'La guerra que usted no ve' es el segundo largometraje documental de Pilger para el cine, en una carrera en la que ha producido más de 56 documentales de televisión.
PN: Su nueva película 'La guerra que usted no ve' se centra en el papel de los medios de comunicación en la guerra. Me gustaría comenzar preguntándole por qué sintió que quería hacer esta película.
JP: La televisión es la fuente principal de información para la mayoría de la gente. En Gran Bretaña, una gran parte del periodismo de televisión está dedicado a crear una suerte de mitología de la "objetividad", la "imparcialidad", y el "equilibrio". La BBC ha elevado estos principios a una especie de causa noble y desinteresada, lo que le permite transmitir visiones preferidas por el "establishment" vestidas con un ropaje de noticias. Esto nos permite entender porqué la propaganda en las sociedades libres, como Gran Bretaña y los Estados Unidos, es mucho más eficaz que en las dictaduras. Mientras los periodistas "profesionales", especialmente los organismos de radio y televisión, se presenten falsamente como una especie neutra, la verdad no va a tener ninguna posibilidad de imponerse. Esto queda más claramente demostrado cuando el poder imperial - es decir, los Estados Unidos con Gran Bretaña en el remolque - invade países que quiere controlar, independientemente del derecho internacional. Esta ilegalidad es rara vez un punto de referencia utilizado en la cobertura y la selección de noticias. Yo no entendí muy bien esto al principio de mi carrera. Tal vez fue mi experiencia en Vietnam en la década de los 60s la que me ayudó a entender esto. 'La guerra que usted no ve' es un producto de eso, y de pasármelo de-construyendo, de manera rutinaria, prácticamente cada una de las noticias que leo, escucho y veo.
PN: En una entrevista con el académico venezolano Edgardo Lander, él argumentaba que los países que no tienen medios de comunicación democráticos no pueden ser llamados democráticos. ¿Por qué es tan importante el funcionamiento de un sistema democrático de medios para la democracia en general?
JP: Estoy de acuerdo con Lander. Thomas Jefferson dijo: "La libre información es la moneda de cambio de la democracia." Es muy sencillo. Si no hay flujo libre de información, no hay democracia. Sin un público informado, la autoridad política o empresarial - cualquier autoridad - no puede ser obligada a rendir cuentas, y si no rinde cuentas, se corrompe muy pronto.
PN: El sitio web de la organización británica Media Lens, que analiza el comportamiento de los medios de comunicación, sostiene que la naturaleza cada vez más centralizada de los medios de comunicación los lleva a actuar como un sistema de propaganda de facto que sirve a los intereses empresariales y del "establishment". Este es un veredicto condenatorio sobre el periodismo convencional, pero es un veredicto justo?
JP: Sí, es del todo justo. Una vez más, tomemos el asunto de la guerra. Los Estados Unidos son un "estado guerrero", con el sector más estable y poderoso de su economía dedicado a la fabricación de armamentos. Estos armamentos, aviones y municiones, los vende a cientos de países. Anda a cualquier feria de armamentos, y te dirán que estos armamentos tienen que ser "probados en el mercado", en las guerras. Las bombas de racimo que caen sobre la gente en Iraq y Afganistán fueron probadas en Vietnam, el napalm que ha sido refinado para quemar debajo de la piel se probó en Corea. Cada nueva guerra es un laboratorio. Gran parte de los medios de comunicación y las empresas de armas se complementan, en el caso de la NBC, esto es explícito. NBC es una de las organizaciones más grandes de noticias del mundo y su empresa matriz, General Electric, es uno de los mayores fabricantes de armas del mundo. El mensaje contenido en las noticias de la BBC no es muy diferente. Un estudio realizado por la Universidad de Gales, Cardiff, sobre el papel de la BBC en el período previo a la invasión de Iraq, encontró que la cobertura de la corporación había sido abrumadoramente favorable al gobierno - un gobierno en aquel momento estaba involucrado en serias distorsiones de la verdad, como ahora ya sabemos, y que ellos como periodistas deberían haberlo sabido en ese momento. Por supuesto, hay una serie de honrosas excepciones -, pero hay que pensar cuales son los intereses del «establishment», y luego considerar cómo estos se propagan, directa o indirectamente, a través los medios de comunicación, y por indirectamente también me refiero a la censura por omisión. Esto seguramente ayuda a explicar por qué tantas personas en los medios de comunicación apenas podían contener su furia por las filtraciones de Wikileaks; ¿cómo se atreve este tipo que no pertenece a ninguno de nuestros "clubes" a interponerse en el derecho que tienen los medios para ser utilizados, halagados y mentidos?. En 'La guerra que usted no ve', un ex funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores describe en detalle lo fácil que es manipular a los periodistas del 'lobby'.
PN: Su película comienza con imágenes impactantes del ataque de un helicóptero Apache de los EE.UU contra la población civil iraquí en 2007 que fue difundido por primera vez a través de página web de Wikileaks. La semana pasada Wikileaks publicó más de 250.000 cables clasificados de las embajadas de EE.UU. los cuales desde entonces han dominado la agenda global de noticias. ¿Cuán importante crees que es el trabajo de Wikileaks y hasta qué punto constituyen una amenaza para los gobiernos que desean mantener la información sobre sus operaciones militares extranjeras en secreto con respecto a sus ciudadanos?
JP: Casi no me atrevo a usar la palabra "revolución", pero la aparición de Wikileaks representa verdaderamente una revolución. La tecnología digital ha hecho posible que los gobiernos puedan leer nuestros correos electrónicos, pero esto también significa que podemos leer los suyos. ¿Es esta una "amenaza" al poder establecido? Sí, porque, nuevamente, la información es poder. Le confiere a una élite anti-democrática su poder y el secreto perpetúa este poder. Cuando conocemos la naturaleza de las maquinaciones y engaños oficiales, entonces nosotros, el público, podremos actuar. Como dice el historiador Mark Curtis en mi película, "el público es una amenaza que debe ser contrarrestada." Cuando se derraman los granos, la "contra" es aún más difícil.
PN: En la película también cuentas cómo Edward Bernays inventó el término relaciones públicas y fue un pionero del sistema moderno de propaganda. Además muestras cómo el gobierno de EE.UU. utilizo las técnicas inventadas por Bernays para reclutar a ciudadanos de EE.UU. para unirse a la Primera Guerra Mundial. ¿Siguen utilizando esas técnicas hoy en día gobiernos como los de EE.UU, y si es así, puedes dar algunos ejemplos concretos de cómo funciona esto?
JP: Edward Bernays decía, "La manipulación inteligente de las masas es un gobierno invisible que representa el verdadero poder gobernante en este país." Las mismas técnicas se siguen utilizando, como la creación de lo que Bernays llamaba la "realidad falsa" y los rituales de patriotismo que están dedicados a justificar la guerra. Lo que es diferente en estos días es que la propaganda no está funcionando. Mira el pánico que muestran las respuestas de los gobiernos en relación a las revelaciones de Wikileaks. Las guerras de Iraq y Afganistán han tenido una gran oposición no sólo a través del mundo, sino también dentro de los EE.UU. y Gran Bretaña. El internet ha dado a la gente una herramienta para saber lo que está pasando, aun sin necesidad de encender el televisor y ver las noticias. Escribo una columna para el 'New Statesman', que tiene una tirada modesta. Pero una vez que sale en la web, puede alcanzar una audiencia de varios millones.
PN: Por último, ¿cuál sería la mejor manera de hacer los reportajes sobre la guerra por parte de los medios de comunicación masivos menos serviles a los intereses del gobierno? Tienes alguna esperanza sobre la capacidad del Internet para ofrecer una información alternativa sobre grandes acontecimientos tales como la guerra?
JP: Los medios de comunicación no cambiarán mientras no cambie su estructura. Un periódico de Murdoch, o uno de sus canales de TV siempre reflejaran los intereses rapaces de Murdoch. Sin embargo, los periodistas y los organismos de radio y TV colectivamente tienen poder, al igual que el público interesado. Me gustaría ver establecido un "quinto poder" en el que los periodistas, sus profesores en las escuelas de periodismo y el público en general se unan para empezar a cambiar la práctica periodística desde dentro. Durante la invasión a Iraq, hubo pequeños motines al interior de la BBC, pero no estuvieron coordinados. El potencial está ahí. En cuanto a que el Internet proporcione una información alternativa sobre la guerra, eso ya está sucediendo. La mayoría de los mejores reportajes sobre Iraq fueron publicados en la web - por parte de aquellos como Dahr Jamail y Nir Rosen, y "periodistas ciudadanos", como Jo Wilding. Y ya está sucediendo donde probablemente es más importante: en los centros mismos del poder, donde, al parecer, casi todo está siendo filtrado y publicado en la web, y ojala que esto continúe por mucho tiempo.
Pablo Navarrete
Level Ground