¿Qué hay de malo en que busque lo agradable y evite lo desagradable? El río de la vida fluye entre las orillas del dolor y el placer.
La mente, sólo se convierte en un problema cuando se niega a fluír con la vida y se queda estancada en las orillas. Fluír con la vida quiere decir aceptación: dejar llegar lo que viene y dejar que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo que sucede cómo y cuando sucede, puesto que usted no es lo que sucede, usted es a quien le sucede. A fin de cuentas, usted ni siquiera es el observador. Usted es la potencialidad última, cuya manifestación y cuya expresión es la consciencia todoabarcante.