Y aqui va una pagina copiada tal cual sobre la sabiduría del indígena americano.
“Puedo decir ahora mismo que no hay secretos. No hay misterios. Sólo hay sentido común.” (OREN LYONS, onondaga, 1990).
“Cuanto más sepas mayor será tu confianza y menor tu miedo” (ORACIÓN MEDEWIWIN, ojibway).
“En estos tiempos la gente busca conocimientos, no sabiduría. El conocimiento pertenece al pasado; la sabiduría, al futuro” (VERNON COOPER, lumbee, 1990).
“El hombre que mantiene su ser siempre en calma e imperturbable a pesar de las tormentas de la existencia (sin que ni una hoja, como si dijéramos, se agite en el árbol; ni un rizo sobre la superficie del estanque luminoso), ese hombre, en opinión del sabio iletrado, tiene la actitud y la conducta ideales en la vida.
Si le preguntas qué es el silencio te contestará: “¡Es el Gran Misterio! ¡El silencio sagrado es su voz!”. Si le preguntas cuáles son los frutos del silencio te dirá: “El dominio de sí mismo, el auténtico valor o resistencia, la paciencia, la dignidad y la reverencia. El silencio es la piedra angular del carácter.”
“Guarda tu lengua en la juventud”, dijo el viejo jefe Wabashaw, “y en la vejez quizá madures un pensamiento que sea de utilidad a tu pueblo” (OHIYESA/DR.CHARLES A. EASTMAN, dakota santee, 1902).
“Todo lo que da a luz es femenino. Cuando los hombres empiecen a comprender las relaciones del universo que las mujeres han conocido siempre, el mundo empezará a mejorar” (LORRAINE CANOE, mohawk, 1993).
“¿Por qué nos quitáis por la fuerza lo que podéis conseguir con amor? ¿Por qué nos destruís a nosotros que os proporcionamos alimentos? ¿Qué podéis conseguir con la guerra? Estamos desarmados y dispuestos a daros lo que pidáis si venís como amigos…
No soy tan simple como para no saber que es mejor comer buena carne, dormir cómodamente, vivir tranquilo con mis mujeres y mis hijos, reír y disfrutar con los ingleses y ser su amigo, comerciar con ellos cobre y hachas, que escapar de ellos…
Dejad las escopetas y las espadas, la causa de toda nuestra envidia, o podréis morir del mismo modo” (WAHUNSONACOCK, Confederación Powathan, 1609).
“Los humanos hacen poco. Creen que saben mucho… Los humanos no pueden hacer un árbol” (FIDELIA FIELDING, mohicana, 1904).
“Durante todo este tiempo nunca les pregunté a ellos (a la abuela y al abuelo) ni a nadie “¿por qué?”. Hacerlo habría significado que no estaba aprendiendo nada, que era estúpido. Y en la sociedad occidental si no preguntas por qué se creen que eres estúpido. Así que como aprendí a no preguntar por qué sino a escuchar, a ser consciente, doy por sentado que la gente se conoce y me conoce: eso es religión. Y cuando nos conocemos a nosotros mismos podemos unir nuestros sentimientos y compartir este conocimiento (SOGE TRACK, pueblo Taos, 1976).
“No haces preguntas cuando creces. Observas, escuchas, esperas y te llega la respuesta” (LARRY BIRD, pueblo Laguna).
“Mi pueblo era sabio. Nunca desatendía a los jóvenes ni dejaba de mostrarles las obras realizadas por los hombres ilustres de la tribu. Nuestros maestros eran pacientes y concienzudos. Eran nuestros abuelos, nuestros padres y nuestros tíos. Todos alaban la excelencia con prontitud sin decir una palabra que pudiera desalentar a algún niño que fuera menos capaz que otro. El niño que no aprendía una lección sólo recibía más lecciones, más atención, hasta que llegaba todo lo lejos que podía” (PLENTY-COUPS, crow, 1928).

“En nuestra forma de vida, en nuestro gobierno, en todas las decisiones que tomamos, pensamos siempre en la séptima generación futura. Nuestro trabajo consiste en procurar que los que vengan después, las generaciones que aún no han nacido, no encuentren un mundo peor que el nuestro (y es de esperar que sea mejor). Al caminar sobre la Madre Tierra, posamos siempre los pies con cuidado porque sabemos que las caras de de las generaciones futuras nos miran desde abajo. Nunca las olvidamos” (OREN LYONS, onondaga, 1990).
“En el corazón de todos los hombres alienta el profundo anhelo de una fe permanente y firme, la creencia positiva y satisfactoria en alguna existencia futura. Esa fe estabiliza el carácter y muchos de nuestros jóvenes no tienen esa ancla para el alma” (THOMAS WILDCAT ALFORD, shawnee, 1930).
“Al principio del tiempo, en la época de la Creación, también apareció nuestro pueblo. No teníamos maestros, no teníamos instructores, no teníamos escuelas. Tuvimos que volvernos a mirar la Creación. Tuvimos que estudiar la Naturaleza. Y tuvimos que imitarla. Toda nuestra civilización se basó en el estudio de la Naturaleza. Esos fueron nuestros instructores en el principio de los tiempos. Nuestra religión apareció en esa época. Establecimos nuestra forma de vida mediante este tipo de estudio. Así que organizamos nuestros gobiernos de acuerdo con el estudio de la Naturaleza. Nos regíamos por un gobierno inalterable, el gobierno tradicional de nuestros antepasados. Las normas por las que nos regíamos no cambiaron hasta tiempos recientes.
Nuestra forma de gobierno era milenaria. Era una ley práctica para nosotros. Nos ateníamos a las normas aceptadas. Hoy en todo nuestro territorio los antropólogos y los historiadores remueven la tierra para encontrar la historia del Hemisferio Occidental. Pero no han encontrado ninguna cárcel. No han encontrado prisiones. No han encontrado manicomios. ¿Cómo vivían sin esas instituciones las diferentes naciones de pueblos que hablaban tantas lenguas distintas?
Toda la Creación sigue aún esas Normas de la Vida. El árbol, los frutos, ellos nunca fallan. Ellos nunca se equivocan al traer los frutos en su estación. Los animales nunca cometes un error. Viven tal como fueron creados. En la Creación, ¿cuáles son las Normas de Vida del Hombre?” (PHILLIP DEERE, cric-muscogui, 1977).
“Si todos hicieran algo por los demás no habría nadie necesitado en todo el mundo. Sólo hay que ayudar a alguien. Ahora no es así, pero creo que la gente va a aprender” (MARLENE RICKARD, tuscarora, 1993).
“¿Qué es un hombre? Un hombre no es nada. Sin su familia es menos importante que ese bicho que cruza el camino” (ANÓNIMO, pomo, 1944).
“La vejez no es tan honorable como la muerte, pero casi todos la desean” (TWO LEGGINGS, crow, 1919).
“Si examinamos la religión tribal amerindia hallamos una notable ausencia de temor a la muerte. Los túmulos indican la creencia de que la vida tras la muerte era una continuación de la existencia vivida. No se creía que el alma tuviera que responder de los delitos y faltas según una norma ética previamente establecida. Todo eso ya se hacía en vida del individuo.
Hace unas décadas asistí en Misión (Dakota del Sur) a un entierro en un cementerio cristiano. Cuando el difunto ya estaba en la tumba y los asistentes permanecían en pie delante, una anciana se adelantó y depositó una naranja en la sepultura. El sacerdote episcopaliano que había celebrado el oficio se acercó rápidamente y retiró la naranja diciendo: “¿Cuándo crees que vendrá el difunto a comer esta naranja?”. Uno de los sioux presentes dijo: “Cuando venga el alma a oler las flores”. Nadie añadió nada” (VINE DELORIA, JR., sioux oglala, 1973).
