"No te niegues la vida, no te quites la corona para parecer menos alta y que así tu caballero de armadura demasiado oxidada se sienta cómodo en su altura junto a ti.
Se compasiva con todos aquellos plebeyos de alma que no son dignos de tu luz. No te obligues a soportar nada ni aguantar a nadie que no le plazca a tu corona. La vida es un conjunto de experimentos (ensayo, error, ensayo, error, ensayo, ¡solución!) Honra tu luz. Nunca te creas superior a nadie, ni tampoco inferior. Di siempre tu verdad.
Las reinas no tienen miedo de estar solas, lo perdieron hace tiempo: por eso llegaron a reinas. Lidera tu destino.
Para poder dar amor del bueno, para poder amar incondicionalmente, primero habrás tenido que independizarte emocionalmente, lo cual equivale a amar a corazón abierto, con toda la integridad y honestidad de tu alma, y la valentía y coraje suficientes como para largarte de la relación si la otra persona te traiciona, deja de amarte o no te ama con la calidad de amor que tu alma y nivel de conciencia requieren.
Detrás de toda reina hay un sueño de búsqueda eterna por cuya consecución es capaz hasta de empeñar la corona y de afrontar los demonios más oscuros.
Una Reina sabe que las personas tienen misiones, razones para estar en nuestras vidas y, una vez concluidas, se van. Unos se irán sin un adiós. Otros se largarán dando un portazo. Otros en cambio, nos obsequiarán con flores en la despedida o celebrarán con champán haberse encontrado con nosotros. Unos nos verán, esto es, se darán cuenta de quiénes somos más allá de la identidad personal. En cambio, otros jamás atisbarán ni un tímido rayo de luz de nuestra alma.
Detrás de toda reina hay una historia confesable de amor perdido, traicionado, hallado, soñado, sentido, ignorado y aprendido.
Dentro de toda reina existe un alma fuerte que arriesga todo con tal de vivir su vida y alcanzar el destino de su corona.
Segundas partes, a veces, son el umbral de acceso a la magia del destino, al milagro del amor...a veces el destino presenta a los amantes pero los vuelve a separar para que aprendan lo que han de aprender de cara a poder reconstruir la relación sobre bases realistas y saneadas...
No siempre se llega a los finales felices por un camino de rosas, a veces, las relaciones más afortunadas se construyen basándose en procesos que costaron mucho esfuerzo, audacia, osadía, amor y coraje para enfrentar dragones de todo tipo...
Las Reinas no juegan con los sentimientos, ni aceptan que nadie juegue con los suyos.
Una Reina no va de reina. Simplemente, es Reina.
Una Reina puede amar, pero en todo caso se ama más a si misma.
Una Reina no teme estar sola. Todo lo contrario ¡¡Adora estar consigo misma!!
Una Reina se pregunta cada día cómo se siente. Y luego calibra si su deseo o ideal de bienestar interior coincide con su realidad.
Una Reina no teme preguntar.
Una Reina se atreve a mostrar lo que piensa y siente.
Una Reina asume sus miedos y aprende de sus errores.
Una Reina tiene vida propia.
UNA REINA ES UNA REINA
"La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada" de Rosetta Forner