Edward Montgomery Clift (Omaha, Nebraska, 17 de octubre de 1920 – Nueva York, 23 de julio de 1966) fue un actor estadounidense nominado a los premios Óscar, Globos de Oro y BAFTA.
Clift nació en Omaha, Nebraska, hijo de Ethel Fogg (adoptada por los Fogg) y de William Brooks Clift, un banquero proveniente del Sur. Tenía una hermana gemela, llamada primero Roberta pero a la que después le cambiaron el nombre para llamarse Ethel, y un hermano mayor, Brooks, ex marido de Eleanor Clift, la columnista y comentarista política.
La historia de su madre, a la que llamaban “Sunny” marcó su infancia. Sunny había sido adoptada por los Fogg y supo a los 18 años por el doctor Edward E. Montgomery que sus verdaderos padres eran Woodbury Blair y Maria Anderson. Los Blair y los Anderson eran acaudaladas familias entre los que se encontraban políticos y generales de la Guerra de Secesión. Sunny luchó toda su vida para que la reconocieran y educó a sus hijos para que fueran reconocidos. En 1928, Monty, como era conocido, embarcó con sus hermanos y su madre en viajes a Europa.[1]
Con su aparición en Broadway a los trece años, Clift obtuvo éxito en los escenarios y actuó allí durante diez años antes de viajar a Hollywood, debutando en Río rojo (1948), con John Wayne. Tanto John Wayne como Walter Brennan se sintieron indignados por la homosexualidad de Clift, y se mantuvieron alejados de él durante la grabación de la película. Por su parte, Clift se sentía ofendido por las inclinaciones ultraconservadoras de los dos actores. En 1958, rechazó un papel en Río Bravo, que lo hubiera reunido de nuevo con Wayne y Brennan, papel que interpretaría Dean Martin.
También en 1948, Clift fue nominado a un premio Óscar al mejor actor por su interpretación en La Búsqueda. Desde entonces, asentaría un nuevo modelo de actor protagonista: sensible, emocional y con una belleza melancólica, el tipo de hombre que una mujer querría cuidar. Su carrera estuvo repleta de éxitos, interpretando muchos papeles nominados al Óscar y convirtiéndose en un ídolo por su presencia y atractivo. Sus escenas de amor con Elizabeth Taylor en Un lugar en el sol (1951) establecieron un nuevo estándar para el romance en el cine. Sus papeles en De aquí a la eternidad” (1953), donde interpreta al soldado de infantería Robert E. Lee Prewitt, y en El baile de los malditos (1958) son considerados los más característicos de su carrera. Según parece, Clift rechazó los papeles protagonistas en El crepúsculo de los dioses (1950) y Al este del Edén (1955).
Clift y su rival en la pantalla, Marlon Brando, que casualmente nació en la misma ciudad – Omaha, Nebraska – fueron conocidos popularmente en Hollywood como “Los gemelos de oro”, por su rápido ascenso al estrellato.
El 12 de mayo de 1956, mientras filmaba El árbol de la vida, su coche se empotró contra un poste de teléfono tras salir de una fiesta en casa de Elizabeth Taylor, co-protagonista de la película y una de sus mejores amigas desde que rodaron juntos Un lugar en el sol. Avisada por su amigo Kevin McCarthy, que había presenciado el accidente, Taylor corrió hasta el lugar y salvó a Clift de morir ahogado extrayéndole dos dientes que se le habían clavado en la garganta. Clift fue sometido a cirugía plástica y fue Elizabeth Taylor quien evitó que la prensa molestara al actor durante su estancia en el hospital y evitó que se le fotografiase hasta que su cara fue correctamente tratada y reconstuida. Volvió tras unas semanas para terminar la película. Ambas caras de Clift, antes y después, aparecen claramente en la película. Desde antes del accidente, Clift abusaba del alcohol y los calmantes[cita requerida]. Después del accidente siguió en una espiral de autodestrucción que se considera el “suicidio más largo vivido en Hollywood”. Él y Liz Taylor, a quien llamaba Bessie Mae, fueron grandes amigos hasta su muerte.
Su carrera tras el accidente de coche ha sido denominada frecuentemente “el suicidio más largo de Hollywood”, debido al abuso de sustancias ilegales. En su primera película desde el accidente, Clift protagonizó Río salvaje (1960), junto con Lee Remick, un film incluido en el Registro Nacional de los Estados Unidos. También coprotagonizaría Vidas rebeldes en 1961, que resultaría ser la última película de Marilyn Monroe y Clark Gable. Monroe, quien también estaba teniendo problemas emocionales, describió a Clift como «la única persona que conozco que está aún peor que yo». Su estilo de vida autodestructivo estaba arruinando su salud. Universal lo demandó en 1962, durante la grabación de Freud (Pasión secreta) por sus frecuentes ausencias. El caso se resolvió fuera de los juzgados ; el éxito de taquilla de la película resultó beneficioso para ambas partes.
Clift recibiría una última nominación a los Óscar como mejor actor de reparto en ¿Vencedores o vencidos? (1961), en un papel de siete minutos. También participaron Spencer Tracy, Marlene Dietrich, Maximilian Schell, Burt Lancaster y Judy Garland. El director, Stanley Kramer, escribiría en sus memorias cómo Clift no conseguía recordar sus líneas, a pesar de que sólo salía en una escena: «Al final le dije ‘Mira, Monty, olvídate de las líneas. Tú estás en el estrado. El fiscal te dice algo, y luego el abogado de la defensa te ataca con dureza, y tú echas un vistazo al guión y sueltas una palabra. Eso estará bien. Di lo que sea, en realidad no importa. Simplemente vuélvete hacia Tracy cuando quieras e improvisa algo. Estará bien porque eso mostrará la confusión de tu personaje.’ Él pareció calmarse. Nunca seguía el guión al pie de la letra, lo que dijera siempre encajaba perfectamente, y finalmente lo hizo tan bien como yo esperaba».
Según algunos autores, Montgomery Clift era homosexual. Otros arguyen que era bisexual. Su biógrafo Michelangelo Capua afirma que «Monty durmió tanto con hombres como con mujeres, esperando descubrir sus propias preferencias sexuales». Añade que su madre «habla sin problemas sobre la homosexualidad de su hijo: ‘Monty se dio cuenta de que era homosexual muy pronto. Creo que tendría doce o trece años». (“Montgomery Clift: a Biography”, p.22)
Patricia Bosworth, que pudo hablar con su familia y con muchas personas que conocían al actor y habían trabajado con él, escribe en su libro “Montgomery Clift”: «Antes del accidente, Monty tenía incontables romances con hombres y mujeres. Encajaba con su personalidad el tener relaciones de esta manera… tras el accidente y su adicción, pasó a ser un hombre más serio y el sexo se volvió menos importante para él». De todos modos, siempre dio más importancia a los viejos amigos como Bill Le Massena, Maureen Stapleton, Elizabeth Taylor, Libby Holman o Ann Lincoln.
Montgomery Clift murió el 23 de julio de 1966 a los 45 años por complicaciones de salud debidas a su adicción al alcohol y a las drogas. Se encontraba en su apartamento de la calle 61, situado en el Upper east side neoyorkino (conocido como el brownstone). Supuestamente, su asistente le oyó decir sus últimas palabras cuando lo llamó para que saliese de su habitación, preguntándole si quizá le gustaría ver Vidas rebeldes en la televisión, a lo que Clift contestó con rotundidad: “No, en absoluto”. Fue enterrado en el Cementerio Quaker, Prospect Park, Brooklyn.
En el Paseo de la Fama de Hollywood, Clift tiene una estrella en el 6104 de Hollywood Blvd. (Esta efemérides está tomada de Wikipendia, la enciclopedia libre). En este sitio de www.cineforever.com pueden encontrar los siguientes textos en relación a Montgomery Clift
Omaha, 1920 - Nueva York, 1966) Actor de cine estadounidense. Pasó parte de su infancia viajando por Europa junto a su familia, en Francia y Alemania. Con ocho años tuvo que superar una operación que le dejó una cicatriz en el cuello. Empezó a actuar a los catorce años; su primer papel fue en el teatro Berkshire de Stockbridge (Massachussets), en la obra Fly Away Home. De allí pasó a Broadway, en donde estaría un año con Jubilee, un musical de Cole Porter en el que hacía de príncipe. Después llegarían varias obras más como Obedient Husband o Eye on the Sparrow, hasta que su papel en Dame Nature fue muy elogiado por la crítica.
Tras conocer al compositor Lehman Engel, durante un viaje por México contrajo la disentería, lo que supuso un paréntesis en su carrera. Continuó luego su carrera en el teatro interpretando obras de Thornton Wilder, Lillian Hellman, Tennessee Williams y Anton Chejov entre otros, hasta que a finales de los años cuarenta comienza a intervenir en sus primeras películas.
En 1948 rodó Ángeles perdidos, con Fred Zinnemann, y Río Rojo, filme dirigido por Howard Hawks y con un enorme John Wayne como protagonista. Había dudas de que aquel muchacho pudiera aguantar la demoledora personalidad de Wayne, pero el propio John acabó reconociendo la calidad de Clift y confirmando las esperanzas que en él había depositado Hawks. A continuación interpretó importantes películas como Un lugar en el sol (1951), de George Stevens, Yo confieso (1953), de Alfred Hitchcock, y Estación Término (1953), de Vittorio de Sica.
En 1957 sufrió un grave accidente de tráfico que le dejó profundas huellas en la cara, circunstancia que hará que su carácter se vuelva aún más introvertido y que se retire del cine durante varios años. Cuando volvió era un hombre transformado: la calidad de sus interpretaciones y, sobre todo, de la selección de títulos se había resentido bastante. Cabe citar su colaboración con Elia Kazan en Río salvaje (1960); o su papel en ¿Vencedores o vencidos? (1961), de Stanley Kramer. El mismo año rodó la enfática y crepuscular Vidas rebeldes, con John Huston. Su última intervención fue en una discreta película, El desertor (1966), de Raoul J. Levy, después de haber estado otros cuatro años inactivo por motivos de salud.
Inteligente y sensible, en las pocas películas en que apareció fue admirado por sus interpretaciones de personas introvertidas y problemáticas, papeles a los que dotaba de una singular dimensión psicológica. Tras el accidente de automóvil de 1957, se rumoreó que bebía demasiado, consumía drogas y se comportaba de forma extraña en los platós y fuera de ellos. El accidente dejó cicatrices en su rostro y perjudicó su buen aspecto, pero dotó a su presencia cinematográfica de un patetismo adicional. Hoy día tiende a recordársele como uno de los grandes actores intelectuales de Hollywood.