Historia de un romance
Aquel hechizo de luna que inundaba aquella noche,
también quiso que acelere su corazón solitario,
cuando una bella princesa, acarició en un romance,
sus frías manos de hombre, tan ávidas de cariño,
sintieron tanta esperanza, cuando sintió el roce fino,
de aquellas manos pequeñas llenas de amor escondido.
Toscas manos masculinas que hacen vibrar su guitarra,
jugando con los acordes en sus noches de nostalgia,
¡Hoy sienten nuevas fronteras que lo llenan de esperanza!,
tan sólo con sus caricias y con su magia hechizada,
¡Hoy vibran tanto sus manos con el color de la luna!,
atrapando la tibieza que le regala su amada.
Dulces manos femeninas las que juegan con su cuerpo,
recorriendo por sus venas la emoción de aquel momento,
bendita mujer que irrumpe sus poros con un gemido,
con caricias que agigantan su amor como un torbellino,
le conquistó con un beso, que transformó sus sentidos,
para enamorar al hombre que le hizo cambiar su mundo.
Al principio abrió el romance con su inocente mirada,
con tenues palabras tiernas de mujer enamorada,
que fueron correspondidas con corazón generoso,
por el gentil caballero que algunas veces nervioso,
complacía con esmero los deseos de su amada,
¡Con detalles que le hacían sentirse tan alagada!.
Luego ella fue cultivando su cariño apasionado,
con dulces palabras tiernas que a él hicieron prisionero,
de un amor casi imposible, de un amor aventurero,
que le hizo olvidar su vida por aquel amor primero,
y rompió como en un sueño, su corazón embustero,
para hoy sentirse el esclavo de un amor tierno y sincero.
Los dos disfrutan del sueño de amar sin sentirse ajenos,
y hoy son dos almas gemelas que miran a un mismo cielo.
Autor: Vicente Iván Herrera.