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Casos y Cosas: LA SUCIEDAD QUE NO SE VE‏ (feng-shui)
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Resposta  Mensagem 1 de 1 no assunto 
De: Marti2  (Mensagem original) Enviado: 16/05/2010 07:42
 
LA SUCIEDAD QUE NO SE VE‏
Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el flujo armonioso y equilibrado de la energía en los
entornos. Pero este arte no trata de los lugares por sí solos, sino también de las personas y de cómo ellas se relacionan con un espacio.
A veces, nos encontramos en lugares donde apenas pasan cinco minutos, comienza a invadirnos una extraña sensación de incomodidad,
desagrado, debilidad, nerviosismo, angustia o desesperación, que nos impulsa a retirarnos de allí lo antes posible. Estas sensaciones
negativas que nos invaden en un lugar al poco tiempo de permanecer en él, aunque, a veces, no las sabemos explicar o definir, las
reconocemos claramente como ajenas a nuestras emociones personales y las distinguimos como provenientes del entorno. Aunque no
sabemos precisar el origen de estas sensaciones, nuestra mente y nuestro campo energético nos están dando una información de lo que
a simple vista no se puede ver, pero sí se siente, ya que entre los seres animados o inanimados se produce constantemente un
intercambio energético, y que nos alerta del peligro de la perturbación. Algunas personas intentan describir las sensaciones que perciben
en estos lugares donde se sienten perturbados energéticamente, como lugares donde hay malas vibraciones o energías muy densas.
Vivimos rodeados de un mar de vibraciones con el que interaccionamos permanentemente, ya que el cuerpo humano es también un
sistema energético que está captando constantemente todas las energías cósmicas, telúricas y del medio, al tiempo que emite sus
propias emanaciones energéticas físicas, mentales, emocionales y áuricas.
Un desequilibrio de la estructura, un bloqueo energético provocado por los muebles, la decoración, el uso incorrecto de los colores, las
formas inarmónicas o las malas condiciones de salubridad de una vivienda o local pueden ser fácilmente identificables, con las
explicaciones de feng-shui que se han dado hasta ahora; pero hay otro tipo de perturbaciones que afectan al bienestar de las personas,
que no son tan visibles como éstas. Y al margen de las perturbaciones derivadas de las corrientes telúricas y el electromagnetismo, que
pueden ser medibles, y a las que ya se ha hecho referencia, en los entornos existen otro tipo de energías distorsionadoras, que aunque
no pasan desapercibidas para nuestro campo energético y emocional, son raramente perceptibles por los sentidos físicos.
Estas energías perturbadoras que se escapan a la vista, pero que nos
provocan una impresión desagradable provienen de las impregnaciones que
quedan en el entorno, producidas por los malos pensamientos, las
emociones negativas, las palabras hirientes y dañinas, el sufrimiento de los
seres que viven o han vivido el lugar, y las malas influencias que sobre el
lugar ejercen otras personas o entidades. Este tipo de sha chi genera una
disminución de la vibración energética del lugar, y se convierte en una
perturbación debilitadora y nociva, que nos lleva a experimentar esas
sensaciones desagradables y negativas, que podemos sentir aunque nos
resulte difícil de explicar, definir o de comprender su procedencia.
Al tratar el tema de la detección de los campos telúricos, se dieron
explicaciones acerca del biómetro Bovis, y se comentó que la medida vital
para que la vida prospere de forma óptima, con arreglo a este barómetro
oscila entre 6.000 y 7.000 unidades bovis. Cuando un lugar tiene una
vibración por debajo de 6.000 unidades bovis nos provoca un debilitamiento,
porque por resonancia vibratoria la frecuencia de las personas que permanecen en esos lugares baja a esa frecuencia. Cuanto más baja
sea la vibración de un lugar más incómodo nos resultará, y cuanto más tiempo permanezcamos en él más nos perjudicará. Por esta razón,
cuando las impregnaciones de un lugar son muy nocivas o muy abundantes, nuestro instinto de supervivencia hace saltar la alarma y nos
apremia a abandonar un lugar que no es favorable para nuestros procesos vitales.
El cuerpo humano es un sistema energético, que está captando constantemente todas las energías cósmicas, telúricas y del medio, al
tiempo que libera sus propias emanaciones energéticas. Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el
flujo armonioso y equilibrado de la energía en los entornos, para lograr que resulten favorables y beneficiosos para sus residentes.
Es importante revisar el feng-shui de los lugares en los que permanecemos largos períodos de tiempo, neutralizando o minimizando las
fuerzas perturbadoras y aprovechando las que pueden actuar en nuestro beneficio, para crear una atmósfera que realmente nos ayude a
proyectarnos mejor, a sentirnos en armonía con nosotros mismos y el entorno.
A veces entramos en un lugar donde la tensión está en el aire o se puede percibir la agresividad en el ambiente; esto es debido a que los
acontecimientos, las palabras, los gestos, las emociones y los pensamientos son formas de energía, y las vibraciones de esta energía
impregnan el ambiente. Es lógico pensar que de estas emisiones energéticas quedan remanentes, se adhieren a las paredes, suelos,
muebles y objetos del lugar donde se han emitido. De modo que los espacios y los objetos contienen rastros de la energía de los
acontecimientos, pensamientos y emociones que han tenido lugar en ellos o con relación a ellos, a modo de memoria energética. Porque
el intercambio energético es bidireccional, los entornos nos afectan y nosotros afectamos a los entornos. Por lo tanto, es conveniente
eliminar las vibraciones desequilibradas o negativas que se han emitido en un lugar, en un momento dado, para que no queden rastros de
ellas en nuestra interacción con el medio. De igual modo que sacamos la basura material que se produce en la casa, pues su acumulación
resultaría insalubre, es conveniente sacar la basura energética que producimos debido a nuestras tensiones y sufrimientos, pues su
acumulación resulta muy perturbadora para nuestra salud física, mental y emocional. La basura energética también puede llegar del
exterior, a través de la influencia de otras personas o entidades, como ocurre con la basura material, que traemos de la calle, introducen
las visitas o que generan los ácaros y otros organismos. Si no se limpiara periódicamente una casa, la suciedad acabaría por invadir todos
los espacios y contenidos de la casa hasta resultar insalubre e incómoda. Esto mismo ocurre con la suciedad energética si no se limpia;
incluso cuando una casa permanece cerrada mucho tiempo sin actividad, también se genera suciedad material, y es preciso ventilarla y
limpiarla antes de habitarla. Lo mismo ocurre a nivel energético, por lo que procede realizar una limpieza energética para que no nos
perjudique la suciedad que pudiera haberse generado en la casa.
Las enseñanzas y técnicas de feng-shui tienen el propósito básico de lograr el flujo armonioso y equilibrado de la energía en los
entornos, en todos sus aspectos, incluido las interacciones de las personas con el entorno. Por lo tanto, el feng-shui debe ser visto como
una herramienta de canalización energética para lograr, a partir de las intenciones reales de cambio y de los pensamientos positivos de
los residentes, ambientes armónicos y equilibrados que favorezcan el bienestar deseado y el logro de sus aspiraciones.


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