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De: Muil (Mensaje original) |
Enviado: 02/10/2009 21:40 |
Alfonso Canales Málaga-1923
Poeta y crítico literario nacido en Málaga en 1923. En la Universidad de Granada inició estudios de Filosofía y Letras y Derecho, licenciándose sólo en esta última facultad. Inició con Muñoz Rojas la revista «Papel Azul» y la colección poética «A quien conmigo va» y formó parte del grupo editor de la «Caracola», importante revista de esa época. Es presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y miembro correspondiente por Andalucía de la Real Academia Española de la Lengua y de la Real Academia de la Historia. Su biblioteca de casi 20.000 volúmenes es una de las más importantes de Málaga. De su obra poética se destacan : «Sonetos para pocos» en 1950, «El candado» en 1956, «Port Royal en 1956, «Cuenta y razón» en 1962 y «Tres oraciones fúnebres» en 1983. Ha sido Premio Nacional de Literatura en 1965 y Premio de la Crítica en 1973. |
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De: Muil |
Enviado: 02/10/2009 21:41 |
El poeta se lamenta de la fugacidad del querer humano
¿Adónde va el amor, por más que duela el corazón a cada estrecho paso; con qué peso se hunde, en qué fracaso el beso se anonada y se cancela?
Abrígalo si puedes: va que vuela su precario calor, al cielo raso. Mira que con frecuencia se da el caso de que a la vuelta el velo se desvela.
¿Adónde vamos a parar con tanta ráfaga que se va por un postigo, si el cisne se nos muere cuando canta?
¿Qué puede alimentarnos este trigo que siempre se nos queda en la garganta? ¿Adónde vamos a parar, amigo? |
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De: Muil |
Enviado: 02/10/2009 21:42 |
La cita
Amor, amor, amor, la savia suelta, el potro desbocado, amor, al campo, la calle, el cielo, las ventanas libres, las puertas libres, los océanos hondos y los escaparates que ofrecen cuando hay que ofrecer al deseo de los vivos. De los vivos, amor, de los que olvidan que un día no habrá puertas ni ventanas, ni potro ni raudales de la hermosura para estos, estos ojos, estos ojos donde habrá que engastar unas monedas -y otra bajo la lengua-, por si acaso al barquero le sirven o al que busque sueños de ayer, de hoy, bajo la tierra. Bajo la tierra, amor, trufas, estatuas, oro, cántaros, dioses apagados, amor, tesoros, premios de la ansiedad.
Amor, dame la mano, no te conozco, amor, no importa, dame la mano, amor, no la conozco, nunca importa demasiado conocerse. Abre los ojos, no, no puedo, abre la boca, ¿dónde está tu risa, dónde se duerme tu palabra? Amor, no tengo más risa, más palabra: Amor.
Te doy a cambio lo que esperas. ¿Tú lo sabes, tú sabes lo que espero? Amor, ¿tú tienes lo que espero? Es amor, amor y el mundo como está, como es, con estas vías abiertas con las cosas que con amor se hacen, con la gracia de hacer las cosas con amor, con tiempo para formarlas con amor, con fuerzas, aguas de amor para apagar el miedo. |
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De: Muil |
Enviado: 02/10/2009 21:43 |
Oh aquellos días claros de mi niñez...
Oh aquellos días claros de mi niñez, aquellos días entre jardines, entre libros y sueños, a qué poco han quedado reducidos: las piedras brillantes al sol alto del dulce mediodía -¡qué amarilla se ha puesto de aquel sol la memoria!-, las pequeñas calizas, los cuarzos y pizarras polvorientas, suaves, bajo los almecinos, aún tienen un rescoldo de recuerdo en mis manos; el jazmín del estío- ¡qué fue de aquella nieveI-, que daba olor de fiesta a la tranquila noche, aún lo siento en el pecho, cuando cierro los ojos; y el rumor de las olas, lenta, lejanamente, en mi interior florece cuando llueve el silencio. Calor, olor, rumores: a qué poco han quedado reducidos los días lejanos y felices.
A veces el sonido de una piedra, cayendo en una verde alberca, me hace creer que nunca debió formarse un hombre sobre aquel que gozaba sobresaltando aguas tranquilas. Y quién sabe si hoy, corriendo esas aguas hacia mares futuros, también piensan que nunca debieron de ser ríos. |
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De: kuki |
Enviado: 23/10/2010 01:49 |
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