LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE UN NIÑO A SUS PADRES
Mis manos son pequeñas, por favor no esperes perfección cuando tiendo la cama, hago un dibujo, o lanzo la pelota. Mis piernas son pequeñas, por favor camina más lento para que pueda ir junto a ti.
Mis ojos no han visto el mundo como tú lo has visto, por favor déjame explorarlo, no me limites innecesariamente.
El trabajo siempre estará allí. Yo seré pequeño sólo por un corto tiempo, por favor tómate un tiempo para explicarme las cosas maravillosas de este mundo y hazlo con alegría.
Mis sentimientos son frágiles, te pido por favor que estés pendiente de mis necesidades, no me retes todo el día (a ti no te gustaría ser retado por ser tan duro). Trátame como a ti te gustaría ser tratado.
Soy un regalo especial de Dios, por favor atesórame como Él quiso que lo hicieras, respetando mis acciones, dándome principios y valores con los cuales vivir, y enseñándome amorosamente.
Necesito tu apoyo y tu entusiasmo, y no tus críticas para crecer. Por favor no seas tan estricto, recuerda: puedes criticar las cosas que hago sin criticarme a mí.
Por favor, dame libertad para tomar decisiones propias. Permite que me equivoque para que pueda aprender de mis errores. Así algún día, estaré preparado para tomar las decisiones que la vida requiere de mí.
Por favor, no hagas todo por mí. De alguna forma, eso me hace sentir que mis esfuerzos no cumplieron con tus expectativas. Yo sé que es difícil, pero deja de compararme con mi hermano, o hermana.
No temas alejarte de mí por un corto tiempo. Los niños necesitamos vacaciones de los padres, así como los padres necesitan vacaciones de sus hijos.
Llévame a la Iglesia, o dame ejemplos de vida espiritual, para que yo disfrute aprendiendo.
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