A MI ANGEL DE LA GUARDA
Querido Angel de la Guarda
yo te quiero agradecer
que en la alegría y en las penas
siempre a mi lado estés.
Si de pequeña caía,
tú curabas mi herida,
ahora que soy mayor
me curas el alma mía.
Por la noche al acostarme
Sé que estás junto a mí,
no hace falta que te vea
es que te puedo sentir.
Cuando algo me preocupa
contigo suelo hablar,
no se arreglan las cosas
pero me suele aliviar.
En momentos de angustia
te llamo con fervor,
por ser el intermediario
entre mi corazón y Dios.
En mis pecados y errores
me perdonas sin juzgar
y sé que hasta el día de mi muerte
jamás me abandonarás.
Querido Ángel de la Guarda
Con toda, toda mi alma
Te lo voy a gradecer.
Será hasta que llegue ese día
en el que nos podamos ver.