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Discapacidad--Julio: Prensa discapacitado
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De: Buhoblanco (Mensaje original) |
Enviado: 19/12/2009 11:07 |
Discapacitados de máximo nivel manejan ordenadores con los ojos a través de un sistema de última generación
Pedro Palomo, director de Iriscom, resaltó que las personas inmovilizadas y sin posibilidad del hablar, «podrán a partir de ahora comunicarse con su entorno e integrarse socialmente». Con el manejo del ordenador, sugirió, «se les abre el mundo entero». «Nuestra ilusión -dijo¯es desarrollar el sistema para que llegue al máximo número de personas con estos problemas de salud, con el fin de enriquecerles la vida». Según sus cálculos, los potenciales usuarios de este sistema informático, con todas las dolencias antes precisadas, podría elevarse a 15.000 personas «como mínimo». Sería ideal, además, que los jóvenes con parálisis cerebral u otra enfermedad muy invalidante pudieran estar conectados a través de una red social con otras personas de su colectivo a través de proyectos similares a éste, indicó la confederación Aspace. El usuario del ordenador es un menor de 13 años con una grave peculiaridad. Padece parálisis cerebral y no tiene movilidad en gran parte de su cuerpo, incluidas las manos, ni puede hablar. Sólo posee un escaso margen de movimiento de su cabeza. Pero para navegar en internet dispone de lo que más necesita, el nivel de inteligencia preciso, y algo imprescindible: los ojos. Con su mirada puede acceder sin problemas a la computadora y manejarla con leves pestañeos. El iris del ojo le servirá como ratón virtual. Ha accedido, de esta manera, más allá de las fronteras del exterior, que sus graves problemas motrices y de comunicación le tenían vetado, a través de una herramienta informática de última generación.
Esta iniciativa, pionera en Europa, ha sido posible gracias al Proyecto Ediris, que permitirá a jóvenes con esta enfermedad utilizar las nuevas tecnologías como cualquier otra persona. Financiada en un 80% por el Ministerio de Industria (que ha aportado cerca de 290.000 euros, a través de su Plan Avanza), el 20% restante es cubierto por la Confederación Aspace, que agrupa a las principales entidades de atención a la parálisis cerebral de España. La Fundación Numen, integrada en la confederación, favorecerá con este proyecto a un centenar de niños con esta patología en Madrid, si bien se implantará en un total de 30 centros de Aspace durante este año, por lo que los beneficiados ascenderán a un millar de personas repartidas por todo el territorio nacional.
El programa está basado en un sistema creado y perfeccionado al límite por la empresa Iriscom. Sus componentes son una cámara de vídeo, iluminación infrarroja y una unidad de control. Su representante, José María Arrazola, explica que el funcionamiento esencial consiste en «emitir una luz infrarroja de muy poca potencia a los ojos del usuario. A través de una cámara se recoge la imagen del iris con los puntitos que origina esta luz; reconoce que son unos ojos y, a partir de entonces, los sigue». Concluida esa fase, «allí donde dirigimos la mirada, se va situando el ratón». Para hacer clic se pueden utilizar dos opciones: la apertura y cierre de los ojos o bien mantener la mirada en un punto determinado durante un escaso tiempo programado previamente.
Amplias posibilidades
La configuración, explica Arrazola, también permite a las personas con discapacidad extrema situarse ante un «teclado virtual», de manera que pueden elegir las letras y configurar frases que pueden convertir en voz mediante un sintetizador. El abanico de posibilidades que se abre a partir de ese momento es amplísimo. Si son niños de pequeña edad, pueden aprender a leer o escribir con el abecedario integrado en el programa. También se puede instalar una «previsión de palabras o necesidades», de tal manera que pueden saludar (hola), despedirse (adiós), alertar de algunos problemas (me duele la cabeza) o expresar sus sentimientos y necesidades más perentorias (gracias, dame un beso acuéstame, quiero comer). Y, además, alcanzar el resto de opciones tecnológicas de ocio e información que se ofrecen a cualquier usuario habitual: enviar correos electrónicos, chatear, leer libros digitales, jugar al ajedrez o conectarse con personas de su colectivo.
Para Aspace, el Proyecto Ediris es vital, toda vez que los pequeños con parálisis cerebral que no reciben los estímulos necesarios sufren «graves retrasos en su desarrollo psicomotor». Hasta el presente, un menor «con problemas motóricos no podía aprender a leer ni a escribir, se quedaba al margen del proceso formativo, se aburría y carecía de autonomía». Con la nueva iniciativa, «su situación cambia por completo: puede acceder a toda la información a través de la red, lanzar al aire o a personas concretas sus comentarios o exponer sus ideas en blogs». La tecnología, de esta manera, suple la discapacidad. La calidad de vida de los enfermos mejora gracias a las posibilidades informáticas.
Otros discapacitados
Indica Arrazola que este sistema informático es extensible a otros discapacitados de máximo nivel, como afectados por esclerosis lateral amiotrófica (ELA), graves daños medulares o ictus cerebral, o personas que padezcan patologías como las ataxias y la enfermedad de Parkinson en estado muy avanzado. «En general, niños o adultos con graves problemas motrices y de comunicación», subraya. La afición al ordenador de estos afectados es singular y, en muchas ocasiones, muy superior a la de la media del resto de las personas sin trastornos, toda vez que se encuentran «enclaustrados en su mundo y ahora consiguen autonomía para poder expresarse». La condición imprescindible es que, además de la vista, posean plena consciencia. «Algunos -relata¯ son grandes especialistas en mus virtual y otros en punto de cruz a través del ordenador; otros escriben sus crónicas diarias».
El proceso de enseñanza de este sistema oscila entre semanas y meses, según el interesado. En este entrenamiento se acude a las casas de los nuevos usuarios y se les ayuda incluso a conseguir recursos para financiar el sistema, cuyo precio es elevado y ronda los 9.000 euros, ya que se trata de una tecnología «muy avanzada y cara». Una vez instalado el sistema, se colocan los programas más acordes con las necesidades de los nuevos clientes y se forma también a sus cuidadores, sean o no familiares. Maite Lasala, presidenta de Aspace, expresó su satisfacción por este programa, toda vez que «ayudará a muchos niños con parálisis cerebral a recibir una educación normalizada gracias al manejo del ordenador con un solo pestañeo», al tiempo que se logrará que «la brecha digital respecto al resto de las personas sea lo menor posible». | |
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Ver a través de las manos
El sistema braille, alfabeto formado por puntos de relieve que los invidentes utilizan para leer y escribir, celebra este año el 200º aniversario de su nacimiento
Leer una novela, saber el precio de un café, consultar el folleto de un museo o navegar por internet son pequeñas cosas de la vida diaria que pueden convertirse en todo un problema para las personas invidentes si no están adaptadas al sistema braille. Este alfabeto, formado por puntos en relieve sobre un papel, permite a cualquier ciego leer y escribir desde un simple texto hasta fórmulas matemáticas o partituras de música. Este invento, imprescindible para el colectivo de invidentes, cumple ahora sus 200 años de vida. Las cosas han cambiado y después de dos siglos ya no sólo se utiliza en papel sino que está plenamente adaptado a las nuevas tecnologías
ANA RAMIL | A CORUÑA Son tan sólo seis puntos en relieve con un total de 64 combinaciones sobre el papel pero que permiten que millones de personas en todo el mundo puedan acceder a cualquier tipo de información de manera independiente y con la única ayuda de sus manos. El sistema braille, alfabeto con el que los invidentes pueden leer desde una novela o una partitura hasta el contenido de un CDRom o una página web, cumple sus 200 años de vida. Su inventor, el profesor francés Louis Braille -ciego desde los tres años- reformó un sistema de lectura para invidentes creado por uno de sus docentes y lo convirtió en un sistema universal adaptado a cualquier idioma desde el ruso, el japonés hasta el árabe o el griego clásico.
Aprender braille es la única forma que tienen los invidentes de alfabetizarse y de alcanzar una formación académica similar a la de cualquier persona. Pero dominar la lectura a través del tacto no es nada sencillo. "Para una persona adulta es muy complejo. Normalmente pueden tardar hasta seis meses y quienes lo tienen más difícil son las personas mayores que se quedan ciegas y además tienen problemas de movilidad en las manos", indica el técnico instructor de tiflotecnología y braille de la ONCE en A Coruña, Juan Buño.
Sus alumnos superan de largo la mayoría de edad pero las técnicas de aprendizaje recuerdan a las de cualquier profesor de Primaria. Lo primero es que el nuevo invidente reconozca cada uno de los símbolos. Seis puntos, tres filas y dos columnas son la base del braille y en función de la ausencia o presencia de puntos se distingue cada número o letra. Sólo hay 64 posibles combinaciones por lo que, en muchos casos, la letra lleva asignada cualquier otro signo que permite ver sílabas, comas o mayúsculas. En la primera lección, los estudiantes aprenden a tocar las líneas de texto en un soporte con pinchos de madera -"en el que se diferencian muy bien los puntos", indica Buño- para pasar luego al papel. "Les enseñamos primero las vocales, en textos donde estén muy separadas para que no las confundan y luego ya pasamos a las cartillas similares a las de cualquier niño que aprende a leer", añade.
Una vez adquirido cierto nivel, hay que saber diferenciar los signos en función del contexto. "Como la combinación de elementos es limitada hay símbolos que se repiten y que diferencias únicamente en función del contexto: si es teatro, una partitura, etc...", indica Buño.
Este profesor coruñés defiende a capa y espada el braille como el mejor método de acceso a la información para el colectivo de invidentes pero no todos están de acuerdo. "Todo el mundo debería aprenderlo porque no es lo mismo escuchar algo que poder leerlo por tí mismo", indica Buño aunque reconoce: "La gente joven no suele tener problemas porque quieren estudiar y sin esto no pueden hacerlo pero los mayores son más reacios". Lo mismo ocurre con aquellas personas que tienen un resto visual, es decir, que todavía cuentan con algún grado de visión. "Este colectivo no suele querer aprenderlo porque considera que es como si ya se hubieran quedado ciegos del todo. Sin embargo, quienes sufren ceguera desde la infancia o de nacimiento son acérrimos defensores del braille", resalta María Isabel Antequera, transcriptora de documentos a este sistema para la Fundación de la ONCE con sede en A Coruña.
Adaptación al siglo XXI
Los dos siglos de vida del sistema braille -se calcula que se configuró entre 1825 y 1829- no impiden que este medio de comunicación para invidentes se haya adaptado a los nuevos tiempos. El papel no lo es todo y en la actualidad, cualquier ciego puede manejarse a la perfección con un ordenador a través de este método de lectura y escritura. Eso sí, con una computadora especial, al alcance de muy pocos.
El ordenador es similar al de cualquier persona con visión excepto porque incorpora un sistema de voz que va indicando cada una de las acciones que el usuario debe realizar y por la línea de braille, una pequeña ampliación del teclado tradicional en la que, gracias a un software concreto, se levantan unos pequeños puntos que conforman en braille los textos que aparecen en la pantalla del PC. "Es fácil de manejar pero contar con un aparato de estas condiciones es muy caro. El lector de braille tiene un precio de 800 euros y las impresoras especiales pueden alcanzar los 3.000", señala Buño, quien añade: "De cualquier modo, la ONCE presta gratuitamente estos ordenadores a los estudiantes que lo necesiten durante su formación".
A nivel informático, España es líder en el mundo en aparatos adaptados a invidentes. Es la nación que mas impresoras que ofrecen textos en alfabeto braille produce gracias al trabajo del Centro de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Tiflotécnicas, desde donde se exportan este tipo de aparatos para todo el mundo.
El día a día
El sistema braille es imprescindible para la educación de 7.500 niños y jóvenes españoles pero también es básico para que cualquier invidente pueda ser independiente en su vida diaria. Detalles tan simples como distinguir los botones del ascensor, saber cuanto vale un café, el horario del cine, tomar el medicamento correcto o comprobar que te llevas tu marca favorita de yogures se convierte en una verdadera odisea cuando no se tiene el privilegio de ver. Por ello, cada día más empresas y administraciones públicas se esfuerzan por ofrecer un mayor número de productos en braille al alcance de todos.
Los folletos municipales, de museos o de información administrativa, la mayoría de ascensores, los fármacos, los cajeros automáticos e incluso muchas cartas de restaurantes y cafeterías ya aparecen con los puntos en relieve dirigidos a invidentes. Además, desde el pasado año, todas las personas con deficiencias de visión pueden realizar su derecho al voto de forma totalmente anónima con papeletas en braille. En las próximas elecciones gallegas del 1 de Marzo será la segunda ocasión en la que los invidentes de Galicia podrán llevar a cabo esta iniciativa. Para ello sólo deben de tener acreditada una minusvalía igual o superior al 33% o ser afiliados a la ONCE. Estas personas deben llamar al teléfono gratuito de información 900 878 765 y solicitar que, el día de la votación, su mesa disponga de sobres y papeletas en sistema braille.
Grandes avances pero que no son suficientes. "Ninguna persona con vista puede saber realmente lo necesario que es adaptar las cosas para los invidentes", indica Antequera, quien de todos modos asegura que "hoy en día, la sociedad está cada vez más sensibilizada con este tema e integra a la perfección a las personas con discapacidad visual".
Esta transcriptora de A Coruña reconoce que la mayoría de las personas invidentes puede llevar hoy en día una vida "prácticamente normal". "Depende de cuando hayan perdido la visión pero, en muchos casos, se manejan ellos solos para todo desde salir a hacer la compra, preparar la comida o planchar".
La clave está en la actitud que una persona adopta cuando recibe la noticia de que pierde la visión. "En el caso de los ciegos de nacimiento suelen espabilarse muy rápido y al llegar a la universidad ya son pocos los que nos piden apuntes en braille porque suelen arreglarse con medios informáticos o la ayuda de sus compañeros", sostiene Antequera. "Los que se quedan de repente lo pasan peor", añade.
Informática, sonido y papel son los tres soportes en donde se apoyan quienes tienen problemas de visión para no perderse nada de su alrededor. Todo surgió hace 200 años cuando el braille abrió un mundo de posibilidades a quienes tienen en el tacto sus mejores ojos.
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La psicóloga de Down Extremadura espera que mejore la integración laboral, aunque destaca los avances
Julia Rodríguez Díaz es la psicóloga de la asociación Down Extremadura. Talleres, terapias, programa o charlas conforman su trabajo diario. La meta es simple: mejorar la capacidad autónoma de los niños con este problema. Su trabajo también consiste en asesorar a las familias.
-La integración sociolaboral también depende de todos. Si yo tengo un compañero Down y le doy un trato especial ¿en realidad estoy actuando correctamente?
-Se debe trata como a cualquier otro compañero. Y por supuesto también se le debe exigir el cumplimiento de sus obligaciones. En muchos casos se da el falso paternalismo de tratar a adultos Down como si fueran niños pequeños. Y no lo son. Yo siempre digo que son como el resto, pero van más lento. Uno no trata igual a un chico con 20 años que a un niño de 10. Pues en este caso es lo mismo. Otra cosa a tener en cuenta es que no todos los Down son iguales. Existe mucha variedad y cada uno tiene una capacidad de desarrollo diferente. La gente se piensa que todos deben hacer lo mismo y tienen que comportarse igual. Evidentemente el carácter de cada uno puede hacer que tenga unas habilidades u otras. Tenemos que aprender a ver esa variedad en las personas con síndrome de Down.
-Si cada vez nacen menos niños con este mal, ¿cree que asistimos a la última generación Down?
-No. Ni mucho menos. Siempre habrá gente valiente, preparada y dispuesta. No todo el mundo decide abortar cuando te comunican que tu hijo va a tener una enfermedad cromosómica. En esta decisión intervienen convicciones personales, sociales, familiares y religiosas. Yo no creo en una sociedad sin personas Down. No sería humana. Además hoy existen servicios y ayudas que hacen la vida más fácil a estas personas. Falta mucho por hacer, es cierto. Pero esto no quita lo que hemos avanzado.
-¿Cuál es la asignatura pendiente al día de hoy?
-Quizá hay que dar un paso más en la integración sociolaboral. Estaría bien que aumentaran las oportunidades laborales para los chicos. De cualquier modo, creo que avanzamos en esa dirección y cada vez hay más empresas dispuestas a ofrecer oportunidades laborales.
-Si ser padre es complicado, serlo de un niño con este problema lo dificultad aún más.
-Al principio es un shock que destroza a cualquiera. Están desorientados. Sobre todo cuando no se ha detectado el mal durante el embarazo y se encuentran de repente que su hijo ha nacido con una discapacidad. Nosotros aquí tenemos una escuela de padres donde los padres de niños mayores explican sus experiencias a los nuevos. Surgen muchas dudas, y a veces ese intercambio de experiencia tranquiliza para hacer más fácil el día a día. Una vez que pasa esos primeros meses, todos los padres te dicen lo poco que sabían sobre el síndrome de Down y el apoyo que encontraron en familias que tienen un hijo Down.
-Es decir, que la asociación también beneficia a los familiares
-De eso se trata. Nosotros realizamos programas con los niños desde que nacen. Igual que un hijo normal, cada etapa del chico supone una etapa con inquietudes diferentes. Cómo es lógico, a los padres les preocupa cuáles van a ser los límites de su hijo y que grado de autonomía van a poder alcanzar. Cuando el niño ya es mayor, las preocupaciones se centran en cómo se relaciona con los demás y en cómo asume el propio chico sus limitaciones.
-¿Es habitual la sobreprotección de los padres con los hijos Down?
-En algunos casos se muestran reacios a que trabajen. Pero la incidencia es la misma que en hijos que no son Down. Algunos padres son más sobreprotectores que otros. También influye el tipo de familia. No es lo mismo un matrimonio con cinco hijos que una mujer viuda con hijo único. Cuando conviven varios hermanos, los padres cuidan mucho la relación entre ellos.
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Una herramienta informática pionera permite el acceso a los ordenadores a los afectados de parálisis cerebral al sustituir el ratón por el movimiento del iris
El sistema Iriscom calibra la mirada de un afectado por parálisis cerebral antes de iniciar el manejo del ordenador. / ANTONIO SALAS
Viven encerrados en un cuerpo inmovilizado, incapaces de controlar sus músculos y de comunicarse con normalidad con el exterior. Y lo que aún es más duro: en muchos casos son totalmente conscientes de su situación. Alrededor de 120.000 personas -unas 3.500 en Málaga- sufren parálisis cerebral en sus distintos niveles en España, un desorden permanente e irreversible que afecta a la función motora del individuo.
En la vida diaria, esta discapacidad se traduce en la imposibilidad de leer o escribir, en la dificultad para hablar y, en definitiva, en la ausencia total de autonomía. Ante esta realidad, el acceso a las nuevas tecnologías es una barrera más. O lo era. Una innovadora herramienta informática desarrollada en España y presentada ayer en Málaga sustituye el ratón y el teclado del ordenador por los ojos de la persona. «Permitirá a los paralíticos cerebrales abrirse al mundo, comunicarse y participar de la sociedad como cualquier otro individuo», resaltó el director de la Asociación Malagueña de Padres de Paralíticos Cerebrales (Amappace), Domingo Collado.
A través de la tecnología de la videoculografía infrarroja, el sistema bautizado como Iriscom detecta los movimientos oculares del sujeto. Tras un proceso de calibración, el dispositivo consigue deducir el punto de vista del individuo dentro de la pantalla del ordenador. Con esa información, ya es posible controlar la dirección del ratón simplemente con la mirada. Cuando la vista se posa durante un corto espacio de tiempo sobre un punto en concreto, la herramienta actúa como si el usuario hubiera hecho un click.
Jugar y aprender
De esta manera, con una serie de programas adaptados -muchos de los cuales se descargan de Internet de forma gratuita-, la persona con discapacidad puede desde escribir un texto fijando su mirada en las letras de un teclado digital que aparece en la pantalla, hasta jugar, formarse e incluso navegar por la Red. Con apenas 300 gramos de peso, este dispositivo es compatible con cualquier ordenador medio (con 2 GB de RAM y disco duro de 120 GB) y su precio por unidad es de 7.000 euros.
Ahora, el sistema Iriscom acaba de llegar a Málaga, a Amappace, donde permitirá a una treintena de jóvenes malagueños con parálisis cerebral manejar un ordenador de forma «rápida, libre y directa», algo impensable para ellos hace tan sólo unos meses (existían otras tecnologías, pero menos prácticas). Y todo ello será posible gracias al Proyecto Ediris, financiado en un 80% por el Ministerio de Industria (que ha aportado cerca de 290.000 euros, a través de su Plan Avanza) y en un 20% por la Confederación Aspace, que agrupa a las principales entidades de atención a la parálisis cerebral del país.
Amappace es el tercer centro de España que cuenta ya con esta herramienta informática, pero en breve serán 30 asociaciones las que se beneficien del avance tecnológico y llegará a más de mil usuarios. Es un gran paso, pero no es suficiente. Desde Amappace, pidieron a las autoridades competentes que se «generalice» el apoyo a este tipo de proyectos, de tal manera que con el tiempo se pueda conseguir que el sistema Iriscom estuviera ya instalado en los portátiles.
Detrás de Iriscom hay una historia personal de lucha contra las barreras que impone la sociedad de la información. Los empresarios vascos Pedro Palomo y José María Arrazola comenzaron a buscar una solución para facilitar la vida a aquellas personas que están «en una situación de enclaustramiento» físico en 2003, poco después de que la mujer de Arrazola falleciera de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). «Ella nos decía parpadeando cuando le mostrábamos las letras que lo más duro de todo era no poder comunicarse», explicó Palomo. Descubrieron entonces que, aunque la función motora se deteriora, el control sobre el movimiento de los ojos permanece siempre, y sobre él actuaron. Ahora, ellos fabrican y distribuyen el sistema Iriscom, forman a quien lo vaya a utilizar y ofrecen la posibilidad de asistencia por control remoto. | | |
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«Para ser feliz quiero un empleo»
La intervención de Izaskun en el programa de TVE «Tengo una pregunta para usted» no dejó a nadie indiferente. Su pregunta al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sirvió para poner de manifiesto que miles de personas con síndrome de Down o con algún tipo de discapacidad intelectual están esperando una oportunidad laboral. Algunos ya la han conseguido, otros trabajan para lograrla. Pero ninguno lo hará sin la ayuda de todos.
Pedro José tiene 30 años y se encuentra entre los privilegiados. Trabaja como auxiliar administrativo desde hace seis años; primero lo hizo en el Ayuntamiento de Murcia y ahora desempeña su tarea en la Fundación Síndrome de Down de la capital murciana. «Soy feliz en mi trabajo y me encanta ayudar a la gente», asegura. En su sendero hacia la integración laboral Pedro José ha encontrado siempre el apoyo de quienes velan por allanar el camino de estas personas para las que los obstáculos son mayores. Otros jóvenes, como María José, Eduardo, David o Jorge, han saltado también la valla de la trisomía 21 y son felices en su trabajo.
Empleo con apoyo
Hoy, se estima en 35.000 el número de personas que sufren esa alteración en España. De ellas, 1.853 trabajan en distintos sectores, públicos y privados. Según la Federación Española de Síndrome de Down, en los últimos diez años el número de empleados de estas características ha subido un 66,50%, y el incremento cuantificado en 740 personas responde en su mayoría al «Empleo con Apoyo».
¿En qué consiste esta modalidad? Cuando un discapacitado intelectual se incorpora a un empleo, un preparador laboral le enseña a trabajar «in situ». No obstante, no todas las personas con discapacidad que se integran en el mundo laboral lo hacen con apoyo.
Las cifras parecen muy pequeñas pero encierran un gran valor. Pedro José ha seguido este camino. Se encuentra muy integrado en el entorno laboral y sus compañeros le tienen en gran consideración. «Es el momento mejor de mi vida», enfatiza. «Soy uno más en el trabajo y todos me quieren». En realidad, ninguno plantea problemas con sus compañeros e incluso se ofrecen a modificar sus vacaciones para que no tengan que hacerlo otros compañeros. «Con su actitud contribuyen a hacer más humana la convivencia diaria, porque son personas sin doblez, que realizan su trabajo con una minuciosidad ejemplar y no plantean conflictos», asegura Pedro Martínez, asesor de la Federación Española de Personas con Síndrome de Down.
¿Cómo responden los compañeros? «No suele haber conflictos. Alguna vez ha habido susceptibilidades entre otros empleados de la misma categoría, pero todo se ha resuelto favorablemente».
¿Qué tipo de trabajo pueden desempeñar las personas con esta discapacidad? «Siempre son tareas auxiliares y con poca toma de decisiones», indica Pedro Martínez, al tiempo que advierte de que las condiciones laborales y el sueldo son las mismas que las de los empleados en puestos similares. «Ellos -continúa- reciben las mismas retribuciones que sus compañeros de categoría profesional y su eventual menor productividad, derivada de su discapacidad, es compensada por las desgravaciones de las que se beneficia el empresario al contratarlos».
¿Han detectado algún caso en el que sean consideradas como mano de obra barata? «No, porque la vigilancia es muy escrupulosa. Si se da la mínima sospecha, la actuación es inmediata». La integración escolar y laboral de quienes sufren discapacidad intelectual es decisiva para su calidad de vida y su adaptación social. Algunos permanecen para siempre en el hogar familiar, otros viven en residencias y otros lo hacen en pisos tutelados. Esa es la modalidad elegida por Pedro José. En su casa, todos comparten las tareas propias de un hogar. Él se encarga de la cocina y con orgullo resalta que «es un experto preparando la pasta». Además, sale con sus amigos y va al cine o a la discoteca.
Cuatro casos de excepción
En esta integración no existe una receta única. «Cada uno es diferente y no hay que exigir a todos lo mismo. Sería un error plantear un mismo objetivo para todos, porque cada uno es una historia única e irrepetible», dicen los expertos. «Unos serán capaces de superar la enseñanza obligatoria, otros de obtener una cualificación profesional y otros simplemente un adiestramiento para sentirse útiles». | |
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