El Molino
La rueda hidráulica dio lugar al molino harinero activado por energía hidráulica.
Pero surge a la par la necesidad de aprovechar otra de las fuentes de la naturaleza, la energía eólica. El primer molino de viento fue ideado por Herón (c. 20-62 d.C.) y servía para mover los fuelles de un órgano.
Los persas, a partir del siglo VII, ya poseían molinos para riego y molienda, formados por alas montadas sobre un palo vertical, cuyo extremo inferior movía una molienda. Estos molinos se difundieron por los países árabes y fueron llevados a Europa por los cruzados (aunque otros investigadores opinan que fueron los mismos árabes quienes los introdujeron en Europa). Se cree que alrededor del S. XI Inglaterra había adoptado este invento, y en los Países Bajos, un molino se supone que data del 1197. Entre los siglos XI y XIII se difundieron por Europa. El ejemplar que ha llegado a conocerse era de un molino, en que todo el cuerpo giraba alrededor de un eje vertical montado sobre troncos de encina, apoyados sobre una base de ladrillos.
Eran estructuras de madera ( torres de molino), que se hacían girar a mano alrededor de un poste central para levantar sus aspas al viento.
El molino de torre se desarrolló en Francia a lo largo del siglo XIV. Consistía en una torre de piedra coronada por una estructura rotativa de madera que soportaba el eje del molino y la maquinaria superior del mismo.
Más adelante, todo el edificio se construyó de ladrillos.
Generalmente de la parte superior sobresalía un eje horizontal. De este eje partían de cuatro a ocho aspas, con una longitud de entre 3 y 9 metros. Las vigas de madera se cubrían con telas o planchas de madera (En los primeros se usaron velas de barcos). La energía generada por el eje al girar, se transmitía, a través de un sistema de engranajes, a la maquinaria ubicada en la base de la estructura.
Holanda, país en el que predominan los vientos marinos de cierta intensidad, fue el país europeo que contó con más molinos de viento, aunque en la España del Quijote, ya había también numerosos molinos de viento (que el personaje inolvidable imaginó gigantes), y en Inglaterra, a fines del siglo XIX existían alrededor de 10.000.
Se los usaba para el riego y moler el grano, además de bombeo de agua en tierras bajo el nivel del mar, aserraderos de madera, fábricas de papel, prensado de semillas para la obtención de aceite, triturado de todo tipo de materiales.
Y como curiosidad hay que citar aquí ciertos proyectos teóricos basados en el molino, como el ascensor de energía eólica para elevar soldados sobre las fortificaciones enemigas, de Kyeser, en 1405; y un carro automóvil accionado por paletas de viento ideado en 1460 por Valturio. En Holanda fueron empleados molinos de viento para desagotar las tierras costeras invadidas por el mar.
Un gran adelanto en el molino, fue el agregado del abanico de aspas, inventado en 1745, que giraban impulsadas por el viento. En 1772 se introdujo el aspa con resortes, consistentes en cerraduras de madera que se controlan de forma manual o automática, con el objeto de mantener una velocidad constante en caso de vientos variables. Y otro avance fue el freno hidráulico para detener el movimiento; y el uso de hélices aerodinámicas para aumentar el rendimiento de los molinos en zonas con vientos débiles.
En la actualidad, no se utilizan los molinos harineros medievales, puesto que, con la aparición de la máquina a vapor, y posteriormente otras máquinas motrices y altamente tecnificadas, fueron disminuyendo y desapareciendo los molinos de viento europeos pero sí es una escena cotidiana, el paisaje de las llanuras con explotación agrícola-ganadera con sus molinos metálicos orientados en la dirección del viento para la extracción de agua para los bebederos de animales y riego.