|
General: Sueños lúcidos
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Damara (Mensaje original) |
Enviado: 09/10/2010 06:46 |
Un sueño lúcido es aquel en el que el durmiente es consciente de que lo es; es decir, es consciente de que lo que está ocurriendo es un sueño. Con la práctica, una persona que tiene sueños lúcidos puede llegar a controlarlos y cambiar el rumbo de las cosas. ¡Imaginaos qué no sería posible hacer en un mundo con tan pocas reglas como el del sueño!
Decenas son los consejos que se pueden dar para llegar a conseguir un sueño lúcido, si bien no es una cosa que se pueda obtener de un día para otro. Antes de intentar movernos en un sueño conscientemente, es importante aprender primero a recordarlos una vez nos hemos despertado.
.
.
Aquí incluyo unas cuantas recomendaciones para ello, aunque personalmente creo que lo importante es tener ganas, acostarse decidido a recordar lo que ocurra encima del colchón, y al despertar, intentar no llenarnos inmediatamente la cabeza con todos esos problemas "diarios" que todos tenemos. El paso del sueño a la "realidad" no debería ser un escalón (ahora estoy en el sueño, volando sobre un mar de cocacola, y antes de bajar el pie ya estoy pensando en la arena del gato que hay que cambiar, el trabajo que se acumula en la mesa, el coche que necesita un cambio de aceite). Si estamos ansiosos por "volver a la vida", es normal y lógico que no recordemos lo que hemos estado haciendo dormidos.
Por Celina Castaedo
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
De: Damara |
Enviado: 09/10/2010 06:47 |
RECOMENDACIONES PARA APUNTAR TUS SUEÑOS. Alex Tanous, Timothy Gray
-Deja papel y bolígrafo, o una grabadora, al lado de la cama. Aunque al despertar por la mañana, recordemos el sueño, es posible que a lo largo del día se nos olvide. Sobre todo si después de despertarnos, volvemos a dormir. Por eso es recomendable apuntarlo o grabarlo. Antes de acostarte por la noche, asegúrate de que el lápiz tiene punta, el boli tinta, y el magnetofón, pilas. Deja la cinta en el lugar exacto donde puedas grabar. Si lo vas a apuntar, asegúrate de tener donde apoyar el papel, para poder escribir.
-Anota la fecha del sueño. Anotar la fecha antes de acostarse ( o grabarla en el magnetofón), nos ayuda a enfocar nuestra voluntad sobre el deseo de soñar. Anota el día, el mes, y el año. Esto es útil porque cuando acumulemos varios sueños, podremos observarlos con cierta perspectiva, y descubrir en ellos algún problema que reaparece en unos y otros durante semanas, meses, o incluso años. También podremos emparejarlos con acontecimientos de la vida real, en los que entonces no nos habíamos fijado, pero que reconoceremos bastante bien retrospectivamente. -En la primera línea, procura apuntar el lugar y la acción. El lugar y la acción cambian con frecuencia dentro de un sueño. En la primera línea, establece el lugar y la acción que realizas al principio del sueño. A veces, no hay lugar ni acción, se puede soñar simplemente con un número, una palabra, un objeto, una persona. Si no los hay, no los inventes.
-Relata el sueño espontánea y consecutivamente. Despues de apuntar el lugar y la acción, no te preocupes de como será el resto, escribe las cosas tal y como las recuerdes, sin pensarlas demasiado. Estaría bien aputar las cosas en el orden en el que sucedieron, pero si no te acuerdas, apunta todo lo que se te venga a la cabeza y ya lo repasarás luego. Procura sin embargo separar las escenas diferentes del sueño. Cambia de párrafo a cada nueva situación, y vuelve a apuntar el lugar y la acción.
-Anota todo lo que puedas recordar. Hasta las cosas más insignificantes, repasa tu sueño con la lista siguiente, a ver si refrescas la memoria.
Los cinco sentidos. Vista, olfato, oído, gusto y tacto. La mayoría de los casos sólo recordamos el aspecto visual , no obstante, intenta recordar el resto, aunque sólo sea una sensación de haber oído, olído, o saboreado algo. ¿fue agradable?¿fue por el contrario, desagradable? Aunque recuerdes cosas sin sentido, no dejes de anotarlo ( oler el fuego, saborear el amarillo, oir una roca) Colores. La mayor parte de los sueños son en color. Todo el mundo sabe que la hierba es verde, el cielo azul, y el sol amarillo. Aunque no recordamos haber visto esos colores en el sueño, sabemos que son así... sin embargo, si los colores nos han llamado particularmente la atención, anótelos también.¿había algun color fuera de lugar? ¿Alguna mancha de color sobre algo? Emociones. Pregúntese a si mismo como se sintió en el sueño, y no te veas obligado a limitarte a una sola emoción. Aunque algunos sueños tienen un timbre emocional que resuena en todo lo que sucede en ellos, otros pueden variar. Cualquier emoción y cambio que experimente serán significativos. Asegúrate de que tomas nota de las emociones que experimentaste durante el sueño, no las que este provocó en tí una vez despierto/a. Capacidad para superar algún obstáculo. ¿te has visto atrapado en alguna situación de la que no podías escapar?¿te sentiste inmovilizado en algún momento? ¿conseguiste librarte?¿cómo? Palabras. Si lees palabras durante el sueño, en un periódico, en un letrero, en una carta, si las escuchas por teléfono, o incluso de una voz procedente de ninguna parte. Conversaciones entre varias personas. Si no recuerdas las conversaciones que has tenido u oído, intenta al menos recordar la esencia de la misma. Conviene también recordar palabras carentes de sentido y anotarlas. Detalles del lugar y de la acción.Cierto que los acontecimientos más señalados suelen ser los más importantes, pero en ocasiones, los detalles contribuyen a definir el sueño. Si estás en una habitación.. ¿Qué hay en ella? ¿cómo está decorada? ¿intervienen otras personas en el sueño?¿cómo van vestidas? ¿están sentadas, de pie? ¿estás corriendo? ¿Sudas? ¿a qué velocidad?. No te esfuerces en recordar los detalles en un principio, sino que seguramente te vendrán a la cabeza al repasar lo que has escrito. Siempre que escribas un sueño, a medida que vayas escribiendo, te irás acordando de más y más detalles. No se preocupe por lo que no pueda recordar. Quizá haya un hueco en la acción, sabes que ha sucedido algo, pero no sabes el qué. Da lo mismo. Si estás seguro de que ha ocurrido algo, y no lo recuerdas, pero sabes que fue algo atemorizador, o agradable, anótalo así. Si no tomas nota completa del sueño, después de tenerlo, haz por lo menos un resumen. Si tienes mucho sueño o no tienes ganas de escribir, no confíes en que lo recordarás, procura al menos tomar unas pocas notas , que a la mañana siguiente te refrescarán la memoria. Por ejemplo, si el argumento del sueño fuese el de Caperucita roja, anota las palabras " casa, madre, cesta, capucha roja, bosque, lobo, abuela, disfraz, leñador, salvación". Si el sueño parece inacabado, procura reanudarlo. Si te despiertas mientras estás soñando, y quieres continuar ese mismo sueño, conténtrate sobre lo último que recuerdas que haya sucedido. Deja que esa imagen se fije en tu mente, relájate, y repite para tí mismo algo así como " quiero continuar mi sueño". De todos modos intenta apuntar unas pocas palabras de la primer parte del sueño. Seria una tontería querer continuar un sueño, para olvidarte de la primera parte. No interpretes tu sueño al escribirlo. Anota tu sueño exactamente como lo experimentaste. Si el sueño es extraño, deja que lo sea. Ponle un título a tu sueño. Un título sencillo, que se te ocurra espontáneamente. Cualquier título que presente un sentido para tí, será el título que le conviene. Si en el sueño predomina una emoción intensa, puedes ponerla como título: "amor";"miedo", o una acción, tipo "abrazado a mi almohada", " la mujer vestida de azul". Aunque grabes tu sueño en un magnetofón, escríbrelo. Así lo repasarás y probablemente se te vengan a la memoria detalles que has olvidado. Deja un espacio en blanco detrás de cada sueño, para poder tomar notas posteriores.
|
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 09/10/2010 18:47 |
Muchas preguntas nos han hecho acerca de los viajes astrales o el desdoblamiento astral. Como existe mucha confusión al respecto, especialmente sobre si los sueños lúcidos son lo mismo o no que el famoso viaje astral, hemos elaborado este artículo para compartir nuestra experiencia con todos y, si es posible, despejar estas dudas. Veremos si podemos cumplir este objetivo.
En la correspondencia antigua del "Club de los Onironautas" y en el Foro Mundial de Onironautas se pregunta frecuentemente acerca de la relación entre Sueños Lúcidos y Viajes Astrales. La respuesta es muy simple: estamos hablando exactamente del mismo fenómeno pero empleando términos distintos.
De todas formas, hagamos algunas matizaciones. Algunas personas hablan del "viaje" o "desdoblamiento astral" como de una situación en la que "algo" (nosotros, como entidad psíquica) se desprende o separa de otro "algo" (el cuerpo de carne, hueso y pellejo). En realidad esto ocurre siempre que nos sumergimos en el sueño fisiológico, o sea, cuando el cuerpo se duerme. Quiere decirse que los sueños son "viajes astrales" o como se prefiera llamarlos. Aunque si hablamos de "sueño lúcido" queremos decir que estando en el "mundo onírico" nos damos cuenta del hecho de estar allí, mantenemos la lucidez, somos conscientes de ello (en mayor o menor grado) y, por tanto, podemos movernos a voluntad (a derecha, izquierda, arriba, abajo..., incluso dirigirnos a lugares concretos (al menos a la parte onírica de ese lugar o a su dimensión paralela).
Conviene saber que algunas veces se describe el fenómeno de ver el cuerpo físico acostado en la cama. Esto es muy fácil de experimentar si sabemos como efectuar la salida de nuestro cuerpo de manera consciente y voluntaria (algo que se produce de todas maneras cuando nos quedamos dormidos, aunque seguramente sin conciencia o lucidez de ello). Os contaré mi primera experiencia personal al respecto. Fue totalmente involuntaria:
Ocurrió hace ya bastantes años. Estaba durmiendo una siestecita sobre las tres de la tarde pero con la idea de no dormir demasiado porque tenía que ir al colegio. Finalmente debí quedarme casi totalmente dormido cuando sentí que llamaban a la puerta. Me incorporé en la cama, algo sobresaltado y, delante de mis ojos tenía una escena singular. Resulta que estaba viendo, a escasos centímetros de mi, mis propios pies, calzados con las zapatillas de lona azul que efectivamente tenía puestas. La visión era extraña para mi pues no recordaba haberme visto los pies desde tan cerca. De hecho me parecía imposible que mis ojos pudieran estar tan cerca de mis pies. Algo confundido miro hacia atrás y ¿qué creeis que vi?... ¡Mi propio cuerpo, con los ojos cerrados y la boca entreabierta!. Confieso que me asusté e inmediatamente me desperté.
Luego esa experiencia la he repetido voluntariamente muchas veces, porque la clave es muy sencilla y os la voy a explicar lo mejor que pueda
PRÁCTICA DE DESDOBLAMIENTO ASTRAL CONSCIENTE Nº 1
Tan sólo se trata de ser consciente del mismo proceso de dormirse. O sea, observar atentamente (pero muy relajadamente, claro) como el cuerpo se va durmiendo. Hay un instante realmente mágico en que uno puede separarse de su cuerpo a voluntad. Es el momento en que uno ni está despierto ni dormido totalmente (una frontera muy sutil). En ese momento precios uno DEBE LEVANTARSE. Así como suena: LEVANTARSE. Debe uno sentirse como algo sutil y vaporoso incorporándose. Pero haciéndolo realmente... pues no se trata de imaginar nada. Si uno se levanta en el momento preciso entonces se produce voluntariamente lo que de todas formas iba a producirse espontaneamente (la separación del cuerpo físico y de la psiquis). Una vez que nos hemos levantado sí podemos mirar hacia la cama (y os advierto que la primera vez la impresión es realmente fuerte)... veremos a alguien durmiendo en nuestra cama y ¡oh sorpresa!... si, somos nosotros (más bien nuestro cuerpo).
Desde luego, verse directamente el cuerpo desde esa perspectiva es totalmente distinto a verse en un espejo. Es una experiencia inolvidable. De hecho, lo habitual es que debido a la impresión despertemos inmediatamente. Luego podremos experimentar una segunda realidad onírica: si cuando nos separamos voluntariamente de nuestro cuerpo físico queremos flotar en el aire... veremos que podemos hacerlo. Basta con dar un saltito con esa intención (como Supermán despegando) y estaremos flotando maravillosamente en el aire.
La primera vez que recuerdo realizar conscientemente ese acto de flotar fue muy gracioso. Di un salto, pero no debí calcular muy bien porque atravesé el techo y me encontré al aire libre, en la calle, sobre el tejado de mi casa. También me asusté un poco pero luego vi que aquello era estupendo Así que ya tenemos una tercera experiencia básica: el acto de atravesar una pared estando fuera del cuerpo físico. Produce una sensación espectacular. Atravesar un sólido me recuerda a algo así como atravesar una pared de merengue. Te produce la sensación de estar atravesando "algo", incluso se oye una especie de crujido leve y ¡voalá!... estás al otro lado.
Así que esta es la clave... no la olvideis y practicadla hasta que capteis toda su maravillosa simplicidad.
Desde entonces me encanta salirme de mi cuerpo a voluntad.
¿¿¿¡¡¡¡¡PELIGROSO!!!!????
A mucha gente le encanta escribir y hablar sobre lo que no sabe. He escuchado a bastantes personas llenas de teorías, miedos y supercherías acerca de este tema. En el fondo me dan lástima porque hablan de lo que no saben y les gusta llenar las cabezas ajenas de sus propios traumas, dogmas, creencias y miedos. Pero el mundo es muy ancho y caben todas las creencias que querais asumir.
Todos nos salimos de nuestro cuerpo cuando éste duerme plácidamente y viajamos por el infinito mundo onírico, esa dimensión paralela maravillosa de la que somos ciudadanos tanto como del mundo físico. Finalmente, cuando el cuerpo ha dormido bastante o se despierta.... volvemos a estar metidos de alguna forma dentro de él. Sólo una vez en toda la vida no regresaremos.... pero eso, como digo, sucederá inevitablemente una vez.
He oido cosas tan curiosas como que alguien extraño puede meterse en nuestro cuerpo mientras estamos fuera. Jamás he visto tal cosa. Nuestra psiquis (nosotros) estamos perfectamente unidos a nuestro cuerpo por un lazo que sólo se ha de cortar cuando nos toque morirnos. Esas cosas sólo ocurren a aquellos infortunados que hacen todo lo posible para que su cuerpo sirva de vehículo a entidades ajenas y que se afanan en esa nada recomendable práctica del mediumnismo. Pero eso es otra historia...
Siempre regresamos a nuestro cuerpo cuando este se despierta. De hecho, volver a introducirse en el cuerpo produce una sensación extraña, como entrar en algo tosco y pesado. ¡Es tan grato experimentar la libertad de vivir lúcidamente en el Mundo Onírico! (llamadle Mundo Astral si quereis).
De todas formas no es preciso realizar la práctica anterior para viajar lúcidamente por el Mundo Onírico. Si queremos visitar un lugar determinado podemos utilizar esta otra, que es como un juego:
PRACTICA DE DESDOBLAMIENTO ASTRAL CONSCIENTE Nº 2
Mientras os estais durmiendo imaginad vivamente que estais en el lugar que querais visitar. Sentios realmente allí concentrando relajadamente vuestra atención en todas las sensaciones posibles. Por ejemplo: si quisierais ir a las Pirámides de Egipto sentios allí. Sentid la arena, el viento, el calor, el sonido. Moveos con vuestra imaginación como querais: subid por alguna de ellas, tocad las piedras, explorad todos los rincones. Cuando vuestro cuerpo se halla dormido: ESTAREIS ALLÍ.
Sencillo y hermoso ¿no?
PRACTICA DE DESDOBLAMIENTO ASTRAL CONSCIENTE Nº 3
Esta es para las personas que realmente entienden la importancia de su relación con el Mundo Onírico. Justo en el momento de despertarse hay que mantener los ojos cerrados y no moverse. A continuación imaginar vivamente (y relajadamente, no lo olvideis) que estais en el lugar que querais visitar, tal como se describe en la práctica 2. Moveos por ese lugar y no os preocupeis de más. Cuando vuestro cuerpo se duerma otra vez: ESTAREIS ALLÍ.
Está claro que esto no es para los que tienen prisa por ir al trabajo o a la escuela.
Observareis que la clave reside en el sueño y en la lucidez o consciencia.
UNA AYUDITA MÁS PARA ADQUIRIR LUCIDEZ:
Simplemente observad vuestra habitación detenidamente mientras os estais acostando. Pero no la observeis como todos los días sino con si fuese algo nuevo, diferente, maravilloso. Al tiempo que lo haceis repetios muchas veces algo así:
"Ahora me voy a dormir. Si me encuentro en otro lugar o con otras personas es que estoy en el Mundo Onírico. Me daré cuenta, me daré cuenta, me daré cuenta"
Repetidlo muchas veces y muchos días. Pero siempre como si lo hicieseis por primera vez. Os ayudará a ser conscientes en el sueño. Una vez que tomeis consciencia de que vuestro cuerpo está dormido y vosotros en otro lugar... moveos a donde querais. Vivid lo que llamaremos la 4ª experiencia: en el mundo onírico podemos transladarnos a donde queramos instantaneamente y explorar todos los rincones de ese maravilloso mundo.
En realidad todo es más fácil de lo que podais pensar. Pero sólo vale la experiencia propia. Aunque ya se sabe que tenemos una extraña tendencia a complicarlo todo.
Fuente: El Club de los Onironautas |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 09/10/2010 18:48 |
¿Estamos despiertos?
¿Cómo nos podríamos probar a nosotros mismos, en un momento cualquiera, que no estamos dormidos y soñando? Las circunstancias de la vida son a veces tan fantásticas como las de los sueños, y cambian con la misma rapidez. ¿Qué pasaría si nos despertáramos y encontrásemos que nuestra vida despiertos es un sueño, y que nuestro dormir y soñar son sólo sueños dentro de ese sueño?
Hay una doctrina tradicional, generalmente asociada a la religión, pero que antes y ahora ha sido tema recurrente en la literatura, que dice que nuestro estar despierto habitual no es realmente estar despierto. No es el sueño nocturno, ciertamente, y tampoco es sonambulismo o caminar dormido, pero es, según la tradición, una manera especial de dormir comparable a un trance hipnótico en el cual, sin embargo, no hay hipnotismo sino solamente sugestión o autosugestión. Primero nos dice que, desde el momento del nacimiento y antes, estamos bajo la sugestión de que no estamos totalmente despiertos, y a nivel universal es sugerido a nuestra consciencia que debemos soñar el sueño de este mundo, tal como lo sueñan nuestros padres y amigos. Los niños pequeños, es notorio, encuentran difícil distinguir a primera vista entre esta fantasía, o sea sus sueños de día, y el sueño en el que viven sus padres y que ellos llaman realidad. Más tarde, en la niñez, cuando la sugestión original ha sido incorporada, la autosugestión nos mantiene en este estado más o menos continuamente. Nuestros amigos y vecinos, y todos los objetos que percibimos, actúan como soporíficos y sugestiones de sueño. Nunca más, como ocurrió en nuestra niñez, ponemos en duda lo que nuestros ojos nos muestran como la realidad de este mundo. Estamos totalmente convencidos de que es no sólo real, sino que no hay otra realidad. Soñamos sin poner en duda que estamos despiertos.
La religión, obviamente, presupone que la vida terrestre es un modo de dormir desde el cual es posible despertar a la vida eterna. El Nuevo Testamento, por ejemplo, constantemente usa las imágenes de dormir y despertar. De acuerdo a los Evangelios y a las Epístolas, nos dormimos con Adán y despertamos con Cristo, y la Doctrina nos dice en forma repetitiva que deberíamos esforzamos por despertar desde nuestro estado de vigilia presente y «nacer de nuevo». En la literatura han explotado esta idea lbsen y H. G. Wells entre otros escritores. La obra de teatro de Ibsen "Cuando los Muertos Despertamos", y la novela de Wells "El Durmiente Despierta", suponen en sus propios títulos que los seres humanos estamos dormidos; pero que podemos despertar.
Es naturalmente difícil, por supuesto, convencernos de que estamos dormidos. Una persona dormida, en la mitad de un sueño, no puede despertarse por sí misma. El sueño puede ser tan desagradable que lo despierta naturalmente o se le debe remecer para que despierte. Muy rara vez nos podemos despertar voluntariamente. Es aún más difícil hacerlo desde un sueño hipnótico. Y si es difícil despertar a voluntad de estos estados de sueño leve, podemos imaginar la dificultad de despertar voluntariamente del profundo dormir y soñar de nuestra vigilia normal.
¿Pero, cómo convencernos a nosotros mismos de que realmente estamos en un sueño cuando nos parece que estamos en verdad despiertos? Comparando los dos estados de consciencia principales que conocemos y observando sus similitudes, ¿cuáles son las características más destacadas de nuestro dormir ordinario, tal como las conocemos a través de los sueños que recordamos? El sueño ocurre, es decir, nunca lo iniciamos deliberadamente ni creamos sus figuras y eventos. En esto se parece a la vida en vigilia, por cuanto no predeterminamos nuestras experiencias, ni creamos o inventamos las personas ni los eventos con que nos encontramos día a día.
Otro elemento común de nuestro dormir y nuestra vigilia es la variabilidad de nuestra conducta. A veces nos horrorizamos o nos sentimos complacidos recordando cómo nos comportamos en determinado sueño. Es verdad que cualquiera que haya sido nuestra conducta, humillando o halagando nuestro orgullo, no lo habríamos podido hacer de otra manera. Nuestro disgusto o satisfacción es solamente un resultado de la presunta revelación de nuestro ser inconsciente. ¿Pero cómo, fundamentalmente, estos hechos difieren de lo que ocurre en nuestro sueño del estado de vigilia? En el soñar despierto también alternamos entre una lamentable o una buena imagen de nosotros mismos, no por una decisión predeterminada sino porque así sucede, y nuestro desagrado o satisfacción es igualmente contingente en el efecto que el episodio tiene sobre nuestro orgullo. Pero, ¿podemos decir verdaderamente y a priori que, sea lo que sea que pase, deberíamos comportamos así y asá y no de otra forma? ¿No estamos sujetos a la sugestión del momento, siendo proclives a dejarnos alejar de nuestra resolución por la ira, envidia o entusiasmo? Exactamente como en un sueño nocturno, nuestra vida en vigilia siempre nos toma por sorpresa, y nos comportamos constantemente como ni siquiera imaginamos que podríamos hacerlo. Tampoco, mirando en retrospectiva, podemos realmente decir que lo habríamos hecho mejor o peor en una situación pasada. Si se repitiera, no tendríamos duda alguna de poder hacerlo mejor. Pero tomándola tal como fue, con nosotros tal como éramos en ese momento, no habría sido diferente de lo experimentado en un sueño nocturno.
El examen serio de los paralelismos existentes entre los estados de sueño y vigilia revela muchas más similitudes. Sólo se necesita mencionar una más: la manera en que nuestra memoria recuerda los dos estados es muy semejante. Es cierto que de nuestro estado de vigilia conservamos los recuerdos de manera más o menos continua, mientras que nuestra vida de sueños es una serie de recuerdos discontinuos. Aparte de esta diferencia específica, nuestra facultad de memoria parece comportarse de la misma manera en ambos tipos de experiencia. Todos sabemos lo difícil que es evocar a voluntad un sueño de la noche anterior, por vívido que haya sido y aunque todos sus detalles hayan estado en nuestra mente al despertar. En un instante desaparece por completo, sin dejar rastros. La memoria de lo vivido en nuestro estado de vigilia no es tan engañosa ni caprichosa en cuanto a sus características principales, pero ¿es tan vivido hoy día un recuerdo de ayer? Vimos claramente miles de objetos, probablemente incluso les prestamos atención. Escuchamos conversaciones, hablamos, vimos hombres y cosas en las calles, leímos libros o periódicos, escribimos cartas, comimos y bebimos, e hicimos o percibimos una cantidad, que nadie puede enumerar, de objetos y actos. Esto ocurrió apenas ayer, fue el vívido sueño despierto de ayer. ¿Cuántos de estos detalles permanecen en nuestra memoria hoy día? ¿Cuántos podríamos recordar si nos esforzáramos? Tan completamente como los sueños nocturnos, la masa de sueños despiertos cae en el olvido de nuestro inconsciente.
Puede temerse que haya algo mórbido en las especulaciones anteriores, y que realizar un esfuerzo por ver nuestra vida despiertos como si fuera sólo una forma especial de dormir, debería disminuir la importancia que ella tiene para nosotros, y viceversa. Pero esta actitud hacia un posible y probable hecho es en sí misma mórbidamente tímida. La verdad es que así como en los sueños nocturnos el primer síntoma del despertar es la sospecha de que estamos soñando, el primer síntoma del despertar del estado de vigilia -el segundo despertar de la religión- es la sospecha de que nuestro estado de vigilia presente es como estar soñando. Darnos cuenta de que estamos dormidos es estar a punto de despertar, y estar enterados de que estamos sólo parcialmente despiertos es la primera condición para que logremos estar más plenamente despiertos. A. R. Orage. Fuente: Alcione ________________________
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
(últimos versos del monólogo de Seguismundo en La vida es sueño de Pedro Calderón de la barca) |
|
|
|
De: Lalita2 |
Enviado: 12/10/2010 18:00 |
|
|
Primer
Anterior
2 a 5 de 5
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|