Para ti todas las noches de insomnio que pasé imaginándote entre mis brazos, sintiendo tu respiración infundiendo un último anhelo de vida a mi ser.
Para ti todas las gotas de lluvia que una vez cayeron sobre mí, cuando mi alma te buscaba por entre sombras y ruinas.
Para ti los delirios vehementes que conmocionaban mi razón cada vez que sentía inevitable tu partida sin necesidad que no estuvieras.
Para ti los pétalos de todas las rosas que arranqué de mi jardín, que todavía se conservan entre esta carta y guardan tu aroma.
Para ti mi universo de estrellas donde tú eres el sol y mis ojos perdidos en la dimensión de tu mirada.
Para ti lo más importante: mi vida y con ella todo el amor que jamás dejaré de sentir.
(Andrea)
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