Lo que a diario tiramos al cubo de la basura puede servir para que otros puedan vivir con algo más de comodidad.
Ese es el caso de las botellas de gaseosa y agua con las que se puede construir un calentador de agua solar reutilizando un material caro como el PET (poli-etil-tereftalato) que hoy es usado para envasar la mayoría de las bebidas por su hermeticidad y compatibilidad con productos alimenticios.
El PET es un plástico que posee una transparencia muy alta y es resistente a distintas necesidades mecánicas nunca antes alcanzadas por sus predecesores. Todas estas características se advierten cuando uno quiere adquirir una plancha en el comercio para usarla en otra aplicación. Por eso es un verdadero disparate estar enterrando cientos de toneladas de este material tan caro o en el mejor de los casos exportarlo como chatarra plástica a un país como China para derretirlo y convertirlo en material polar o alfombras que nos son devueltos como productos de importación.
Es definitiva, este sencillo proyecto persigue que el envase se use directamente que en este caso se trata de un calentador de agua solar para generar agua caliente.
Manos a la obra
Debemos juntar un centenar de botellas de PET de la misma capacidad y forma. Esto es muy importante, ya que hoy existen una infinidad de marcas y modelos.
Se debe quitar todo tipo de etiquetas adhesivas, papel, tapones y dejar la botella desnuda y limpia.
Con un taladro eléctrico se perforará el fondo de la botella, justo en su centro. El diámetro de este orificio debe ser igual al diámetro "interior" de la boca del envase. (Es recomendable una vez hecho el primer agujero comprobar que las botellas encajan perfectamente).
Con un tubo negro de polietileno de ¾ de pulgada se unen las botellas tratando de que el orificio ajuste perfectamente al tubo por el que se conducirá el agua. Con esto se consigue que la botella actúe como un pequeño invernadero.
La configuración del radiador dependerá del formato que se le quiera dar al calentador de agua, (ancho y largo). Se puede hacer con un solo ramal que contenga todas las botellas o dividirlo en ramales paralelos con igual cantidad de botellas.
En el primer caso existe el riesgo de que si se tapa no hay posibilidad de conducir el agua por vías alternativas. En el segundo caso, el ensamblado de los tramos encarece el trabajo al usar codos y uniones “T” en los extremos.
Una vez elegido el formato de las botellas de plástico, se debe pintar de negro la parte que apoyará sobre el techo. Para ello es muy práctica la pintura asfáltica en frió. La cara de la botella que mirará al sol debe quedar despejada.
Toda esta configuración de botellas y cañerías se debe disponer en una caja que las contenga construida en madera o chapa de aluminio o plástico reforzado con fibra de vidrio.
Si en el lugar en donde va a funcionar este aparato el clima es riguroso conviene que la caja esté aislada con polietileno expandido (Telgopor), poliuretano rígido, fibra de vidrio o simplemente bolas de papel de periódico.
Si se desea aumentar la eficiencia del sistema de captación de energía, se puede tapar la caja con un vidrio o una plancha de PET o acrílico.
Una vez terminada la caja se puede pintar con un esmalte que la impermeabilice como la laca poliuretánica o en su defecto la misma pintura asfáltica.
Ahora se debe conectar este colector solar a dos depósitos de agua. El primero para alimentar el sistema que puede ser el mismo tanque que existe en la mayoría de las viviendas. Generalmente está a una altura respetable que garantice una presión aceptable en todos los grifos de la casa. Si no existe hay que instalarlo.
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