“Mi mejor regalo eres tú”.
¿Lo has escuchado alguna vez?
¿Quién te lo ha dicho?
¿Te lo has creído de verdad?
¿Cómo te has sentido y te sientes ante ello?
Si no has podido acoger
y creer a 100% que
“tú eres el mejor regalo” para él, o
para ella y para tus hijos, segun el caso
¿qué hay en ti , en tu interior, que te impide
asumirlo en serio?
Hay algo parecido a esto,
¿te has creído, de verdad, alguna vez, que
“el mejor juguete”
para tus hijos e hijas eres tú y tu mujer o marido?
que tu felicidad los hace felices
¿Y lo has practicado? Si tú no le acoges a él, a ella,
a cada hijo/a, como el mejor regalo para ti,
nunca podrás tú experimentarte como
el mejor regalo y el mejor juguete
para ellos.
Además, el regalo que no es acogido,
no llega a existir
como regalo. No basta la intención y la entrega
de quien te lo hace, de quien te regala;
hasta que tú no le acoges como tal,
el regalo no existe. Si lo crees,
ya lo has acogido en tu corazón;
te falta expresarlo con tus brazos abiertos,
con el brillar de tus ojos y de tu rostro.
Comienza por ti mismo/a.
“Mi mejor regalo para mi, eres tú”.
Piénsalo, créelo, siéntelo, díselo.
¿Y en tu vida del día a día?
¿De qué formas concretas se lo haces llegar
a él, a ella, a tu hijo/a, que te sientes y actúas
como un regalo?
Se trata de lo más profundo de ti mismo/a;
y has de ser muy honesta/o
en tus palabras, manifestaciones y comportamientos.
Vivirte, sentirte y expresarte como
“el mejor regalo” para él/ella,
para un hijo/a, va a cambiar mucho en ti, en felicidad.
Merece la pena. ¡Pruébalo! El don - el regalo -
de si mismo/a es lo más grande,
lo más profundo, lo más precioso de una persona.
¡Descúbrelo y vívelo en ti y en él/ella!
Vive lo que eres: un precioso regalo.
Se tu mismo no te engañes
De la red
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los hechos valen mas que mil palabras