Hay experiencias de vida que nos dejan marcados y no volvemos a ser los mismos. Experiencias positivas, experiencias interpretadas negativas…Experiencias que nos forman y determinan nuestras decisiones y acciones futuras. De las experiencias positivas podemos estar horas hablando. Esas que nos hacen suspirar, que le dan sentido a nuestra vida, esas de las cuales escribimos, esas que sirven de inspiración para un cuento, una historia, esas que compartimos con nuestros seres queridos, esas que cuando recordamos a solas…nos hacen reír. Esas, que cuando estas en tu silla mecedora te dicen cuanto hemos disfrutado de la vida. Ah que delicias!
Sin embargo, hay otras experiencias de las cuales no hablamos y no compartimos por muchas razones. En ocasiones son muy dolorosas y el compartirlas nos hacen recordar cuan vulnerables somos. Nos llevan a revivir emociones que escondimos en esa “cajita” que todos tenemos. Ese “archivo temporero” que tememos tan siquiera acercarnos. Esa “cajita” que solo se abre cuando enfrentamos esos mismos temores. Cuando las experiencias del pasado dictan nuestras creencias del presente.
Entender como funcionamos y como nos enfrentamos a esas experiencias es un reto. Hay que quererlo. La realidad es que para comenzar…poco se habla de esto. Los sentimientos de tristeza, vergüenza, coraje, negación, entre otros, son sentimientos que no queremos compartir, mucho menos admitir. Nos encerramos y creamos un sub-mundo en nuestras vidas la cual celamos y protegemos y no dejamos que nadie entre. Miedo? Definitivamente. Pensamos que si escondemos esa “cajita” nuestra vida podrá continuar y nunca más se abrirá. La realidad de todo esto es que ese escenario es una falacea que hemos creado para evitar enfrentar la realidad… somos humanos y estamos llenos de emociones. Alegrías y Tristezas.
Cada vez que pienso en mis tristezas, pienso en mis alegrías. Cada vez que la vida me regala una experiencia difícil recuerdo las palabras de Khalil Gibran: “La tristeza y la alegría son inseparable. Todo aquello que hoy te causa alegría, mañana te causara tristeza. Todo aquello que hoy te cause tristeza mañana deleitara tu vida.”
Me ha tomado tiempo entender esto. Me ha tomado tiempo entender que la vida es mucho más sencilla que lo compleja que nosotros la hacemos. La vida se trata de elegir. Elegimos nuestro presente, el mismo que ya es pasado y el mismo que formo el futuro. Nosotros tenemos el poder de elegir si vivimos en esa tristeza y la interpretamos como negativo o si abrazamos la experiencia y tenemos fe y creemos que el Universo solo conspira para nuestro bien y no para hacernos mal. Que detrás de cada experiencia hay una razón que formara quienes somos. Acaso no es en los tiempos difíciles que descubrimos de que estamos hecho? Acaso no son los tiempos difíciles los que nos dan la fortaleza y la creencia en nosotros mismos de que venceremos?
Se lo que estas pensando ahora. Me lo imagino y lo puedo sentir, porque al igual que tu yo me hice las mismas preguntas. “De la boca es un mamey” “No es lo mismo escribirlo que vivirlo”, “Mi situación es más difícil que la tuya” y comenzamos a comparar, como si fuera un concurso del mas sufrido. Es cierto, es difícil. Digamoslo “a calzon quitao” y no estamos en la televisión. Es difícil, sobre todo cuando nos preguntamos si algún dia saldremos, si algún dia respiraremos. La realidad es que toda situación en la vida es temporera. Nada dura cien anos, excepto el departamento de hacienda.
Las experiencias difíciles nos llevan a través de una montana rusa llena de un vaivén de emociones. Momentos en que la tristeza se transforma en coraje, momentos en que la tristeza se transforma en silencio, momentos en que la tristeza se transforma en incredulidad. Y la pregunta nos la hacemos todo, como salgo de aquí. Y peor aun, algún dia saldré?
Primero, debemos entender que todos respondemos de maneras muy distintas a toda situación. Hay algunos que somos muy racionales y tomamos la situación como un rompecabezas. Buscamos alternativas, soluciones y muchas veces nos quedamos en la parálisis del análisis y nos sentimos más frustrados porque tenemos tantas alternativas y opciones, pero no tomamos ninguna acción. Hay otros que asumimos una posición negativa y de víctima. Le dejamos saber a todo el mundo cuan desgraciado somos y lo mal que la vida nos jugo. “Que trastada, eh, antes las cosas eran mejor”. Hay otros que hacemos un melodrama y vemos nuestra vida en la pantalla gigante como si fuera una película. Le añadimos otros elementos para que realmente sea una telenovela. Añoramos y visualizamos un futuro alentador, pero ese futuro nunca llega. Y hay otros que ni las experiencias de la vida nos “chupan la alegría”. La vida la vemos con optimismo y estas experiencias negativas son parte de la vida. “Hay que enrollarse las mangas, y bregar”. Porque menciono estas diferencias? Por que uno de los errores mas grandes que cometemos es compararnos con los demás y si lo hiciéramos para darnos cuenta que hay otros con complicaciones más graves que nosotros, pero no, es para auto-criticarnos y tomarnos mas pena. Una vez entendamos como respondemos podremos tenernos el amor y el cariño de poder pasar las próximas etapas.
Nosotros no tenemos una bola mágica para saber el porqué de estas experiencias. Sin embargo yo les puedo decir que las experiencias más difíciles que yo he vivido son las que me han hecho la persona que soy hoy. Sin las tristezas, no puedo valorar mis alegrías pues no tendría un punto de diferencia. Sin las tristezas no tendría la fuerza, la determinación y la creencia que tengo en mi misma. Sin las tristezas, no habré sentido la emoción más linda que tiene la vida…La alegría.
Recuerda amigo, Todo aquello que hoy te causa alegría, mañana te causara tristeza. Todo aquello que hoy te cause tristeza mañana deleitara tu vida.” La alegría y la tristeza son inseparables.