados". En este sentido Naciones Unidas hace un llamado a revisar estas modelos insostenibles, recurriendo a modelos de consumo responsable.

 

 

Por Consumo Responsable entendemos la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.

Otra acepción de Consumo Responsable, o consumo crítico, complementaria a la definición anterior, es aquel que implica consumir menos , eligiendo consumir sólo lo necesario, y estando atentos/as a cómo nos influye la publicidad en la creación de necesidades superfluas.

Es un imperativo de nuestro tiempo la realización de un cambio social en torno a nuestros hábitos de consumo. El principio fundamental es que todas las personas somos corresponsables con nuestra compra de los impactos sociales y ambientales de la producción.

 
  • En el medio ambiente, soporte de la vida en la Tierra, teniendo en cuenta que debemos priorizar productos con menores impactos ambientales y reducir el consumo de los limitados recursos naturales de que disponemos.
  • En las personas, asumiendo y defendiendo solidariamente la obligación de garantizar los mismos derechos para todas ellas.

    Cuando añadimos el calificativo de responsable a nuestro consumo estamos significando la importancia que tiene el consumidor y la consumidora para elegir entre las diversas opciones que le ofrece el mercado de bienes y servicios, teniendo en cuenta los productos que valoran la justicia social, la ética y la solidaridad, y la protección del medio ambiente.


    Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
    De: Marti2 Enviado: 22/10/2009 05:46

    Las basuras cuentan cómo somos

     
    Resulta interesante echar un vistazo rápido a la bolsa de basura. Dado que suele contener el conjunto de materiales que no nos sirve en el hogar, constituye un observatorio privilegiado para conocer la vida actual. En ella se pueden encontrar registros personales que tienen que ver con las prioridades alimenticias de la familia, pero también facilita señales de tendencias colectivas. La actividad consumista queda recogida en todo su esplendor: restos orgánicos, plásticos, bricks, latas, papel y cartón, etc., más o menos por este orden, componen hasta más de 1,3 kilos por persona y día. Las cifras no discriminan del todo la posición social; pobres y ricos generamos grandes cantidades, sin duda pegados al reclamo de consumo como factor de desarrollo. Para recoger las 600 mil toneladas de residuos mezclados y las 160 mil de recogida selectiva - datos del INE para Aragón en 2006- se necesita un verdadero ejército de personas y medios técnicos. A estos desechos sólidos - los líquidos y gaseosos también existen- hay que añadir los residuos industriales, de la construcción, las basuras agroganaderas y un largo etcétera. ¿Dónde vamos a "colocar" tanta basura? Quién sabe si el problema es sólo estético o también logístico, pero en cualquier caso preocupa a más de uno. Hace unas décadas, Ítalo Calvino imaginó Leonia entre sus ciudades invisibles. Ocupada en crecer, expelía tanta basura que al final ésta la sepultaba. Aquellos sueños son ahora pesadillas en Nápoles, como antes lo fueron en Coruña, Guatemala o Lima. El artista Schult concibe la gente basura, así la difunde por todo el mundo, como un nuevo ejército de Xian donde la sociedad queda reflejada. Un programa televisivo reciente demostraba la posibilidad de reducir basuras y proyectó una radiografía preocupante. El entramado social se mimetiza con la basura, niños que sobreviven en algunas ciudades pegados a ella hurgan para convertir en tesoros lo que otros han despreciado. Más cerca de nosotros, muchas personas utilizan las basuras de los supermercados como sus despensas cotidianas. Estos casos representan los sonrojos de la basura pero no deben ocultarse.
    Mal que nos pese, las contradicciones sociales en torno a la basura están presentes en el día a día. La primera es que poca gente se preocupa de dónde va cuando se la llevan los camiones; si acaso algunos lo hacen un día que no se recoge. Los ciudadanos incrementan la basura que emiten aunque manifiesten estar más concienciados. Se admite la necesidad de plantas para el tratamiento de la basura pero nadie las quiere cerca. Se protesta porque obligan al triado domiciliario de los diferentes residuos pero todos vemos bien el sobreempaquetado que los genera, etc. Es posible que el espectacular crecimiento del consumo en España en las tres últimas décadas, con una similar generación de residuos, nos haya pillado desprevenidos. Contemplar los contenedores rebosados, la basura esparcida, en las fechas navideñas parece un epitafio de la compostura.
    Pero no todo es negativo. Las administraciones apuestan ya por separar las basuras para recuperar algunas materias primas. Los planes de gestión puestos en marcha por el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos empiezan a dar frutos en el tratamiento y recuperación de materias primas; se gestionan mucho mejor las basuras porque se piensa que todavía sirven.
    La ciudadanía colabora y multiplica sus bolsas de basura en casa, aunque se queje del lugar que ocupan. La separación de residuos ha motivado que en Aragón los Kg que se generan por persona y año desciendan de 592 (2002) a 490 (2006) (INE). De forma paralela aumenta la cantidad de papel, vidrio y plásticos o metal recuperados - que se benefician del triado domiciliario- que han pasado en el mismo periodo de constituir el 8,32% al 19,16% según el Instituto Aragonés de Estadística. Seguro que estas cifras se mejorarán pero son necesarias otras iniciativas. La reducción de las basuras en origen, que evite envasados superfluos, es uno de los mejores argumentos para empezar. Debe calar en todos el mensaje que postula que primero hay generar menos, después aprovechar lo que se pueda. Así evitaremos sentir como el poeta Rafael Morales que, en su "Cántico doloroso al cubo de basura" hablaba con desconsuelo del llanto de lo humilde y lo olvidado.
    Carmelo Marcén
    Heraldo de Aragón
     
     


     
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