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Divagues: Introducción a la Conciencia
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 09/12/2009 23:48
Introducción a la Conciencia
 
La historia nos enseña que ningún cambio trascendente proviene de las cúpulas, sino de las bases. Unas bases doloridas, sensibles y despiertas que siempre han ido por delante de las raíces atávicas que han mantenido –hasta el presente- unido al ser humano al mito. Entendemos por mito al conjunto de creencias e imágenes que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y le convierten en modelo o prototipo. Y aunque podría parecer que no es así, el mito campa a sus anchas en nuestra cultura global, más allá del espacio religioso.

Estoy firmemente seguro que la voz de un experto confirmaría que la propensión humana al mito (ya sea en la política, ciencia, cultura, religión, etc) se debe a la inmadurez en la que invariablemente hemos estado sumidos. Podríamos decir que todo ello es producto de nuestro analfabetismo espiritual, a la ausencia de una cultura espiritual sobre nosotros mismos.

Ese analfabetismo espiritual es generado desde la pereza del ser humano (entretenido en otros quehaceres inmediatos, precisamente originados –en la mayoría de las ocasiones- por su inmadurez), y por la inteligente acción del quienes crean religiones grupales en las que el ser humano siempre tiene una posición desventajosa.

Será, pues, fácil de comprender que si en las cuestiones más elementales (quién soy y qué hago aquí, cuál es mi relación con el creador/a, etc) existe una perversa falta de instrucción que estimule a la formulación de todo tipo de cuestiones, en el resto de ámbitos cotidianos, el proceder es –desgraciadamente- muy similar. En definitiva, no crecemos educados para cuestionar, para subvertir, sino para acoplarnos a lo establecido, para acatar y aceptar respuestas que se confeccionaron por las manos y las voces de quienes recibieron la bendición del poder.

Los tiempos de la humanidad pueden ser cambiantes e ir ‘quemando’ etapas, pero el hecho mitológico permanece con insistencia. A veces disfrazado de admiración a un personaje (no solamente del mundo de espectáculo), de apoyo a una causa injustificable, de participación en una sangrienta tradición, en un ritual religioso de sumisión. Más sofisticadamente, en los salones donde se mezcla el dinero con la geoestrategia, la tecnología, la salud, el cosmos, el mito adquiere otro disfraz, y se viste de impecable señor que pocos se atreven a contradecir, so pena de ser calificados de desleales, locos, etc.

El poder nunca ha sido generoso, ni flexible a las exigencias de los tiempos críticos, y las bases que son la avanzadilla lo saben. Bases que -no obstante-, dadas las características especiales del momento histórico en el que nos encontramos, parecen no haber entendido bien que su proceso de criticismo hacia el sistema debe comenzar por un reflexivo cuestionamiento del procedimiento crítico que aplican.

Y deben serlo porque esos procedimientos, no pocas veces, son articulados de manera irreflexiva, viciados por la cultura residual de tantos y tantos años de condicionamiento por parte del mito:

*Si aparece una nueva ciencia que trata de abarcar otras y unificar campos que expliquen fenómenos de diversa naturaleza, ésta es tachada de engaño.

*Si se habla de inteligencia no-humana se responde con una mueca burlona y se descarta toda seriedad en la investigación. En otros casos, cuando el fenómeno de inteligencia extraterrestre ya ha sido asimilado, la respuesta inmediata es acusar de connivencia con los enemigos del género humano.

*Cuando se pone en duda algún dogma religioso, el que cuestiona es calificado como anticlerical trasnochado. Si es en el terreno político y se recela de las versiones oficiales, entonces habrá que aceptar que se nos acuse de defender el islamismo radical…

En definitiva, todo intento por conmocionar, por agitar la perspectiva asentada de la realidad, es contestado desde un irracional prejuicio.

Todas esas respuestas ‘rebote’ (inmediatas, reactivas, imprudentes) no son sino pobres reacciones emocionales defensivas del orden establecido, que toman forma en contenidos intelectuales endebles, de resistencia al conocimiento. Es, ni más ni menos, que una acción de blindaje por parte del propio sistema, que tiene en todos sus individuos (mientras no se realice un descondicionamiento), su mejor defensa.

Por desgracia, para los fieles creyentes en los dogmas académicos, de la curia, de la retórica política, la verdad es indomable y no consiente que se la encajone por mucho tiempo.

Y la verdad tomó forma de conciencia individual, con aspiraciones globales. Una conciencia eternamente soltera e independiente. Una conciencia que empuja al individuo a emprender el camino de la introspección, donde puedan ser detectados esos fantasmas de analfabetismo que nos llevan a condenar todo intento por romper los grilletes del inmovilismo, la ignorancia. Porque el propósito de la conciencia no es rendir pleitesía a otros, sino defender la causa de la evolución del hombre y la mujer. No hay más.

Una conciencia que espanta el miedo al futuro, que discierne, que desea que el ser humano sea reflexivo antes de proceder. Conciencia no entiende de rivalidades, ni de perezas. Mucho menos de complacencia con los parámetros cómodamente establecidos. Me gusta describir a Conciencia, así, con mayúsculas, como una señora de cabello cano imposible de engañar, inconformista. Sí, lo quiere todo. Todo lo que le pertenece, que es todo. Porque la materia ya ha experimentado por sí sola que, sustituyendo a la noble señora por el mito incuestionable (en todas sus variadas formas), progreso, lo que se dice progreso, no habrá.

Conciencia propone que el ser humano deje de mirarse su carnal ombligo, y que considere el lugar que quiere ocupar en toda la creación. Y que ocupe ese lugar con completa responsabilidad. Desea que recupere la capacidad de observación, mutilada por años de soberanía cedida en que otros observaban por nosotros. Ella quiere que dejemos que pervertir el lenguaje, pues somos víctima suya.

Aspira, Conciencia, a que dinamitemos la mal llamada ‘realidad’, y que hagamos conjeturas serias sobre los escenarios confluentes que tenemos por delante:

1-Un planeta en crisis. El término ‘crisis’, aunque le hayamos añadido un halo emocional negativo, es cambio y oportunidad. Y vistas las condiciones en las que la humanidad se ha desenvuelto en los últimos milenios, toda crisis debiera ser bienvenida. En definitiva, un sistema cuyo guión parece agotado.

2-Un innegable incremento de la actividad relacionada con el fenómeno de la inteligencia no-humana y sus objetos volantes.

3-La entrada en un ciclo cósmico –al menos a niveles galácticos- que se acaba expresando directamente en la materia terrestre y humana. Sus consecuencias las llevamos experimentando desde hace unos años, puede que incluso -a niveles sutiles- en el surgimiento de la conciencia.

Todos estos elementos –que no son poca cosa- son motivos más que suficientes para partir de una premisa: olvidamos que aprender no es cosa de la escuela, sino de toda la vida. Aprender a aprender significa no partir desde la hostilidad, ni desde la apatía o el conformismo. Aprender, como nunca antes necesario, es observar -desde la soltería cultural- con extremo detenimiento; aprender es vivir.

Leído en StarViewer



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 10/12/2009 00:48
A veces tenemos ideas, pensamientos que queremos plasmar en un texto. Yo me encontré este que practicamente contiene todo aquello que yo misma pienso.
Coincidimos muchos, gracias a dios, en ver la vida desde esta perspectiva, es gratificante no saberse solo o pensarse loco o fuera de contexto.
Vengo de una generación que frente a lo que los mayores nos inculcaban, reaccionamos. Pero aunque fué una movida grande no lo fué en forma suficiente.
 
Me encantó leer, que somos INMADUROS, es así como veo yo a nosotros los humanos. Como niños que nunca crecemos, y como tales tomamos las enseñanzas que nos van inculcando como férreas leyes que hay que seguir al pié de la letra.
 
Por ahí la gran fuerza de las palabras Familia, Bandera, Patria, Dios. Y no reparamos en ellas, solo las repetimos como loros, mientras "jugamos" a "vivir". Los poderes de turno, que nos han manejado desde siempre, las usan en su propio beneficio, y nosotros entretenidos con los "juguetes" que nos brindan y por los que nos "hacen pagar", les seguimos el juego.
 
Como cualquier otro animalito necesitamos un lugar en donde vivir y resguardarnos, y comida. Reproducirnos y mantenernos sanos. Despues ... a corretear y jugar. Con eso nos sentimos satisfechos por completo.
Por otro lado nos creemos diferentes a los otros animales, tenemos conciencia. Y yo me pregunto para que la usamos? Mas bien creo  que no lo hacemos. Pues si de verdad tomaramos conciencia de las cosas no estaríamos al nivel que estamos.
 
Fuí siempre una persona que de forma natural fué refutando una a una las cosas que me iban inculcando a fuego, la familia y la sociedad. Así se me tildó de anarca, de atea, de rara. Quizás hasta de loca. Y yo me lo terminé creyendo, pues es muy difícil y fatigoso nadar conta corriente, llega a costar la vida.
 
Cosa fantástica, ya muy mayor tuve una computadora en mis manos, y con ella acceso a intenet. Y con él acceso a una información que no solo me demostró que no estaba loca ni era rara, sino que además quizás adelantándome a mi generación y a varias que me han sucedido, tenia razón! Y si aún tengo tiempo para vivir, podré ser testigo de que mis mas ocultos sentimientos y percepciones de lo que es la vida  tomarán forma.
 
Porque yo cuando me presentaron a dios, pregunte quien era, y jamás quedé conforme con las explicaciones que me dieron, criada en un colegio de monjas, les di batalla y se agarraban los pelos por mi reacionaria forma de ser, pero al mismo tiempo decían que era una niña de una conducta intachable e inobjetable. Poco a poco a solas lo encontré, pero mi creencia y sentimiento no tienen cabida en nada que la sociedad hasta hora me haya presentado.
 
Cuando se habla de familia, mi sentimiento mas profundo fue y es, la familia humana y dentro de ella un pequeño y selecto núcleo de seres que me rodean.
 
Cuando se habla de banderas, solo veo banderas falsas, que no hacen otra cosa que dividir para reinar. Pues para mi no existen las banderas ni las fronteras, ni tampoco existen divisiones. Lo mismo con las palabra patria, el planeta es mi patria y la de todos. A lo sumo tendré un habitat que me es familiar, al que me he acostumbrado, al que conozco, en el que me siento mas cómoda,  y segura, y al que termine amando.
 
En una palabra jamás acaté el orden establecido, tuve muchos problemas y sufrimientos, pero hoy me doy por satisfecha de no haber claudicado jamás.
El orden establecido es basura, una maldita basura con que nos han tapado los ojos y los oidos, para convertirnos en pobres borregos dóciles que entran al matadero para darle de comer a los que estan en la parte alta de la pirámide. Pirámide que se esta viniendo abajo por su propia presión.
Cuandos las cartas esten todas en el piso desparramadas, quizás muchos abran sus ojos incrédulos ante lo que ven, y tal vez...solo tal vez logren reaccionar al fin y sacudirse de encima la basura y poder al fin ver la luz. 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 04/02/2010 05:03
Bueno encontré otro artículo que me da en parte la razón a lo que expongo ....
 
 
Nos dice el psicólogo Abraham Maslow y su escuela de Psicoterapia Transpersonal, que el individuo no solo se enferma cuando sus necesidades básicas no se satisfacen, sino también cuando sus meta-necesidades básicas tampoco lo son, a saber la urgencia de una interiorización espiritual que provea las respuestas apropiadas a esas profundas preguntas filosóficas y espirituales que el Hombre, en su vida, más tarde o más temprano termina haciéndose: ¿cual es la razón de nuestra existencia; cual nuestro origen y cual nuestro destino; cual es la razón del sufrimiento humano; y la pregunta más importante: cual es la razón de la muerte y como debo actuar para trascenderla? Cuando al Hombre por diferentes causas no le es posible suplir, tanto a sus necesidades básicas de alimentación, techo, vestuario, etc., así como a sus meta-necesidades espirituales, el asunto desemboca para él, en una gran tensión interna psicológica que puede llegar a enfermarlo gravemente en su organismo, toda vez que su sistema inmune puede verse directamente interesado por la continua tensión, o estrés como ahora se lo llama; o también enfermando su psique, al causarle hondas depresiones, que muchas veces pueden terminar en suicidio. En el mundo occidental moderno, las meta-necesidades espirituales, casi que desconocidas en su importancia capital, han sido prácticamente ignoradas y el esfuerzo se ha dirigido, de forma poco menos que exclusiva, a la solución de las necesidades básicas de alimentación, techo, seguridad social, etc. Esto lentamente ha ido conduciendo a la consecución de elevadas metas socio-económicas por parte de grandes grupos humanos, pertenecientes sobre todo a países del Primer Mundo; pero estas metas, una vez obtenidas y como los falsos dioses que han terminado siendo, lo que en verdad están engendrando es una sensación de vacuidad vital cada vez mayor que necesita de alguna manera ser subsanada. Las grandes religiones que en el mundo han sido y son, tales como el cristianismo, el islamismo y el budismo, se han encargado de ello durante milenios, pero pienso que el turno le toca ahora a la verdadera ciencia humana, ciencia que para nada ha de colisionar con las también verdaderas y milenarias creencias religiosas sobre el origen y destino del HOMBRE
 
Cornelio Gonzalez
Hombre y Cosmos


 
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