El síndrome del sabio o síndrome del savant, también conocido como savantismo, es un diagnóstico médico no reconocido, pero el investigador Darold Treffert lo define como un estado patológico según el cual algunas personas con desordenes mentales como el autismo, pese a sus discapacidades físicas, mentales o motrices, poseen una sorprendente habilidad o habilidades mentales específicas. Estos individuos son denominados savants (sabios), término francés utilizado para designar a los virtuosos de las artes. Treffert afirma que esta situación puede ser genética, pero que también puede ser adquirida. Se ha demostrado que las capacidades de algunos savants han sido accionadas por una lesión cerebral, antes estaban presentes pero no se ponían de manifiesto. Este síndrome fue descrito por primera vez en 1978 en artículo de la revista Psychology Today.
Características De acuerdo con Treffert, si existe una característica común que describe a los savants es su memoria prodigiosa, que es de un tipo especial. Es una memoria que él define como “muy profunda, pero excesivamente estrecha”. Estrecha en el sentido de que pueden recordar pero tienen dificultad a la hora de utilizar su memoria.
En general, y teniendo en cuenta el enorme repertorio de conocimientos del ser humano, es curioso el hecho de que las habilidades más usuales de los savant se centren en 4 categorías principales:
Arte (música, pintura y escultura): Se caracterizan por ser grandes intérpretes musicales, especialmente al piano, pintores y escultores. Suelen tener habilidades innatas para comprender e interpretar la música. Cálculo de fechas: Algunos savant pueden memorizar calendarios enteros y recordar datos referentes a cada uno de esos días. Cálculo matemático: Capacidad para la realización de complejos cálculos matemáticos mentalmente de forma instantánea y con gran precisión, como por ejemplo el cálculo de números primos o la realización de divisiones con 100 decimales mentalmente. Habilidades mecánicas y espaciales: Capacidad para medir distancias casi exactas sin la ayuda de instrumentos, construcción de detalladas maquetas, memorización de mapas y direcciones... Existen además otra serie de habilidades, más inusuales y en general más particulares del individuo, como facilidad para el aprendizaje de múltiples idiomas, fuerte agudización de los sentidos, perfecta apreciación del paso del tiempo sin necesidad de relojes, etc.