La Cebra de las Rayas Azules
Va por ustedes, shhhhhhhh.llevamos un rato largo unidos,con leves movimientos, con espasmos continuos, con una fusion perfecta incapaz de ser disimulada. Húmedos, empapados en todo aquéllo que nos fluye, abrazados sin permitir que pase el viento entre nosotros, nublados, eternos, poderosos, sumisos, encontrados. Posado sobre ti,, metido en ti, desciendo unos centímetros, lo justo para recorrerte y quedarme a tus puertas, y dispuesto a regresar voy mirando tu rostro, que mira al mío de forma acompasada. Latimos al unísono, nada existe, el tiempo aquí no cabe, no importan las horas, su poder, su paso a dos, por nosotros dos ahora no pasa el tiempo. Y el silencio se calla, escucha esta sinfonía irreverente, este colapso coloquial de una irracionalidad profunda, masiva, suculenta. Tanta provocación exige una explosión muy controlada, una explosión a la par, el azar se retira, cuando tu me digas, vamos; y hasta que vayamos juguemos, palpemos, disfrutemos; nos esperamos, tú no te vas sin mí, yo no me iré hasta que tú no vayas. Es un concierto de pieles encontradas, un precipicio de largo recorrido por el que caemos juntos, y en la caída, en el vacío, dejamos de percibir las formas, la conciencia propia pasa a ser común. En un momento del descenso ya nada existe, se acabaron los nombres y empiezo a ser mujer, y tú el hombre, o quizás ya no haya hombre, ni mujer, quizás se trate de un nuevo estado, de otra realidad, de un momento, de una ceremonia, en donde la tilde de tu sexo suficientemente estimulada, se persigna ante el mío, para rezar por esta religión sumergida entre sudores. Es impensable un movimiento más, y mi boca, que forma parte de tu boca, ha decidido no despegarse más. Por qué acabar? Paa qué acabar? El éxtasis que nos espera es así porque si nó nunca acabaríamos, y por eso nos espera, pciente, con una sonrisa generosa, con una mirada lasciva, impenetrable. Has mirado alguna vez el movimiento de una hoja poseída por una gota de agua, por una sola gota, ese ligero bamboleo, esa forma de bajar gracias a la embestida y de ascender ligeramente? Te has fijado de qué manera se divide el agua, como se reparte, como se precipita al vacío? Has leído sus rastros, examinado sus caminos, apreciado los aromas que se elevan, los aromas que surgen? Me paro en tu textura, la lisura de tu piel, su estado singular cuando la toco. Se forma un molde perfecto, algo contínuo, un más y un menos posesivo que nos impide tener conciencia del volumen que ocupamos, por donde empiezas tú, en donde acabo yo. Y el olor ..., a qué huele la sal de tu cueva más al norte? Ese olor puro, olor de octubre aún sin arrugas, olor de la palabra sin sentido, olor del apetito que te tengo, olor que viene a mí, que viene y se sumerge en mí, olor que me colma, humano animal, olor de la vida más salvaje, olor a tres centímetros del sexo, de tu sexo agrandado que me absorbe y que me pide más, no quiero sltarte, no voy a impulsarme nunca más; aquí juntitos, abrazados, sin más necesidad que la respiración acelerada, sin saber que está pasado ahí afuera, sin reparar en la posibilidad de deshacernos, es más sin importarnos, y sabiendo que ahora, en este preciso instante, nada es suficiente, todo es irreal, volemos de una vez, siento a la cebra de las rayas azules, extendamos las alas. La habitación está girando, ha puesto proa hacia un puerto de Atenas. Es la forma de asegurar nuestros pies en tierra firme. Esto se mueve mucho y sería conveniente tener un asidero, no nos detienen las paredes, si nos cabe, impulsaremos la posibilidad para seguir rodando por la arena. Y vaya traqueteo mi niña, vaya estado copular, vaya disfrute, que jolgorio. De nuestra caras salen muecas, y miramos hacia adentro, y dejamos de urgarnos, ahora en este momento catártico, donde a juanita y a mi nos pica todo, escarbo, busco a empukones mi sentido primario,esas ganas locas de ser basicamente humano, esa desesperada situación que me indica la toatl pérdida de voluntad, ya nos tenemos, y ya vamos, ya no respires más, ya "copulamos". Abro los dos ojos, te miro, sonreímos, al fondo pasa una cebra con las rayas azules, me salgo de tí, me tumbo a tu lado, nos besamos, Estas bien?. Satisfecha. La cebra de rayas azules se disipa, un avión dibuja su rastro hacia el oeste, un coche rojo pasa a gran velocidad sobre las aguas. El mar continúa su labor, no se cansa, sigue dispuesto a ocupar la tierra seca. Se va disipando la niebla, ya veo a lo lejos, y observo al gentío, es un aplauso cerrado, una ovación cercana al paroxismo, nos ponemos en pie y saludamos ...
D/A
|