Desde pequeños aprendemos que lo bueno es decir la verdad. Padres y maestros insisten en ello, aunque en ocasiones descubramos que ellos no siempre cumplen lo que enseñan.
Más allá de la anécdota, podemos afirmar que la verdad juega un rol importante en nuestras vidas, el mismo lenguaje y la comunicación no serían posibles si no contáramos con que al hablar, decimos la verdad.
Pero, ¿se debe decir siempre la verdad?, y me apresuro a responder que sí, no obstante, quisiera considerarlo con calma, examinar sus matices.
Pongamos el caso de tener que decir una verdad dolorosa: el médico al paciente, una madre a su hijo u otra situación semejante. Entonces, descubriremos que no sólo se debe considerar el qué se dice, sino, y con una importancia semejante, el cómo decir y el cuándo hacerlo.
Aquello que se va a decir, el qué, debe reconocerse como algo complejo, con múltiples facetas y que puede afectar al que escucha de diverso modo. No se puede comunicar como si se tratara de un dato frío o una cifra.
El momento de decir, el cuándo, implica hacerlo oportunamente, no todas las circunstancias son buenas. Pero además, reconocer que la verdad comunicada inicia un proceso de diálogo que es continuo, que la verdad la transmitimos, pero también la vamos descubriendo con el otro. Que el cuándo se extiende a lo largo del tiempo, un proceso del que conocemos el inicio, pero su final, diría yo, es prácticamente imposible determinar.
La manera de decirlo, el cómo, es considerar las formas adecuadas y adaptadas a la persona y la situación. Incluye gestos, tonos, actitudes, palabras y contenidos. Una misma verdad se puede expresar de muchas maneras. Descubrir la apropiada, es la tarea.
Decir la verdad necesita una atenta escucha del otro, escuchar no sólo palabras sino gestos, palabras, miradas y silencios; implicarse y enriquecerse con lo que nos comunique. Es reconocerlo como persona y tratarlo de acuerdo a la dignidad que merece.
En suma, que para saber decir la verdad, antes debemos aprender a escucharla.
Publicado por Daniel Mercado