Vestido con un elegante traje de chaqué e iluminado por una suave luz que parece emanar de él, camina con paso firme hacia su silla. El público espera silencioso y expectante; el hombre toma entre sus manos el preciado instrumento y en un momento, comienza con infinito amor, a tocar.
Una sombra cubre sus ojos aumentando la sensación de irrealidad; la coordinación entre músico e instrumento es tan fuerte que por momentos la unión es perfecta. Sólo un cuerpo; mitad vida, mitad embrujo.
La música del violín se eleva fastuosa y el aire parece estremecerse por un segundo, mientras busca acoplarse a la melodía. Un sonido envolvente, casi hipnótico se escurre hacia las butacas de las primeras filas. La melodía se vuelve dulce, tormentosa, alegre, triste, embriagadora... a medida que la magia de los pentagramas se descubre. El alma del violinista se descarga como una lluvia de reflejos por las finas y tensas cuerdas y atraviesa cual saeta las otras almas que escuchan subyugadas, despojadas en cada acorde, con la más perfecta de las técnicas. Los balanceos de la música se convierten en razones de vida y amores perdidos, en melancólicos llantos y abrasadores odios, en circunstancias infantiles y en motivos hallados, en recuerdos pasados e imágenes eventuales.
El futuro deja de ser incierto y la muerte una amenaza, las palabras cogen todo su significado, y las promesas se cumplen, los poetas vuelven de la muerte y en el lienzo, es posible al fin, el atardecer perfecto.
El tiempo detiene su eterna marcha, acalla los tic-tac de los relojes, pierde unos segundos, y alarga otros, suspira por la vida que se escapa, se evade, desaparece, con suavidad, con lentitud, con armonía.
El artista crece suspendido sobre el resto de los sujetos que ocupa la lujosa sala y su apasionado rostro descansa entre mimoso y posesivo sobre el violín en una unión perfecta. La pausa que se toman es recibida en silencio. El público está entregado, y el violinista, desde su perspectiva, abraza a los oyentes, los envuelve en un maremoto de vibraciones que erosiona la rocosa realidad, los hunde en un mundo donde la fantasía es posible y lo real se transforma en fantasía.
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La madera es desnudada en continuas caricias de las manos del maestro. Subidas y bajadas, que alcanzan prestas, velocidades vertiginosas, obligando a todos a mantener el aliento, hasta que sin aviso, el más triste de los sonidos escapa de las cuerdas y las lágrimas caen en corrientes...
El final se aproxima, las notas salen despedidas en espiral, golpean cada uno de los corazones, los espectadores se sienten caer por un precipicio de susurros de color, se elevan para caer, con precisión y envueltos ya en sus realidades, en sus butacas de terciopelo rojo. Y mientras, el mundo retoma su gravedad, los relojes suspiran tratando de alcanzar los segundos que han perdido, el silencio se hace eco del aplauso generalizado, al mismo tiempo que el violinista recoge su instrumento en su estuche, y sonríe por el viaje que acaba de tocar.
Guauuuuuu Damara!!!! será de la "red" pero esa página promete!!!
Si el violinista logra todo eso, el que escribe tambiéncada uno a su modo, suspende el tiempo, a mi me hizo quedar así a cada palabra que leía. Y me hizo transportar a ese lugar en donde el violinista estaba.
El arte én todas sus expresiones, nos permite ser lo que tanto decimos que somos "humanos" con un alma conectada al universo.
El arte nos "salva", no tiene fronteras, no tiene edad, ni sexo, ni color.
La creatividad nos mantiene a salvo en todas las circunstancias.
Gracias amiguis mia por este super super bello texto encontrado por la "red"
Que haces a estas horas??? x aqui son las 3: 30 de la madrugada, por ahi ... las 7 mas o menos no? te caíste de la cama? o aún no llegaste a ella? juassss
Hace frío x alli? x aqui es un otoño hermoso, fresco, y ahora mis vilonistas son los grillos!!!
Que pases un buen domingo acomodando lo de la semana.
¿¨Qué haces tú, despierta?Eso es lo que yo me pregunto ....
¡Qué son las tres de la madrugada!
A mí me gusta madrugar
Normalmente me levanto a las 4 y media de la mañana para ir a trabajar ¡es lo malo de trabajar en otra ciudad! y para mí levantarme a las 6 es todo un lujo
Y como durante la semana no pudo visitar tu casita como me gustaría, aprovecho el maravilloso silencio de estas cuatro paredes para leer y escribir ¡hasta las doce ,por lo menos, el tiempo es mío!.
pues Damara, aqui en mi casa, por lo generl no hay horarios.Hay noches que no dormimos incluso.
Yo suelo trabajar toda la noche, es como dices tu la hora de la paz!!!!!, ya te digo, mi musica de fondo en este momento son los grillos.
Hoy ... x esas cosas de la vida, estoy de vacas, no tuve que trabajar, al fin un sábado para mi!!!! solita, así que me dedique para variar ...jajajaj a la compu, pero para hacer lo que se me antoje!!!!luego duermo 5 horitas y ya!!! a mi edad no se necesita muchas horas de sueño.
Que mal tenerte que trasladar amiguislo siento, cuídate porfa.