Un gato cayó desde un edificio sobre la cabeza de una mujer china
y la dejó inconsciente.
Como ninguno de los 200 habitantes de la torre
admite ser el dueño del felino-proyectil,
los demandará a todos.
Tang Meirong, de 53 años, llevará a la Justicia a sus más de 200 vecinos
puesto que ninguno admitió la responsabilidad por lo sucedido,
cuando un gato volador cayó sobre su cabeza,
arrojado desde un edificio residencial de la ciudad de Chongqing.
Se desconoce si el gato huía de una sartén hirviendo o si abusó de sus míticas vidas,
lo cierto es que la policía fue incapaz de determinar la procedencia del animal
y por este motivo, el primer acto de la mujer,
tras despertarse en el hospital, fue demandar a todos los habitantes del condominio,
aunque deban "pagar justos por pecadores".
Ningún vecino se atrevió a comentar el misterioso hecho, que levanta muchas inquietudes,
incluso relativas a la popularidad de la cual gozaba la mujer
antes de ser aplastada por un gato.
Y es que se dice, también entre los chinos, que el gato siempre cae parado,
pero nunca se añade encima de quién. Ni mucho menos quién lo tiró.
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