Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que nunca quieras vivir tanto como vives. Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron. Pero nunca te olvides de recordar las cosas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos. Pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron contigo. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron Pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea mayor a la felicidad del día más feliz de tu pasado. Que nunca se te venga el techo encima y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer, Una luna llena en una noche oscura, Y que el camino siempre se abra a tu puerta. Que haya una generación de hijos en los hijos de tus hijos. ¡Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte! Que el Señor te guarde en Su mano y nunca apriete mucho el puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, Que los ángeles te protejan, y que el cielo te reciba, Que la fortuna de las colinas irlandesas te abracen. Que las Bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero, Que la buena suerte te persiga, cada día y cada noche. Muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto a la fogata, Risas para consolarte y aquellos a quienes amas cerca de ti, ¡Y todo lo que tu corazón desee! Que Dios esté contigo y te bendiga, Que veas a los hijos de tus hijos, Que el infortunio sea pobre, seas rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad Que desde este día en adelante, Dios te conceda muchos años de vida, De seguro Él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.
“Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te lleve en la palma de su mano.”