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Temas para Pensar: C h r o n i c l e s
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De: Legnael (Mensaje original) |
Enviado: 17/08/2010 19:30 |
Y los elementales cantaron por largo tiempo creando para regocijo del todo las CRONICAS de donde nacieron las leyendas que aqui contaremos, aqui no existe ni el tiempo ni el espacio pues todo es parte del eterno sueño donde conducen las tierras infinitas.
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Legnael.
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De: Legnael |
Enviado: 17/08/2010 19:31 |
La iniciación de Moisés
(Paráfrasis de los versículos 59 al 81 de la Sura XVIII del
Corán, llamada también La sura de la Caverna)
Un día Moisés dijo a su servidor Josué, el hijo de Nun: “Te aseguro que no cesaré de caminar hasta que llegue por mi pie a la confluencia de los dos mares, aunque sepa que tenga que caminar más de veinticuatro años”.
Partieron, pues, llevando un pescado para su alimento. Al fin de un penoso e inacabable caminar día tras día, llegaron entrambos a la confluencia de los dos mares, o sea del mar de Moisés, que es el mar de la ciencia exterior (exotérica o vulgar), y el mar de Dhul Karnein, que es el océano sin orillas de la ciencia interior o iniciática, por encima de cuanto pueden imaginar los hombres.
Cuando Moisés y su servidor el hijo de Nun, hubieron llegado a la confluencia de los dos mares, aquél ordenó a éste:
—Hemos ya pasado demasiadas fatigas en el viaje. Sírvenos, pues, de comer.
Josué, obediente, cogió su marmita con agua y puso en ella para que se cociese el pescado que llevaban como alimento. Pero, no bien el agua empezó a hervir, cuando el pez, que llevaba mucho tiempo muerto, revivió y saltó presuroso de la marmita, escapando a unirse con sus congéneres de la confluencia de entrambos mares que tenían enfrente.
—Este es el signo que yo esperaba —exclamó gozoso Moisés—. Aquí es donde se me ha dicho que habré de encontrar a Aquel a quien busco como al imán el hierro, desde hace tanto tiempo.
En efecto: apartándose un poco a un lado, y por especial disposición del Señor, se encontró Moisés con uno de los mayores servidores de éste, hombre de suprema ciencia e insuperable virtud, que desde luengos tiempos le aguardaba.
— ¿Permites que te siga? —dijo Moisés al Desconocido luego que, lleno de veneración, se hubo posternado largo rato ante él.
—Si lo deseas, puedes hacerlo —replicó el Sabio desconocido—, pero, mucho me temo que no has de tener la paciencia bastante para permanecer conmigo. ¿Podrás, en efecto, soportar en- silencio muchas cosas cuyo verdadero sentimiento comprendas a primera vista?
—Si el Señor quiere —insinuó humildemente Moisés — me hallarás perseverante siempre y yo jamás te desobedeceré.
— Pues bien —terminó el Desconocido Maestro—, si estás decidido a seguirme no me interrogues acerca de nada de que yo no te haya hablado primero.
En el acto se pusieron en marcha maestro y discípulo. Aquél embarcó en una barquita haciendo a éste que le siguiese, pero, ya lejos de la orilla, le echó a pique. Moisés, entonces, no pudo menos que preguntar:
—Maestro, ¿me puedes decir por qué ejecutas tan extraña acción?
—Veo con dolor —replicó éste— que efectivamente careces de la debida paciencia para permanecer conmigo.
— ¡Oh —Maestro—; no me vituperes ni me impongas, te ruego, obligaciones demasiado difíciles de soportar!
Un poco más allá, en el camino, encontraron los viajeros a un joven de grandísimo mal aspecto. En el acto, el Desconocido se echó ‘sobre él y le mató. Moisés al ver aquello, no pudo menos de exclamar:
— ¡Oh, Maestro, al así matar a un hombre inocente que no ha matado a nadie, terno que hayas cometido una acción detestable a los ojos de Dios y de los hombres! ¿O es, por el contrario, que hay algo que justificarlo pueda?
— ¡Ya te dije que carecías de la suficiente paciencia para ser mi discípulo! —contestóle, disgustado, el Maestro.
— ¡Perdonadme, una vez más, que será la última! —murmuró Moisés humildemente.
Siguieron, pues, caminando entrambos hasta que llegaron a las puertas de una ciudad, cuyos habitantes se negaron a recibirles, al tenor de las leyes de la hospitalidad hacia todo viajero. El Desconocido advirtió a Moisés que los muros de la ciudad amenazaban ruina, y éste, sin poderse contener, prorrumpió en estas frases:
—Aunque réprobos, oh Maestro, ¿cómo consientes que siga así el muro de la ciudad y caiga algún día sobre ellos?
El Desconocido paró en firme la marcha, diciéndole severamente a Moisés:
— ¡Ha ocurrido igual que te pronostiqué! Como ya me llevas preguntando tres veces, en contra de lo convenido, aquí mismo habré de dejarte, pero no quiero que juzgues mal de mí por lo que llevo hecho, si no te contesto a tu insana curiosidad... Sábete, pues, que hundí el barco, porque si de allí a pocas horas le hubiesen tenido sus dueños y se hubiesen hecho con él a la mar, habrían caído irremisiblemente en manos de los piratas que merodeaban por aquel sitio y les hubieran ahorcado. En cuanto al joven, le maté porque él había antes matado injustamente a otro y se disponía a matar a un segundo y un tercero y al ir a parar de un modo fatal a manos del verdugo le habría causado muchos mayores sufrimientos, aparte de la inmensa vergüenza que sobre toda su familia, que son creyentes sinceros, habría caído al así expiar sus delitos. Dios en recompensa les dará a los padres un hijo mil veces mejor que el que han perdido. Por lo que respecta, en fin, a la muralla, te diré tan sólo que apoyada en ella está la casa de unos pobres huérfanos y bajo su suelo yace un gran tesoro escondido por su padre y que el Señor no piensa devolverles hasta que, entrada ya la pubertad, se aseguren más en la virtud... Si los de la ciudad hubiesen sabido lo del muro ruinoso, le habrían derruido enseguida para rehacerle y entonces el tesoro depositado entre él y la casa habría sido para otros, o bien les habría anticipado unos años a los huérfanos la riqueza que con ello les aguarda y ellos entonces habrían cambiado, débiles, la senda de la virtud por la del vicio... He aquí, pues — concluyó el sabio, al par que desaparecía como tenue humo a los ojos de su discípulo—, las cosas cuya explicación no has sabido esperar con la paciencia debida...
—He aquí, pues, también —exclama el Señor Omnipotente, cómo yo tengo siempre arcanos de insondable sabiduría cuando parece que con mi Diestra descargo todo mi Poder sobre los mortales, quienes creen recibir así un gran daño en lo que, a la larga, no es, la más de las veces, sino un grandísimo, un inapreciable beneficio!
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De: Legnael |
Enviado: 17/08/2010 19:32 |
L e y e s c o s m i c a s
Observa el Universo, su grandeza y su orden. Hay siete Principios que funcionan solos, los conozcas o no y es fundamental que los sepas para que vayas de acuerdo a ellos diagramando tu vida.
Son: El principio del Mentalismo El principio de Correspondencia El principio de Vibración El principio de Polaridad El principio del Ritmo El principio de Causa y Efecto El principio de Generación
Mentalismo: "El Todo es mente, el Universo es mental."
Y Dios dijo: Hágase la Luz y la Luz se hizo, por lo que se llevó a la manifestación aquello que estaba en Su Mente y es en su Mente, que vivimos nos movemos y tenemos nuestro ser, por lo tanto su Mente es el Espacio y el espacio está en todo. Todo lo que está en nuestra mente, es lo que se manifiesta en nuestro mundo, ya que hemos sido creados a su imagen y semejanza.
Observa: Cuando tienes miedo a algo, ello ocurre, porque estaba en tu mente, y luego crees que tu sabías que iba a ocurrir; cuando en realidad tu lo creaste con tu mente. Y si has agregado sentimientos y palabra a tu pensamiento, le has dotado de la energía necesaria para que se manifieste en tu mundo.
Eres el arquitecto de tu destino, elige con cuidado los pensamientos con los que quieres construirlo.
Correspondencia: "Como arriba es abajo; como abajo es arriba."
Tenlo siempre presente, ya que puede llegar a develar los misterios mas profundos. Observa abajo y conocerás arriba...
Vibración: "Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra."
Nada está quieto, todo está en constante movimiento, así como el átomo que se observa con un microscopio. De acuerdo al estado vibracional de la Suprema Energía Universal que hemos denominado Dios, es el estado de la materia y de la no materia. La ciencia ya ha descubierto que en todo existe la misma energía, su variación se debe a su alta o baja vibración; mas alta, es mas espiritual; mas baja, es mas densa o sea mas material.
Polaridad: " Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
Los opuestos son los dos polos de la misma cosa, y es mas, no hay un límite que defina donde termina uno y empieza el otro, dependen del grado que ocupen. ¿Qué es bueno y que malo? ¿Qué alto y qué bajo? ¿Qué es lindo y qué es feo?
¿Cuál es el límite que los diferencia? ¿Quien se transforma en un enemigo? aquél que fue amigo; hacia quien hay celos y odios, hacia aquéllos que se ha amado.
"El exceso de prudencia, es también imprudencia" Semillas y Perlas del Centro Lusitano de Unificación Cultural.
Vemos con qué facilidad podemos transmutar el mal en bien en nuestras propias vidas haciendo amigos de nuestros enemigos, amando a quienes despiertan otros tipos de sentimientos; usamos la misma fuerza pero en sentido contrario.
Ritmo: "Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación."
Observa que hay un imperio, y luego la caída de ese imperio; la creación de un sistema, la destitución de ese sistema; lo que ayer era nuevo, hoy es obsoleto; lo que era moda, hoy es antiguo; todo siempre oscila como el péndulo. Igual que el mar en que la fuerza que trae una ola a la orilla, es la que lleva el agua nuevamente dentro.
Causa y efecto: "Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es mas que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad nada escapa a la Ley"
Cada acción tuya tiene una reacción que con la misma fuerza viene hacia ti. Esta Ley es la causa de tantos efectos que recibimos y que no nos gustan, conociéndola a partir de hoy, engendra causas positivas para que los efectos sean de esa misma índole y no te angustie recibirlos.
"La siembra es libre, la cosecha obligatoria" "El que las hace, las paga" "Ojo por ojo, diente por diente" "El que mucho sembrare, mucho cosechará. El que sembrare poco, poco recogerá" "Es mejor no pedir, lo que nunca se dio" "Perdona nuestras ofensas, como perdonamos a quienes nos ofenden" "Si sembrasteis rabanillos, ¿porqué esperáis recoger rosas?"
Todos indican que recibimos de acuerdo a lo que damos; que la Ley del Talión no es para que tomes venganza por tus propios medios, sino que se trata de una Ley, un principio inmutable que funciona solo. No hay venganza en la Ley, sino Justicia; es muy fácil pensar que quieres recibir todo lo bueno que diste, pero la Ley no elige las causas que tu mismo engendras solo devuelve todas y es la base del karma.
Generación: "La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos"
Entender esta Ley, nos lleva a poder dilucidar grandes problemas que hoy afectan a la humanidad.
Si quieres saber mas sobre las leyes, te aconsejo que leas el libro "El Kybalión" escrito por Tres Iniciados
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De: Legnael |
Enviado: 17/08/2010 19:32 |
SATANAS
El Padre Samaan era profundo conocedor de temas espirituales y teológicos, versado en los secretos del pecado venial y mortal, y una autoridad en los misterios del Paraíso, el infierno y el Purgatorio.
Su tarea era recorrer las aldeas del Norte del Líbano, predicando al pueblo, curando a las almas del mal y previniendo a los hombres contra las acechanzas de Satán, a quien el Padre Samaan, día y noche, combatía sin descanso.
Los campesinos lo respetaban y reverenciaban, y estaban siempre dispuestos a pagar sus consejos y oraciones con monedas de oro y plata. Y en toda colecta, aportaban los mejores frutos de su trabajo.
En una noche de otoño, cuando el Padre Samaan se dirigía hacia su solitaria aldea, atravesando un sitio desolado en medio de valles y colinas, oyó un grito angustioso prove niente del costado del camino. Se detuvo, miroen dirección al lugar de donde provino el llamado y vio un hombre desnudo, tendido sobre el suelo. La sangre brotaba de las profundas heridas de su cabeza y de su pecho mientras gemía e imploraba socorro:
-¡Salvadme! ¡Socorredme! ¡Tened piedad de mí, me estoy muriendo!
El Padre Samaan miró, perplejo, hacia el caído diciéndose: "Este hombre debe ser un ladrón...
Seguramente trató de asaltar a un viajero y fracasó; está ágonizando y, si muriera en mis brazos, me responsabilizarán de su muerte. Así pensando, siguió su camino; mas el moribundo detuvo sus pasos gritando:
- ¡No me abandones! ¡No me abandones! ¡Me conoces y te conozco y moriré si no me socorres!
El Padre, entonces, se detuvo y empalideció al pensar que estaba negando un auxilio, y con labios trémulos se dijo: "El ha de ser, sin duda, uno de los locos del bosque. El as pecto de sus heridas hace temblar mi corazón; ¿qué haré? ¿En que puedo ayudarlo? Un médico de almas no cura cuerpos"
Y el Padre se alejó; mas, cuando había dado unos pocos pasos, el moribundo lanzó un gemido que conmovería el corazón más duro. El Padre se detuvo nuevamente y oyó al herido que decía, con un jadeo:
-Acércate. Acércate, pues somos amigos desde hace mucho tiempo... Tú eres el Padre Samaan, el Buen Pastor, y yo no soy ni un loco ni un ladrón. Ven a mi lado y te diré quién soy.
El Padre Samaan se acercó al hombre, se inclinó y lo contempló atentamente. Mas tan sólo vio un rostro extraño; un rostro lleno de contrastes; vio inteligencia y maldad; fealdad y belleza; perversidad y ternura...
Erguiéndose, retrocedió de un salto exclamando:
-¿Quién eres? ¡Nunca te vi en mi vida! Y el moribundo, con voz débil, dijo: -No tengas recelo de mí, Padre, que hace tiempo que somos amigos. Levántame y llévame hasta el arroyo y lava mis heridas. -¿Quién eres tú? Dímelo, pues no te reconozco ni recuerdo haberte visto. Y el hombre respondió con voz agonizante: -Me conoces muy bien. Me has visto ya mil veces, hablas de mí todo el día y te soy más querido que tu propia vida. Pero el Padre Samaan, sin reconocerlo, le respondió, enojado -¡Eres un impostor y un mentiroso! Un moribundo debiera decir la verdad... Jamás vi tu rostro malvado en toda mi vida. Dime quién eres o te dejaré morir... Y el herido, moviéndose trabajosamente, miró a los ojos del sacerdote y con una significativa sonrisa en sus labio, le dijo con voz tranquila, profunda y suave:
-Soy Satanás.
Al escuchar la terrible palabra, el Padre Samaan dio un grito tan fuerte que sacudió los rincones más lejanos del valle, y, con los ojos llenos de espanto, miró nuevamente al herido reconoció que su figura y sus heridas, coincidían con la figura y las heridas de Satán pintadas en una tela que colgaba de la pared de una iglesia de la aldea, representando el juicio Final. Entonces, exclamó trémulo:
-Dios me reveló tu rostro y me mostró tu figura infernal para alimentar mi odio por ti. ¡Maldito seas por siempre jamás! ¡La oveja enferma debe ser sacrificada por el pastor para que no infecte al rebaño!
Y el demonio respondió, con impaciencia:
-No te apresures, Padre, en perder tu tiempo pronunciando palabras vanas. Ven y cura mis heridas antes que la vida se escape de mi cuerpo.
Mas el sacerdote le dijo:
- ¡Las manos que ofrecen sacrificios a Dios no se mancharán tocando un cuerpo hecho de las secreciones del Infierno! ¡Tú debes morir maldecido por las lenguas de las Edades, por los labios de la Humanidad, pues eres enemigo del Hombre y es intención confesa destruir toda virtud! Satanás se movió angustiado, se apoyó en un codo y, dificultosamente se irguió respondiendo: -No sabes lo que dices ni comprendes el crimen que cometes contra mi mismo. "Yo soy la razón de ser de tu bienestar y de tu felicidad. ¿Menosprecias mis beneficios y niegas mis méritos mientras vives a mi sombra? ¿No es mi existencia la justificación de tu profesión, y mi nombre el que da sentido a tu vida? ¿Qué otra profesión abrazarías si el destino decretase mi muerte y el viento esparciera mi nombre? Hace veinticinco años que recorres estas aldeas para prevenir a los hombres de las trampas y ellos compran tus prédicas con dinero y con los frutos de sus campos. ¿Qué otra cosa comprarían de ti, mañana, sabiendo que su enemigo, el demonio, murió y que están libres de su maleficio?
"¿No sabes, en toda tu ciencia, que cuando la causa desaparece, las consecuencias desaparecen también? ¿Cómo aceptarás, entonces, que yo muera si con ello perderás tu posición y el pan de tu familia?
Calló Satanas. Y los rasgos de su rostro ya no expresaban réplica, sino confianza. Después, habló de nuevo: -Oyeme, oh impertinente ingenuo, y te mostraré la verdad que liga mi destino al tuyo. En la primera hora de su existencia, el hombre, de pie frente al sol, extendió sus brazos y exclamó:
"-Tras las estrellas hay un Dios poderoso que ama el bien. -Después, volviéndose de espaldas, vio su sombra en el suelo y gritó: -En las profundidades de la tierra hay un demonio perverso, adorador del mal.
"Y el hombre volvió a su grúta murmurando:
"-Estoy entre dos dioses terribles, uno es mi protector y el otro mi enemigo.
"Y durante siglos, el hombre se sintió dominado por ambas fuerzas; una buena, que él bendecía y otra mala, que él maldecía.
"Después, aparecieron los sacerdotes. Y esta es la historia de su aparición: Había, en la primera tribu que se formó sobre la tierra, un hombre llamado Laús, que era inteligente pero lleno de prejuicios. Detestaba los trabajos manuales de que se vivía en aquella época, y muchas veces debía dormir con el estómago vacío. "Una noche de verano, cuando los miembros de la tribu estaban reunidos alrededor del jefe, conversando mientras descansaban, uno de ellos se levantó de pronto en medio de la asamblea, elevó sus brazos al cielo y, poniendo en su voz toda la emoción que pudo fingir, dijo piadosamente:
"-¡Posternaos hermanos míos y orad, pues el dios de las tinieblas está atacando al dios incandescente de la noche. Y si vence el primero, moriremos, pero si triunfa el segundo, entonces viviremos. Orad para que venza el dios de la luna! "Y Laús continuó hablando hasta que la luna volvió a su brillo natural. Y los presentes quedaron maravillados y manifestaron su alegría con danzas y canciones. Y el jefe de la tribu dijo a Laús:
Conseguiste esta noche, lo que ningún mortal consiguió antes que tú. Y descubrirste secretos del Universo que nadie entre nosotros conocía. regocíjate, pues a partir de hoy serás el segundo honibre de la tribu después de mí. Yo soy el más fuerte y el más valiente; y tu eres el más culto y el más sabio.
Serás, por lo tanto, el intermediario entre los dioses y yo, y me revelarás sus secretos y me enseñarás lo que debo hacer, para merecer su aprobación y su benevolencia.
"-Todo lo que los dioses me revelarán en mis sueños -respondió Laús-, yo te revelaré al despertar.
Seré quien interceda entre los dioses y tú. "El jefe, satisfecho, obsequió a Laús dos caballos, siete bueyes, setenta corderos y setenta ovejas. Y le dijo: "-Los hombres de la tribu te construirán una casa igual a la mía y te ofrecerán, de cada cosecha, una parte de lbs frutos recogidos. Pero dime ¿quien es ese dios del mal, que se atreve a atacar al dios resplandeciente? "-Es el demonio -respondió Laús-, el mayor enemigo del hombre, la fuerza que desvía el ímpetu del huracán hacia nuestras casas, la que manda secar nuestros plantíos y en ferma nuestros rebaños, la que se alegra con nuestra infelicidad y se entristece con nuestras alegrías. Necesitamos estudiar sus intenciones y tácticas para prevenir sus maleficios y frustrar sus artimañas.
"El jefe apoyó su cabeza en el cayado y susurró:
"-Sé ahora lo que ignoraba y los hombres sabrán también lo que sé y te honrarán. Laús, porque nos revelaste el misterio de nuestro terrible enemigo y nos enseñanste a combatirlo.
"Y Laús volvió a su tienda, eufórico por su habilidad e imaginación, mientras el jefe y los hombres atravesaron una noche poblada de pesadillas.
"Así aparecieron los sacerdotes en el mundo; y mi existencia fue la causa de su aparición. Laús fue el primero en hacer de la lucha contra mí una profesión. Más tarde, esa profesión evolucionó y progresó hasta convertirse en arte sutil y sagrado que solamente abrazan los espíritus maduros, las almas nobles, los corazones puros y la amplia imaginación.
"En cada ciudad que nacía, mi nombre era el centro de las organizaciones religiosas, culturales, artísticas y filosóficas. Yo construía monasterios y ermitas sobre cimientos de miedo, y fundaba tabernas y burdeles sobre el gozo y la lujuria. Soy padre y madre del pecado.
"¿Deseas que el pecado muera con mi muerte? ¿Aceptas que yo muera en esta soledad? ¿Deseas romper los lazos que existen entre tú y yo?
"Es curioso que me esfuerce en mostrarte una verdad que conoces mejor que yo, y que es más útil a tus intereses que a los míos.
"Ahora haz lo que quieras. ¡Cárgame sobre tus espaldas y llévame a tu casa y cura mis heridas; o déjame agonizar y morir aquí mismo!
Mientras hablaba Satanás, el Padre Samaan se frotaba las manos agitado. Después, con voz balbuceante como pidiendo disculpas, dijo:
-Sé ahora lo que ignoraba hace una hora, perdona, pues, mi ingenuidad. Sé que estás en el mundo para tentar, y la tentación es la medida con que Dios determina el valor de las almas.
"Sé, ahora, que si murieras, morirá la tentación y desaparecerán contigo las fuerzas que obligan al hombre a ser prudente y a orar, ayunar y adorar. Debes vivir, porque sin ti, los hombres dejarán de temer al infierno y se hundirán en el vicio. Tu vida es, por lo tanto, necesaria para fa Salvación de la Humanidad; y yo sacrificaré mi odio por ti en el altar de mi amor a los hombres.
Satanás lanzó una carcajada que sacudió el suelo.
- ¡Cómo eres de inteligente, Padre! -dijo-. Y que conocimientos posees de teología! Has hallado, con el poder de tu inteligencia, una finalidad para mi existencia que yo mismo ignoraba. Ahora comprendemos ambos, nuestra mutua necesidad.
"Aproxímate, hermano mío. Las tinieblas están cubriendo la campiña y la mitad de mi sangre se ha escapado sobre las arenas de este valle y, a menos que me ayudes, nada quedará de mí, sino los restos de mi cuerpo quebrado por la Muerte.
El Padre Samaan, entonces, arrolló las mangas de su hábito, se acercó a Satanás, y cargándolo sobre sus espaldas se encaminó hacia la casa.
En medio de aquellos valles silenciosos y cubiertos por el velo de la oscuridad, el Padre Samaan caminaba doblado por el peso de su carga. Su sotana negra y sus largas barbas estaban salpicadas por la sangre que se escurría sobre él, pero caminaba animado, con sus labios murmurando fervientemente una oración por la vida de Satanás agonizante...
Khail Gibran
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LEGNAEL
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De: Legnael |
Enviado: 17/08/2010 19:47 |
¿QUE QUIERE REALMENTE LA MUJER?
El joven rey Arturo fue sorprendido y apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba furtivamente en sus bosques. El rey pudo haberlo matado en el acto, pues tal era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió ante la juventud y la simpatía de Arturo y le ofreció la libertad, siempre y cuando en el plazo de un año hallara la respuesta a una pregunta difícil.
La pregunta era: ¿Qué quiere realmente la mujer?
Semejante pregunta dejaría perplejo hasta al hombre mas sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Con todo, aquello era mejor que morir ahorcado, de modo que regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente. A la princesa, a la reina, a las prostitutas, a los monjes, a los sabios y al bufón de la corte... en suma, a todos, pero nadie le pudo dar una respuesta convincente.
¡Eso si! , todos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues solo ella sabría la respuesta. El precio sería alto, ya que la vieja bruja era famosa en todo el reino por el precio exorbitante que cobraba por sus servicios.
Llegó el ultimo día del año convenido y Arturo no tuvo mas remedio que consultar a la hechicera. Ella accedió a darle una respuesta satisfactoria, !a condición de que primero aceptara el precio! Ella quería casarse con Gawain, el caballero mas noble de la Mesa Redonda y el mas íntimo amigo de Arturo.
El joven Arturo la miró horrorizado: era jorobada y feísima, tenía un solo diente, despedía un hedor que daba náuseas, hacia ruidos obscenos.
Nunca se había topado con una criatura tan repugnante. Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible. No obstante, al enterarse del pacto propuesto, Gawain afirmó que no era un sacrificio excesivo a cambio de la vida de su compañero y la preservación de la Mesa Redonda.
Se anunció la boda y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
Lo que realmente quiere la mujer es: "Ser la soberana de su propia vida".
Todos supieron al instante que la hechicera había dicho una gran verdad y que el joven rey Arturo estaría a salvo. Y así fue: al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad.
Pero menuda boda fue aquella... asistió la corte en pleno y nadie se sintió mas desgarrado entre el alivio y la angustia, que el propio Arturo. Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso.
La vieja bruja hizo gala de sus peores modales, engulló la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos.
Llego la noche de bodas. Cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial, aguardaba a que su esposa se reuniera con el... ella apareció con el aspecto de la doncella más hermosa que un hombre desearía ver...
Gawain quedó estupefacto y le preguntó qué había sucedido. La joven respondió que como había sido cortés con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible y la otra mitad con su aspecto atractivo. ¿Cuál prefería para el día y cuál para la noche?
¡Qué pregunta cruel...! Gawain se apresuro a hacer cálculos...¿quería tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba a una bruja espantosa? ¿o prefería tener de día a una bruja y a una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal...?
¿Usted qué hubiera preferido... qué hubiera elegido?
El noble Gawain replicó que la dejaría elegir por sí misma.
Al oír esto, ella le anunció que sería una hermosa dama de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida.
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