Altivo y arrogante
caminas por la vida,
lastimando corazones
enamorando niñas...
Te crees que tenés
ganado el paraíso,
porque todo fácil
ha sido en tu camino.
Pero no confíes
en tu buen destino,
que todo se revierte
al primer desatino.
Y cuando pase el tiempo
y pinten tus cabellos,
esos hilos de plata
que a todos nos conmueven,
puedes que estés solo
sin nadie que te quiera.
Será el momento entonces
que pagues con dolor,
las angustias que causates
siempre a tu alrededor.
Deja ya la posición
de querer ser el lucero,
procede como un ser
de la vida terrenal.
Las estrellas son eso,
solamente estrellas
y vos sos sólo un hombre
tan simple y tan mortal.
María Inés Bustos ( Marinés )