¿Qué es esto de “hacer el bien sin mirar a quién“? Muy fácil, consiste en que al hacer cosas por alguien simplemente las hagamos, sin esperar agradecimientos.
No busquemos reconocimiento y agradecimiento…
hagamos lo que ha de hacerse. A su tiempo Dios nos agradecerá
todo aquello que hacemos.
Muchas veces la gente que está en nuestro entorno no se da cuenta de lo mucho que hacemos por estar con ellas, aún cuando no logramos entenderlas.
Tengo una amiga que siempre está en problemas y no se da cuenta que está mal en sus decisiones, pero yo la sigo perdonando. Es triste, pero parece que cada vez que tiene una ocasión de dar gracias sale con una crítica.
Sé que duele mucho, pero en la vida hay personas así, piensan que tienen la razón en todo y no dejan margen para el error. Si tenemos un amigo que está viviendo un mal amor, alguien que no le conviene, por todos los medios posibles tratamos de decirle que no está bien lo que hace, pero no hace caso porque no ve más allá de lo que está viviendo, y seguimos al lado de ella pues sabemos que nos necesita.
Cuando somos hijas y ayudamos a nuestros padres nunca es suficiente, puedes darlo todo pero eso no te hace la mejor, y quizás otro hermano que no da lo más mínimo a nuestros viejos, sean más queridos que los que estamos siempre con ellos. Y eso ocurre en todos los ámbitos, no sabemos agradecer lo que se nos da sin condiciones.
A veces tenemos amigos muy posesivos, quieren todo nuestro tiempo para ellos mismos, y aunque se lo estés dando siempre te exigen más, y eso es mentalmente agotador, es muy desgastador.
Por eso siempre pienso que se debe ayudar a todas las personas que nos necesiten, y no abocarse a una sola, porque nos desgata mucho y nunca será suficiente, ni para los amigos, padres, hermanos…
Dios en su infinito amor nos da la capacidad de poder dar much sepas lo que es vivir con alguien así, nunca podremos llenar los sacos de estas personas, siempre estarán vacías porque son sacos sin fondo.
Lo único que queda es hacer el bien sin esperar nada a cambio, porque tu premio viene del cielo.
El amor de nuestro Señor, que te bendecirá con un lindo hogar, con un buen amor, con buenos amigos… esa será la recompensa de nuestro sacrificio por tratar de satisfacer a todos lo que amamos, pero cuando ésta no está preparada es como sembrar en el desierto…
Antonio, un padre de familia, cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de tránsito infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos.
Cuando se aproximó al carro de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca que por poco ocurre una colisión. En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó:
-¡El pobre! Está tan nervioso y apurado... ¡Sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino!
Con estos pensamientos, detuvo por completo su auto y lo dejó pasar. Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por su esposa.
Inmediatamente se dirigió al hospital; al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole: -Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera de peligro. Aliviado, Antonio pidió hablar con el médico para agradecerle.
Cual no sería su sorpresa cuando vio que el médico era ese señor nervioso y apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes.
Como que por lo general uno de forma espontánea lo hace si, y que pasa cuando pasas una vida haciéndolo y nunca se te regresa nada?
Puede que uno se aburra al final, y pague justo por pecador.
No se vale tampoco dar y dar sin esperar nada a cambio y nunca recibir ni un gracias, ni una demostración de afecto. Un vacío enorme nos llena entonces. Una gran decepción. Una gran tristeza nos embarga.
De alguna forma, lo sé, las cosas deben de ir y venir, porque las energías que nos circundan son así. Como la luz de nuestras bombillas, si no va y viene la energía, ésta no funciona no?
La naturaleza lo demuestra a cada rato, y los demás animales lo aplican a la perfección ... el ser humano es ávaro y se toma para si todo sin dar nada, sin reparar.
Son lindos estas reflexiones, pero habría que llevarlas a la práctica.
Y no hablo solo por mi, solo observo a mi alrededor y soy bastante escéptica.