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General: El jazz pierde a su última gran dama
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Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: Damara  (Mensaje original) Enviado: 15/08/2010 15:22
Abbey Lincoln fallece a los 80 años.- Era también muy conocida por su activismo político y su compromiso con las minorías
El jazz se ha quedado esta madrugada sin una de sus voces más destcadas y comprometidas . La cantante y compositora Abbey Lincoln ma huerto en Nueva York a los 80 años. Lincoln fue también un personaje controvertido por su compromiso con los derechos humanos y raciales en los años sesenta en Estados Unidos.
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Durante los años 60 tuvo una participación muy activa en defensa de movimientos sociales y defensa de las minorías. En esa época tuvo éxito también en el cine y luego se retiró hasta que reapareció con fuerza en la década de 1990 como cantante, compositora y líder espiritual .
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Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: c3l14 Enviado: 15/08/2010 23:41
No tuve el gusto de conocerla en vida ,,QUE DE DIOS GOCE",, SIII cantaba lindo DIOS,estarà de placenes con su presencia alla,,,por los cielos,,
gracias amiga mia ,, por traernos la noticia,
hasta siempre,,
Celi.

Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 17/08/2010 04:37

Anna Marie Wooldridge (Chicago, 6 de agosto de 1930 - Nueva York, 14 de agosto de 2010), conocida como Abbey Lincoln, fue una cantante y compositora estadounidense de jazz, además de actriz y escritora. Se trata de una de las más prestigiosas voces femeninas del jazz que abrió, además, nuevos caminos al canto jazzístico.

Fuertemente influenciada por Billie Holiday, Lincoln dramatiza sus interpretaciones al estar siempre muy pendiente del significado y sentimiento de las letras que canta. Su voz puede ser potente y grave, pero su entonación rompe frecuentemente con lo que sería una dicción y tono convencionalmente ortodoxos para adaptarse a lo que está cantando, fraseando con lentidud. Su forma de cantar se halla también muy ligada a la tradición de los predicadores negros norteamericanos.

Lincoln comenzó a cantar, dentro del género de las variedades, haciendo giras por Míchigan al final de su adolescencia. Posteriormente, en 1951 cantó en night-clubs de California y luego durante dos años en Hawái, con el nombre de «Gaby Lee». Regresó a Estados Unidos en 1954 donde trabajó en los clubs de Hollywood. Tras cambiar varias veces de nombre (Anna Marie, Gaby Lee, Gaby Woolridge...), en 1956, siguiendo los consejos de Bob Rusell, se queda con el de «Abbey Lincoln».

Ese mismo año grabó con Benny Carter su primer disco e interpretó un tema en la película de 1957 The Girl Can't Help It. El primero de sus tres discos para Riverside (1957-59) la situó al lado del batería Max Roach, que terminaría por ser una de sus grandes influencias. A partir de esa época, Abbey empieza a ser exigente con las canciones que ha de interpretar y a conferirles una intensidad emocional muy personal. Lincoln trabajó con músicos como Kenny Dorham, Sonny Rollins, Wynton Kelly, Curtis Fuller y Benny Golson. Se recuerda especialmente su colaboración con Roach en Freedom Now Suite. Su disco para Date Straight Ahead (1961) contó entre sus músicos con Roach, Booker Little, Eric Dolphy y Coleman Hawkins; asimismo, colaboró con Roach en su disco para Impulse! Percussion Bitter Sweet.

Abbey Lincoln y Max Roach se casaron en 1962; el matrimonio duró hasta 1970. Se trasladó a Los Ángeles y siguieron trabajando juntos durante un tiempo, pero Lincoln (que tuvo problemas dentro del mundo del jazz debido a su inclinación por la música comprometida políticamente) decidió dedicar más tiempo al activismo y no grabó nada casi durante una década. En 1973 regresó y volvió a la escena del jazz con nuevas aportaciones. Empezó a dar clases de arte dramático en la California State University de Northridge y en 1975 tomó eventualmente el nombre de «Aminata Moseka».

Escribió poesía y teatro, y dirigió algunas producciones dramáticas. Al tiempo, siguió grabando música tanto en su país como en Europa.

De la Wiki


Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 17/08/2010 04:40
Maravillosa persona, de gran temple, increíble voz, perteneció sin duda a una época social fermetal sobre todo para un negro, todo un ejemplo y un placer de escuchar.
Gracias Damara

Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 22/08/2010 09:23

A los 80 años de edad, el sábado fallecía en Manhattan la cantante de jazz Abbey Lincoln, tal y como ha anunciado su hermano y la cineasta y amiga, Carol Friedman, que estaba trabajando en un documental sobre su vida. Las causas de la muerte no se han hecho públicas pero su estado de salud era muy endeble desde una operación a corazón abierta en 2007.

Anna Marie Wooldridge, su verdadero nombre, era una de los 12 hermanos de una familia rural. Tras acabar sus estudios se dedica a cantar por diferentes lugares, empezando en “night-clubs”, llegando a actuar en Hawai. Es en su regreso a Estados Unidos cuando decide ponerse el nombre artístico de Abbey Lincoln.

Observar las vivencias de muchos artistas de jazz de los años cincuenta y sesenta pueden ser útiles para mostrarnos una visión de la turbulenta sociedad de esas décadas en América. En esta caso, la cantante nacida en Chicago, a través de sus diferentes épocas musicales no es una excepción.

Ya desde sus inicios dejó constancia de su talento y genialidad a la hora de cantar. En sus maneras era lógico ver el reflejo de una de las “divas” del jazz, Billie Holiday. En sus primeras grabaciones se presenta dejando ver toda su belleza y sensualidad, juega con todos esos aspectos que sumados a su portentosa voz, la convierten en una figura.

La aparición en su vida, a finales de la década de los 50, del batería Max Roach, será crucial para ella. La militancia en la causa racial de éste tendrá una gran influencia en ella, tanto en lo musical, en su aspecto y como es lógico en su posicionamiento político, que se vuelve más evidente y radical. Se separa de esa imagen sexy y la prioridad es ahora mandar un mensaje claro a través de su música. Su forma de cantar se vuelve más visceral, heredera de sus ancestros africanos.

De esta época hay dos obras capitales tanto para su biografía como para el jazz en general. La primera es “Straight ahead”, un disco soberbio donde se rodea de una gama de magníficos músicos, Max Roach, Coleman Hawkins y Eric Dolphy entre otros. El resultado es un ejercicio de jazz total en la que sobresale la versión de “Blue Monk” del pianista Thelonius Monk, que él mismo alabó. El otro disco reseñable, al margen de su carácter musical, es significativo por el peso político que tuvo. “We insist! Freedom now suite” es un alegato antiracista realizado por Max Roach y escrito por Oscar Brown Jr. Editado por el 100 aniversario de la Proclamación de la Emancipación de Abraham Lincoln es un grito por continuar en esa lucha, en la de los derechos de los ciudadanos negros.

Como no es extraño de imaginar, los implicados en la realización de dicho disco, notaron en sus propias carnes la situación socio-política de Estados Unidos, sufriendo a partir de ese momento muchas trabas para hacer su trabajo. El matrimonio Roach-Lincoln se ve parcialmente apartado de la música, lo que les lleva a centrarse en sus reivindicaciones sociales. Todavía se hará más evidente el parón en ella derivado de su divorcio. A partir de ese momento se centra en sus estudios de arte dramático y en su carrera cinematográfica que ya estaba tomando forma llegando a participar en “Un hombre para Ivy” protagonizada por Sidney Poitier.

Su última etapa musical no llegará hasta los años 90, hasta ese momento y en las dos décadas anteriores no tuvo casi relación con la industria musical Previo paso de retomar su carrera modificó temporalmente su nombre al de Aminata Moseka, buscando sus esencias africanas. En esta nueva temporada Abbey Lincoln no sólo quiere ser la voz que interpreta las canciones sino que se mete de lleno a componer, dando como resultado algunos discos de gran calidad como “Devil’s got your tongue” o “A Turtle’s dream”, en los que colaboran nombres tan reputados como Pat Metheny o Charlie Hadden.

Abbey Lincoln dedicó toda su vida a la música y a la facultad que tiene ésta para emocionar y también para servir de altavoz de los oprimidos. Desaparecida ella nos queda su mensaje, cantado de una manera maravillosa e incomparable.


Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 22/08/2010 09:23
La madrugada de este 14 de agosto, en su casa de Manhattan y a los 80 años de edad, murió Abbey Lincoln, una de las más grandes cantantes de todos los tiempos, la última gran diva del jazz. Además, destacó como compositora, poeta, actriz y activista social, que luchó desde siempre (y desde su mismo nombre artístico) por los derechos civiles y políticos de los negros en Estados Unidos. Las causas de su muerte no han sido reveladas, aunque la señora estaba muy delicada de salud desde 2007, cuando fue sometida a una operación a corazón abierto.

Su voz fue siempre tan potente y profunda como su personalidad, pero ante todo, ambas, voz y mujer, deslumbraban a todo mundo por la belleza que las enmarcaba. A principios de los años 60, Abbey Lincoln era ya toda una sensación en Broadway y en Hollywood; la elegancia de su estilo y las líneas de su rostro y su cuerpo, arrancaban emociones, suspiros y hasta ridículos sobrenombres, como La Marilyn Monroe negra.

Ella cantaba… con una fuerza muy especial, vibrante, fresca, con dulce agresividad, con amplios registros que nunca echaban mano de cabriolas o destellos de aparador (había sido calificada también como la heredera de Billie Holiday, y esto ya no sonaba tan disparatado). Así, sus fraseos, inmaculados (déjenme emocionar), se hacían poesía, se extendían o entrecortaban a su antojo para cantarnos y contarnos historias de denuncia y compromiso, o bien para celebrar la vida y hasta para sumergirse en el tan manoseado y gastado (aunque nunca estéril) tema del amor.

Si hubiera alguien que todavía no logra identificar a la señora Lincoln, puede echar un vistazo al inicio de la película Drugstore cowboy. Ahí, el director Gus van Sant utiliza la voz en off de Abbey cantando For All We Know, mientras corren los créditos sobre un Matt Dillon acostado, pacheco y pensativo.

Pero Abbey estelarizó también algunas cintas, entre las que destacan Nothing But a Man, valiente y lúcido filme de Michael Roemer, rodado en 1964, en pleno apogeo del movimiento contra el racismo gringo, y For Love of Ivy (presentada por acá como Un hombre para Ivy), al lado del célebre Sidney Poitier. Pero vayamos a la música.

Abbey Lincoln fue bautizada como Anne Marie Wooldridge. Nació el 6 de agosto de 1930 en Chicago, Illinois (fue la décima de una familia de 12 hermanos), pero creció en el área rural de Michigan. A los 19 años se fue a Los Angeles con la inamovible idea de dedicarse a la música. Para entonces, cantaba en diferentes foros, hacía televisión y su nombre de batalla era Gaby Lee.

En 1958 conoció a Benny Carter, quien produjo su primer disco, ya como Abbey Lincoln. Desde entonces su carrera musical dio un giro radical; ganó en intensidad y en claridad de rutas, pero igual se volvió parte intrínseca de un compromiso de vida. En 1960 grabó un disco seminal para la historia del jazz y de la cultura del riesgo: We Insist!-Freedom Now Suite, al lado del baterista Max Roach, con quien estuvo casada de 1962 a 1970. La idea de que los jazzistas vivían en un mundo aparte, alejados de la realidad inmediata, se iba por tierra.

Después de esto, la militancia social fue ininterrumpida, se hizo evidente su africanismo y su politización, pero sin descuidar un solo instante su principal plataforma, su factura artística, su voz, su música, que nunca guardaba un estilo fijo y seguro, desplazándose con naturalidad entre un blues, una balada o la estridencia de un experimento vocal. Así cantó durante años al lado de figuras como Sonny Rollins, Eric Dolphy, Coleman Hawkins, Jackie McLean, Clark Terry, Stanley Turrentine, Wynton Kelly, Cedar Walton, Joe Lovano, Pat Metheny, Ron Carter, Miles Davis, Stan Getz, Mal Waldron y Archie Shepp. Con este último tuvo un álbum magistral titulado Painted Lady.

En 1980, después de un marcado e inexplicable periodo en la sombra, Abbey regresó y grabó Throw it Away, y a ritmo de blues resurgió de entre su propia leyenda; sus contemporáneos la ovacionaron emocionados y las nuevas generaciones de jazzófilos se sorprendieron al descubrir su presencia y su voz. El retorno fue todo un éxito y volvió a grabar discos tan importanes como The World Is Falling Down (1990), Devil’s Got Your Tongue (1993), A Turtle’s Dream (1995) y Who Used to Dance (1996).

Todavía en 2002 se presentaba en foros tan importantes como el Blue Note o el Lincoln Center, agotando las localidades. En 2003 fue homenajeada por el Fondo Nacional de las Artes de su país, que le otorgó Jazz Masters Award. Su último disco, Abbey Sings Abbey, lo grabó en 2007, poco antes de que el corazón empezara a perder el ritmo. Descanse en jazz.



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