Hoy pensé en ti, tal y como hago a diario.
Me hiciste creer en aquello que creía perdido
o creía no era para mí;
el derecho a una amistad como la tuya.
Hemos llorado y reído juntas.
Hemos suspirado de alegría y de emoción
no importando la ocasión.
Tus palabras
han sido las que han abrazado mi alma
en noches de soledad y desconsuelo.
Me enseñaste que las lágrimas
de vez en cuando son buenas
y que con ellas aprendemos a purificar
nuestra alma y espíritu.
Demostramos que una verdadera amistad
no conlleva necesariamente años,
sino que se forma de momentos y
experiencias especiales
como las que tu y yo
hemos compartido en poco tiempo.
Me demostraste tu cariño siempre que podías.
Me enseñaste a quererte
de manera sin igual y a conocerte cada día más.
Mi corazón siempre está contigo.
No importa que estemos lejos,
nuestra amistad
trasciende las barreras y desafía la distancia.
No necesitamos decir una palabra
cuando algo sucede
pues nuestro silencio nos delata
y es nuestro corazón el que por nosotras habla.
Eres increíble y especial
y por eso hoy
te digo que conmigo siempre puedes contar.
Solo recuerda el no dudar,
que eres
MI GRAN AMIGA DEL ALMA.
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