|
General: RECETAS DE AMOR
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 26/11/2009 05:09 |

RECETAS DE AMOR
¿Será el Amor una afección insufrible del alma, una atracción inherente de los cuerpos o, quizá, la octava superior del deseo?. ¿Será el amor una simple alegría, la nostalgia de un olvido o un doloroso, pero feliz, desprendimiento del ego?. ¿Es el deseo al amor lo que la sal a la comida, o tal vez, son opuestos, o vecinos, fronterizos con el ombligo?. ¿O son solubles e intercambiables?. ¿Amará ella cuando desea él --o viceversa?. ¿Dará ternura uno para conseguir sexo, o sexo el otro para conseguir amor?. Él y ella, ellos y ellas, con el amor galante, el amor platónico, el filántropo y el nutricio. El amor narciso, el canibal, el fogoso, el amor entrega y hasta el amor odio. Todos tienen su cabida en el Amor. Sobre él está todo dicho, y aunque quieran los filósofos, los poetas, los místicos, el Amor no se puede agotar. Imposible clasificar lo informe, encerrar lo inconmesurable, desterrar lo que vive por doquier. Por eso gentes amorosas, antes de decir nada, oler su esencia, descifrar su misterio, jugar a su juego y probar bocado. De estas recetas que si bien no son de la abuela, si son de la experiencia, de la imaginación, de la creatividad. Recetas ¿por qué?, porque el amor no es fácil encontrarlo, y porque el deseo se aburre después de una cuarentena, y porque los problemas invaden las almohadas, y porque jugando somos como niños, y porque una receta se parece a un rito que pone señales a la nueva experiencia, y porque, digámoslo claramente, a nadie le amarga un dulce. ¡Que lo disfruten!.
RECETAS DE AMOR
Inventando el Kama Sutra Compre una hamaca colombiana de muchos colores, cuélguela en la pared y asegure los ganchos. Después prepare una deliciosa cena e invite al más deseado. Procure que la hamaca rebose de cojines. Cuando se acerque intrigado, no dude, pídale el favor de comprobar la resistencia al peso, claro, sin zapatos, él, con falda, usted. Aunque quiera escapar, ya verá como no necesitan imaginación para las posturas.
Permutación de cuatro Póngase en maceración cuatro pies fríos y cansados. Cuando el agua caliente haya templado los nervios, búscanse los pies unos a otros, con sorpresa, con júvilo, sobre un recipiente blando de lino blanco.
Submarinismo Coja un trozo de mar antillano con sales y estrellas y métalo en su bañera. Bien llena. No lo desaprovechen. Métanse con la piel erizada, el suspiro prolongado y los dedos desatados de placer. Caliente. Dejen que la piel sonrosada se libere, que los ojos busquen el cielo del techo que las costillas respiren como flotadores. Con el agua al cuello y los ojos chisposos, las miradas cálidas dejen que las cuatro manos hagan olas o maremotos, que busquen tesoros sumergidos, peces de colores. Aunque si no saben bucear siempre pueden quitar el tapón de la bañera.
Revuelto de manos Ingredientes: 4 manos por persona, 100 ml de aceite de almendras dulces con esencia de jazmín, 30 grados de temperatura y silencio. Extiendan el aceite libremente por el cuerpo, rehoguen pies y manos con apretones. Los costados sazonados con arrastres y las abundancias que encuentren en nalgas, cintura y vientre amasados con ternura. Presionen los lomos, friccionen los muslos y jalonen la piel como a un gatito. Triturar los puntos duros, machacar las rigideces y cuando esté a punto de romper el hervor déjese reposar 10 minutos, también en silencio.Tango Una música insistente despacha envites a diestra y siniestra. La estancia a media luz, los zapatos ajustados y livianos. No pierdan el ritmo, lento, lento, rápido-rápido y lento. No pierdan la concentración, no invadan el terreno del otro, no tensen la pelvis, que las piernas no flaqueen, que los pies no tropiecen. No hagan caso al sofoco, no naufraguen todavía, no se suelten de las manos, no se miren fijamente pues perderán el compás lento, lento y lento.
Puzzle anónimo Hágase una foto desnudo, cuerpo entero, y trocéala en 20 trozos de diferentes tamaños. Busque, si quiere, asimetrías engañosas, perfiles ambíguos y sombras misteriosas de esas que conserva sin querer el cuerpo. Meta, con el tiempo, cada uno en un sobre --guarde para el final aquellos que más le delaten-- con una nota anónima. Con la nota una fantasía, un deseo guardado, un secreto obsceno que nunca se atrevió a contar.Mándelas a su propio dirección pero a nombre de ella y espere. ¿Quién se resiste a completar un puzzle?.Arrebato En cualquier momento inesperado, detrás de la puerta, subiendo las escalera, fregando platos, aprovechando un inoportuno apagón, o hastiado de la programación televisiva, descórchese una o dos pasiones y déjese llevar por un arrebato loco. Si la espuma se desborda, no se preocupe, bébaselo sorbito a sorbito lo que aún queda.
El bello durmiente Ponga unos gorriones domingueros en el balcón. Deje que las sábanas se vayan encendiendo de blanco y que el vaho onírico se esfume como la niebla. No obstante conserve el calor del letargo de los cuerpos, el magnetismo inconsciente y acerquese imperceptiblemente a él, aún enroscado y callado por el sueño. No lo despierte. Péguese a su espalda y deje las manos deslizar por el perfil inclinado, los labios vencidos, por el pecho fuerte, por el vello algodonado, por el vientre de bebé plácido, por las nalgas prietas hasta encontrar el nido. Ahí remueva el fondo, ordene las partes y deje que crezca, aún a costa de despertarlo.
Regueros Vayan a la frutería y compren la sandía más grande. Cuando el tórrido sol lo permita suban a la azotea con la fruta partida en dos. Ya sin ropa, atrapen su mitad entre las piernas y con las manos desnudas arranquen el rojo corazón frugal. Goteando azúcar ofrézcanselo al otro. Llénense la boca de frescura y déjen deslizar las pieles entre los regueros múltiples que las risas derraman.
Sin carrete Busque su antigua máquina fotográfica aunque no tenga carrete. Invite a su pareja a una sesión fotográfica. Pregúntele por su fotogenia mientras las primeras prendas se desprendan, clic. Entonces, cuando las expresiones divertidas e inocentes surjan, clic, cuando las posturas atrevidas y maliciosas se desgranen, clic, déje la máquina fotográfica en una esquina y aprete el automático, clic.
Nuevo paisaje Comience el juego amoroso como siempre, con las mismas estrategias, aún en las desganas de ella —si así lo ha hecho otras veces—. No se preocupe, siga el mismo recorrido trazado, los mismos puntos, los mismos acercamientos… pero en el momento clave, quédese a las puertas, sienta su respiración y no penetre. A lo mejor, ella se aturde por lo inesperado, usted tampoco desespere, vaya arriba y abajo, discurra de delante hacia atrás, considere el derecho y el revés que ella le vaya ofreciendo. Con el tiempo verá que ambos gozan de más espacio y que el paisaje es mucho más amplio.
Tropiezo Algunas veces, con el traqueteo del tren o el guagua de un autobús, la mirada entretenida tropieza con otra y los reflejos esquivos fallan. Se congela el tiempo, el primer segundo tartamudea, en el segundo después las miradas se paralizan, un resquemor perfora el vientre, una punzada que ahoga, un nudo en la garganta, pero… aparece un otro, su mirada, alguien que abre una ventana. El tiempo se deshace en presencia, la complicidad hace un guiño a lo humano y, sin querer, una sonrisa se escapa por las hechuras de la moralidad. ¿Acaso tropezar no es humano?
|
|
|
| |
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
De: Muil |
Enviado: 26/11/2009 22:53 |
Marti, ya las había estado leyendo en el otro panel, y también me fuí en busca de este Sr. porque me gusta mucho como escribe, es sensacional!
Yo te traje una receta hecha por un chico, Javier, de cuarto año de primaria, en el blog de una amiga. Espero te agrade, nada que ver con Julián Parangón jeje, pero la inocencia y la dulzura de la niñez son incomparables.
INGREDIENTES:
1 KILO DE BESOS.
2 KILOS DE FELICIDAD.
3 KILOS DE POLVO DE CIELO.
2 KILOS DE ABRAZOS.
1 KILO DE FLORES.
2 KILOS DE AMOR.
4 KILOS DE PAZ.
8 KILOS DE BONDAD.
ELABORACIÓN:
SE INTRODUCEN LOS BESOS Y SE MEZCLAN CON LA FELICIDAD LUEGO ECHAMOS UNA PIZCA DE POLVO DEL CIELO Y ESPERAMOS QUE LA MASA DE AMOR FERMENTE.
PASADO ESTE TIEMPO AÑADIMOS LOS ABRAZOS QUE HACEN LA MASA CONSISTENTE PARA QUE LA BONDAD VAYA DANDOLE FORMA AL AMOR Y POR ULTIMO ADOR NAMOS LA RECETA CON LAS FLORES.
FRANCISCO JAVIER (4º PRIMARIA)
|
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 27/11/2009 05:52 |
gracias Magy, sí que me gustó, los pekes son increíbles, son maravillosos, me enternecen por completo!!!!
En cuanto a Julián, si es maravilloso, hay mucha cosa de él. yo de atrevida porque no sé si se puede copiar sus textos, ojo si lo pones en el blog, aquí no pasa na de na.
Va otro...para los que no lo vieron en su panel  |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 27/11/2009 05:54 |
Aprendiendo a Amar
"Lo que sigue a continuación no son más normas ni más recetas, acaso una invitación lúdica a descubrir otras propuestas. Instrumentos de cocina amorosos para salir de lo crudo y saborear lo cocinado. Imágenes, tal vez, de que las artes amatorias tradicionales no tienen por qué ser herméticas o de que lo espiritual no siempre huele alcanforado. A veces basta con ponerse a jugar para que el mismo juego te lleve por caminos insospechados a donde tú mismo no te atrevías. Y quizá el leerle o enviarle al otro una de estas estrategias es la mejor estrategia para cambiar el rumbo de un barco a la deriva o que está parado en la calma chicha."
RECETAS DE AMOR
Crudité Sobre porcelana fina distribuya las siguientes crudités con buen gusto y esmero: Los recovecos del oído más uno o dos lóbulos ya mordisqueados, una tira de cuello tierno de la parte que se retuerce fácilmente hacia atrás, el interior del codo, cada una de las yemas de los dedos, la aureola rosada del pezón, un pezón pellizcado suavemente, las interioridades del ombligo, justo el surco donde se desliza frecuentemente el sacro, el labio inferior de la boca esponjoso, el espacio que dista del índice al pulgar del pie, la puntita de la lengua, la línea progresiva que une la rodilla con la entrepierna, el olor fresco de la áxila, la rugosidad acariciada del vello púbico, la turgencia rodeada de sabrosos pliegues. De guinda, colóquese ese hueco que no tiene un único nombre. Todo ello sazonado con saliva y aliento, a gusto del comensal. Se recomienda ir muy, pero que muy despacio.
Ikebana Hay flores extrañas que ejercen su atracción imparable a kilómetros de distancia aún guarecidas de la luz del sol. Son flores delicadas que requieren un arte especial en su arreglo. Separar con delicadeza los pétalos internos con los dedos tíbios, acariciar el vello de terciopelo que los corona, extender las humedades hasta que toda la flor quede empapada y envolver con sumo cuidado el pistilo vivaracho hasta que sea el momento de libar la miel que se derrama irremediablemente.
Sed libres Escondan la agenda, paren los relojes, bajen las persianas, descuelguen el teléfono y den dos vueltas a la cerradura. Desnúdense y olviden el tiempo.
Un sólo rostro Encuentren una postura cómoda frente a frente. Si la ropa no se los impide miren simultáneamente al sexo del otro. No se entretengan sólo en las diferencias sino en los efluvios y magnetismos que irradian. Al poco, suban la mirada al vientre donde las emociones se entremezclan con las entrañas. Continúen viaje al pecho donde la hiedra de los sentimientos busca sensibilidad y afecto. Al tiempo suban ambos la mirada a los labios hasta que el cielo y la tierra de cada labio forme una sonrisa más ancha que el horizonte. Por último aterricen en las miradas y calen más allá de la retina donde el alma encuentra guarida. Y así no se extrañen si en el fondo de la mirada no encuentren dos sino un sólo rostro.
M.O.R.S.E. El corazón que es la centralita de informaciones sensibles capta la poesía que hacen en la máxima fusión los amantes. Cuando agoten la inercia del vaivén los cuerpos utilicen el lenguaje secreto. Cada contracción del glande un punto, cada presión vaginal una raya, punto y raya, raya y punto. Seguro que el corazón quedará satisfecho.
Huellas Sabrás exactamente a la hora que ella casi durmiendo baja las escaleras cualquier día laborable, las calles que cruza sonámbula, los boulevares que atraviesa todavía con el humor congelado, la última esquina que dobla antes de sentarse en su escritorio frío de la mañana. Comprarás 5 ó 6 docenas de claveles rojos que dejarás uno a uno en su puerta, en el ascensor, a cada 50 metros calle arriba, entre las plazas donde ella pisará sorprendida un poco después, en lugares insólitos que ella nunca se fijó, en la solapa del recepcionista, en la mesa de su despacho un poco alborotado hasta que su rostro se ilumine del mismo color que el sol amaneciendo.
Deshojar Cuando la primera herida narcisista haga temblar a los enamorados, sitúense frente a frente con el corazón en la mano izquierda. Deshójenlo sin premura, ahora un despecho, ora una esperanza. Sigan con un si me hubieras dicho, con un no te lo perdonaría, con un yo no soy tú, con un tú que te creías. Tras rencores y heridas descubran el corazón del corazón siempre hecho del mismo e inquebrantable amor.
Piropo Si es uno de esos días solaces en los que los problemas están también de asueto y resulta que ha quedado atónito por una belleza andante, espere, no sea atolondrado. Observe y sea amante de la belleza. Deje que se impregne en su retina su movimiento, su sonrisa, esa mirada bella pero indiferente. Entonces deje su mente en blanco y en los pies sentirá un ritmo incontenible, en el sexo una quemazón tierna, en el vientre un volcán que el pecho tendrá que resolverlo con un requiebro, en cada dedo una lisonja, en los ojos dos ingenios, y la voz dulce que llevará el viento.
Azahar Vuelen a Sevilla en primavera. Salgan del hotel al amanecer. En el centro del barrio de Santa Cruz tiren el mapa de la ciudad y désen la espalda. Cada uno en una dirección revoloteen el barrio antiguo, en silencio aprecien cada esquina, cada azulejo, cada balcón. Déjense llevar por la fragancia de los naranjos, reposen en cada placita. Ajenos al río de turistas discurran sobre cuál angostillo del laberinto de callejuelas les trairá el esperado reencuentro.
Contigo en la distancia Sobre una alfombra turca, rodeada de flores, telas y espejos, con luz ténue y música suave, colóquese desnuda, brazos y piernas abiertos. Sitúe a la persona querida a 5 ó 6 metros de usted, en posición de arranque. No diga nada, sólo conserve dos palabras de gran poder «alto» y «adelante». Diga ésta última y deje que la inercia del deseo actúe, por la gravitación de las esferas, o en la seducción de las formas. Cuando el amado adelante, no dude, diga «alto». Observe la reacción de él, la propia. Otra vez «adelante», y una vez más «alto». Mírele a los ojos, a los labios, «adelante», sienta la fuerza imparable , la atracción. «Alto», no se precipite, diga «alto». Observe el cuerpo del deseo, «adelante» el correr de la adrenalina, «alto», el jadeo, «adelante», el aliento, la intensidad, la presencia. «alto», «alto», algo que quiere estallar, o ¿será un sufrimiento exquisito?. Diga «adelante» o no diga ya nada, ¡qué decir cuando ya no hay distancia salvable!.
|
|
|
| |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 28/11/2009 05:49 |
Estrategias amorosas
Cuando mis palabras caen vencidas por su masa inerte se abre una claridad que deslumbra los mismos ojos por donde el mundo se hizo imagen y no carne. Cuando mis pensamientos no hacen más que chapotear en la superficie de las cosas me rescatan las sensaciones cual rayos furtivos entre las nubes. Y cuando la omnipotencia me invade como respuesta al caos galopante tu regazo me devuelve a una humildad de cachorro, de olvido… Entonces dejo caos, masa y nubes, y tus ojos, por momentos, casi eternos, me fijan por los cuatro costados. Y se paraliza el aire, el parpadeo, creo que también el tiovivo del mundo. Cuando bailas te miro a hurtadillas pues los curiosos espantan la belleza, y la punta de mi lengua sigue, desfallecida, tu estela, y hasta se eriza mi espalda, de escalofrío. Me vuelvo títere de tus gestos, ofrezco hilos de mis manos, pies y cabeza por si ellos, como las cañas pacientes de pescar, se arremolinaran en tus tobillos y en tus caderas. A escondidas sigo tu aliento por si tu respiración se vuelve ola, mar embravecido y yo barco, fragilidad en tu inmensidad, vela plegada, náufrago y me pierdo dentro, muy dentro. Entre sábanas he descubierto que tu cuerpo tiene mil paralelos, sendas por donde siempre es nuevo transitar pero nada como tu ecuador, equidistante y caliente, selva tropical que rodea una boca de fuego. En tus brazos no hay tiempo, soy el que siempre he sido, el que reconozco de pequeñíto, el que juega, ríe, llora, baila. Ya no me importan cuantas letras tenga la palabra amor ni las teorías que la encorsetan. Siempre indefenso ante el amor que arrecia el destino, las tentaciones que lo persiguen, el pasado que lo frena y las ilusiones que irremediablemente anidan. Amor ideal que usurpa el nido y que además pide cuentas, respuestas perfectas, autocomplacencias. Tímido, vulnerable y herido, el amor se retira. Pero vuelve cuando me equivoco, te equivocas, nos perdonamos, cuando una vez derrotados, nos echamos una mano, nos escuchamos, nos apiadamos; cuando podemos ver relajados lo que el otro es, hace y piensa, cuando nos cuidamos. Tan duro es cariño el mundo, tanto frío, hambre, dolor y guerra se deshiela cada día que sólo una flor, un niño, tu sonrisa bien vale mantener la esperanza.
RECETAS DE AMOR
Llega el otoño Recoja las primeras hojas ocres y rojizas del otoño. Caldee la habitación y cúbrase desnuda con ellas formando un gran collage. Cuando llegue él dígale que debe separar hoja a hoja meticulosamente porque el otoño invita a descubrir tesoros.
Fugacidad Cuando pasee con uno de sus amigos no le diga que la belleza es tan fugaz porque vive en el delgado filo que media entre dos mundos, las formas que nos rodean y los ecos entrañables que nos provocan sin decantarse por ninguno de los dos. Simplemente cójale la mano procurando que cierre los ojos. Que sólo los abra cuando sienta un apretón en la mano. Llévele de la mano y en silencio delante de pequeñas oquedades del terreno, ante horizontes limpios, por los microuniversos de musgos y hojas, hacia los cúmulos cambiantes de las nubes, ante un trozo de piel o unos plásticos a la deriva. Enfoque bien, ajuste la lente y cuando esa fugacidad pase aprete el dispositivo, en un abrir y cerrar de ojos, se imprimirá una estela de lo irrepetible.
Reverberación Pónga espejos estratégicamente en los cuatro puntos cardinales de bronce bruñido o de obsidiana para retener con su imagen las almas o para ahuyentar a los fantasmas curiosos que siempre los hay. En el acoplamiento de los cuerpos miren los amantes de reojo, que las miradas reboten y hagan carambolas, que se vean desde fuera y desde arriba, en las más insospechadas ópticas. En la reverberación imparable de las imágenes no se saturen, conjuguen pasión y ternura, ilusión manifiesta y realidad sentida.
Bolsa de agua Esos días húmedos de invierno cuando ella llega destrozada de la batalla con el mundo prepárele un caldo caliente y métala en la cama aún a regañadientes. Mientras saborea el caldo con cara de pajarita empapada, métase debajo de las mantas y coloque sus pies ateridos contra los suyos calientes. Haga por un día de bolsa de agua caliente y arrastre sus pies hasta el vientre. Cuando el primer deshielo le llegue a la sonrisa, desplace sus témpanos hasta el pecho almohadillado. Más tarde dé cálido aliento también a cada dedo y ensaye los besos más calientes. Si después de todo no consiguiera romper la tibiez de sus pies no dude en convertirse todo usted en brasa ardiente.
Armonía Si siempres habéis luchado en la cama, si habéis embestido con fuerza y habéis dominado. Si cuando hacéis el amor rugís y sudáis para estallar antes de quedar derrotados, probad a poner música. Si el amor es armonía, danzaréis.
Supino En las artes amatorias pónte a menudo en posición supina. Cuando ella cabalgue encima no te entretengas en mirar el techo. Deléitate con la anteversión y retroversión de su pelvis, el contorneo de su cadera, su rotación interna y externa y el arrastre de su pubis; pero, por favor, no mires el techo aunque le falte una mano de pintura.
Ensalada Mezclarás tus hojas rizaditas de lechuga con sus rábanos cortados a cuartos; tus rodajas frescas de tomates con su perejil, pondrás tu pepino a tiras con sus pimientos picaditos, tus aceitunas rellenas con su aguacate. Os mezclaréis con sal, aceite y vinagre y os revolcaréis en una gran ensalada de amor.
Cumpleaños feliz No hay cena de cumpleaños que no acabe alegre y que no deje sobre la mesa un buen trozo de pastel con abundante nata. Se irán los invitados, se apagarán las últimas risas desternilladas. Ella todavía embriagada apagará con misterio las velas casi fundidas, él acechará en los escondrijos travieso, ella se defenderá con la nata. No tardarán en repetir pastel pero ya sin manos, plato ni cuchara.
Navegando Recostados sobre grandes almohadones, ponga la pierna derecha, la de usted, encima de la izquierda de ella, pero justo al contrario del otro lado. Sus dedos, los de la mano, entrelazados entre los de ella pero de sus pies, lo mismo que hará ella con los suyos. Enfrentados y acoplados dejen que el movimiento de la pelvis se balancee como un barco. Es necesario que vaya a estribor cuando ella gire a babor. Deje que ella gobierne las velas tirando fuertemente alrededor del mástil.
Tango Una música insistente despacha envites a diestra y siniestra. La estancia a media luz, los zapatos ajustados y livianos. No pierdan el ritmo del tango, lento, lento, rápido-rápido y lento. Ocurra lo que ocurra de ombligo para abajo, no pierdan la concentración, no invadan el terreno del otro, que las piernas no flaqueen, que los pies no tropiecen. No hagan caso al sofoco, no naufraguen todavía, no se miren fijamente pues perderán el compás… lento, lento y lento.
|
|
|
| |
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|