En Tierra roja. Tierra tierra Tierra buena Primavera en Doñana Cielo azul. Agua azul De vida Aves. Caricias en el aire Peces. Sonrisas en el agua De vida Hombres de tierra al atardecer Vigilando la vida Y hombres de lodo cobarde, Dormidos en su sueño de papel Vigilando la estupidez Agua roja. Tierra negra. Muerte De nuevo la mentira
Qué bonito es soñar que despertamos, mientras no no nos despertamos. José Luis Pérez
la farsa
No salgo de mi asombro. Doñana, una nueva ocasión a la farsa política. Absolutamente increíble, con qué descaro los cuidadores del tinglado se asoman a mi tele, me mienten desaprensivamente, y yo me lo tengo que tragar como un gilipollas. No. Voy a escribir unas líneas porque estoy indignado. Estoy indignado. Me he salido de mi dignidad. Me he vuelto a sentir insultado. Dirás que es fácil, que qué espero al ponerme delante de la tele… Vale, vale. Sé que para ponerse delante de la tele hay que prepararse para ser insultado y ser tratado como un gilipollas. Bien. Sé que todos necesitamos esa dosis más o menos diaria. Lo sé, hay que pagar culpa. Hago tantas cosas mal, soy tan malo que si me dan caña un rato me alivio. Además así puedo seguir siéndolo. Malo. Claro, pero es que ya no me siento tan malo. Como carne, bebo vino, voy a las sex-shop, soy fumador (pasivo), mato arañas, digo sí sabiendo que es no y no me siento culpable… no me siento tan malo, no soy malo, tendrías que conocerme. No soy malo.
la muerte
Entonces resulta que me empieza a ofender la falsedad, sobre todo la del club de los serios. Y esto me hace reflexionar otra vez sobre la vida y la muerte. En realidad es el único tema de reflexión que me interesa. Dice el maestro Groucho: "Sigo vivo. Eso es todo. Sé que aún sigo vivo porque me despierto por las mañanas. Si no me despertara, eso significaría que estoy muerto". Si no me despertara, eso significaría que estoy muerto. Es mi sospecha muchos días. Porque algunos me despierto, y no precisamente por la mañana. Y eso significa que bastantes días estoy muerto. Y tú también amiga lectora. Y tú también amigo lector. Lo siento. Acaso te has preguntado qué haces delante de este artículo? Por qué estás aquí ahora y no en cualquier otro sitio haciendo cualquier otra cosa? Tiene más sentido ésto que lo otro?. Acaso tiene que tener algún sentido? Tranquilo majete, tranquila. No me quiero meter contigo. Sólo con tu muerte en vida. Si te picas, ya sabes…
te importa?
Sabes dónde estoy escribiendo ésto? Estoy en un avión, en el coche, en el vater (ahora veo que son todos vehículos de transporte, pensaré en ello)… Pero, te importa? Qué te importa? Acaso eres un realizado que tras años de meditación has llegado al desapego total y eres sólo una presencia blanca que lee como si estuviera ante una puesta de sol porque estás dándote cuenta que lo único que cuenta es tu presencia misma en este instante y en todos los instantes de este impermanente rio de la vida… No. Seguramente empujas, como todos. Seguramente empujas, como yo. vivirse Quién eres tú? Yo no lo sé. Pero tú, lo sabes? Pretencioso, pedante… Como me puedo atrever a preguntarte ésto? Por qué no contarte hoy otra cosa? Pues, te cuento: El otro día, en el aeropuerto de Palma, me descubrí esperando. Me descubrí dormido, esperando. Con la misma impunidad que me han mentido hace un rato, me conté que no pasaba nada, que era normal estar esperando. Cuando nos dijeron que había que esperar más, me vino un conato de cabreo. Yo no podía estar allí perdiendo el tiempo, esperando. Pero es que olí a muerto. Por eso me cabreé. Porque tenía que estar muerto una hora más. Cuando dejase de perder el tiempo no cambiaría nada. Desperté. Me acuerdo de ese despertar y me vuelvo a despertar. Quién soy yo? Morir o matarse, esta es la cuestión. Vivir o vivirse, esta es la otra cuestión. Mi voz está en estas palabras. Es el alma de estas palabras, las que sean. Tú estás aquí conmigo, ahora. Aquí te tengo. Aquí te tienes. Aquí nos encontramos y nos encontraremos cada vez que vuelvas. Cuando tu mirada recorre estos dibujitos se realiza la maravilla. Este misterioso taichi visual, que es la lectura, te hace comprender y cuestionar. Qué importa qué.
quién soy yo?
El, también maestro, Guillermo Borja, en su libro (que tendría que ser de cabecera para todo terapeuta que se precie), "La locura lo cura", dice: "El problema es la solución". Cómo se puede contestar sin responder? Cómo se puede dejar la pregunta viva para seguirle la pista a la vida? Quién soy yo? Esta es la pregunta, la luz que me levanta una y otra vez. Estaba indignado. He recuperado la verticalidad. Aquí, junto a mi pregunta amiga.
Canción de amor dedicada a Nat
Silencio, de silencio se desliza despacio Puedo sentir su aliento de silencio en este interior, mi espacio Como un felino al acecho se acomoda, ocupa asiento antes destinado a la mentira En el centro derecho de mi pecho como un gran sol que sólo mira una burbuja de poder inmenso empuja y me ilumina este absoluto negro lleno de nada De repente el espanto visceral del animal me aparta de este cielo inmaterial Sólo un recuerdo, una sonrisa triste queda sobre mi cuerpo, lo viste Y se acrecienta mi anhelo de dulzura tras esta nueva cura de la ancestral herida de la que este cuerpo rebelde da medida Y en la medida que me entrego a la entrega que me entregas, amor me das la vida Y este corazón miedoso de perderla y encogido aprende y se abre agradecido y hace espacio Y despacio vuelve a desvelarse el misterioso encanto, la presencia Vuelvo a sentir su aliento deslizarse de silencio…
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