Una puerta entre dos mundos: Carnaval de Silió en Cantabria
Los carnavales son, quizá, las celebraciones más asociadas a las festividades populares. Su función originaria emana de la necesidad del alma humana de reconocer el pasaje de un ciclo a otro, y como no puede ser de otra manera, este reconocimiento se festeja en casi todos los pueblos del globo, aunque el carnaval de algunas regiones es más reconocido que el de otras.
Cantabria tiene el privilegio de ser la primera comunidad en desatar el frenesí y las esperanzas que generan estas fiestas en el continente europeo. La alegría y la tristeza del carnaval se hacen presentes con el nombre de “La Vijanera” en el pueblo de Silió en enero. Entonces una puerta entre dos mundos: el pasado y el presente, surge en este carnaval, que es uno de los más antiguos del mundo.
Según los relatos de los pobladores de esta localidad de Cantabria, La Vijanera es una celebración ancestral que, si hubiera que localizarla en la historia, nos llevaría a la época romana. Es decir que sería posterior al siglo II d.C., cuando ya las rutas romanas habían dispuesto sus asentamientos en la gran Hispania.
No obstante, a ciencia cierta, el punto de origen de esta fiesta popular de Silió queda eclipsado por la historia, que tras olvidarla durante algún tiempo, ha recuperado su celebración hace tan sólo 25 años.
Esta gran fiesta tradicional se celebra en Silió el primer domingo de cada año (en 2009, 4 de enero), y no faltan motivos para alegrarse, dado que se festejan tanto la entrada en el año nuevo como la despedida del año viejo.
Si bien, como en todo carnaval, los personajes que desfilan por las calles durante estas fechas son muy variados, de gran colorido y encanto, existen algunos de ellos con funciones específicas que se vinculan de un modo comprometido con esta celebración. Es el caso de los zamarrazos, personajes que, con máscaras, pintados o con sombreros, y vestidos rudimentariamente con pieles de carnero, se encargan de ahuyentar a los malos espíritus que habitan en Silió. Se trata de una suerte de cura mística o limpieza espiritual que prepara y allana el camino para el año nuevo.
Este carnaval originario cuenta también con una etapa musical autóctona, en la que se recitan coplas que pretenden graficar los sucesos más trascendentes del año que ha pasado.
Y como toda festividad tradicional el carnaval cuenta además con sus propios actos rituales, los cuales signan el suceso celebrado. Es así como en Silió se simbolizan claramente dos aspectos de la subjetividad de sus habitantes. El primero de ellos se materializa en una representación llamada “preña” o parto, que se lleva a cabo en la plaza de la ciudad: entonces un médico acude como testigo del nacimiento de un nuevo año. El segundo, consiste en una representación simbólica que, a través de la matanza de un oso tras una feroz batalla, muestra el triunfo del bien contra el mal, generando expectativas y esperanzas vinculadas al nuevo año en curso.
La Vijanera, es decir, el carnaval de Silió, ha sido declarada de interés turístico regional y ha despertado en los últimos años una gran convocatoria que reúne a los habitantes de los pueblos aledaños y también a los turistas, quienes se ven convocados por el misterio que envuelve esta gran fiesta popular callejera.