Entre las olas
Sentado en mi
pequeño bote inflable mecido por las olas, saboreo el placer del
momento, vacaciones en el mar... Disfruto del océano, el aire puro, el
sol, la libertad, mientras la muchedumbre se aglomera en la playa.
De repente me parece
ver que esa multitud se aleja. ¿Por qué me hacen señales desesperadas?
¡Oh! las olas son más fuertes que hace un rato. Heme aquí presa de la
corriente. Me arrastra, trato de volver, pero es imposible! La angustia
se apodera de mí: ¡Socorroooo!... Sin embargo, el ruido del mar cubre mi
voz. ¡Que horror, estoy perdido!.
Los bañeros me
observan. Como juzgan que la situación es grave, ponen en marcha su
salvavidas, en el lugar que estoy ponen a volar el helicóptero. Mientras
este zumba encima de mi cabeza, un hombre baja por medio de una cuerda,
me agarra y me pasa el salvavidas. Diez minutos más tarde estoy seguro
en la playa, sin el bote y al cuidado de un para-médico.
¡Que inconsciencia!
Sin darme cuenta podría perecer ahogado pero, alguien vino a salvarme. -
Fue tu culpa – me podrías recriminar. ¡Es cierto! Pero reflexiona un
instante: ese bote arrastrado por la corriente, ¿no es una imagen de
nuestra vida? ¿Sabes a dónde te lleva esa poderosa corriente de la vida?
.
Quizás estás siendo
arrastrado por la ambición, por la duda, el hedonismo, el sexo, el
alcohol. Por más lejos que estés no permitas que la angustia se apodere
de ti.
Talvez vayas hacia
un naufragio, lejos de Dios para siempre. Pero recuerda nunca es tarde
para hacer un alto en el camino y permitir que el Salvador tome el
control de nuestras vidas.
Francisco Javier Montero Serrano
Pensamiento de la semana: “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán”.
© Fondo y Blend por Aida Gabito Grupos 2010
|