Las semillas de chía, desconocidas por muchas de nosotras, son originarias del oeste de México y de América Central y datan de la época precolombina. Además de ser uno de los cultivos principales, también formaban parte de la dieta azteca.
Estas semillas son un complemento ideal para las comidas debido a sus beneficios nutricionales. Entre sus bondades, se destaca su alto contenido de grasas Omega-3, fibra soluble e indisoluble, antioxidantes, calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio, vitamina A y del complejo B. También son excelentes para aquellas personas que deseen bajar el colesterol malo y aumentar el bueno.
Su sabor es neutro, por lo que se puede combinar con cualquier alimento, tanto dulce como salado. Puedes incluirlo en yoghurt, gelatinas, ensaladas, sopas, etc. También se pueden hacer alimentos elaborados como tortas, postres, panes y galletas.
Las semillas de chía deben ser consideradas como un suplemento de las comidas y no reemplazan ningún alimento.