Debemos superar nuestro miedo al futuro, pero no lo lograremos por completo si no lo hacemos juntos. La "respuesta" a este miedo no es la coerción, ni la represión, así como tampoco la imposición de un "modelo" social a todo el mundo. La respuesta al miedo es el esfuerzo común para desarrollar la civilización del amor, con base en los valores universales de paz, solidaridad, justicia y libertad. Y el "alma" de la civilización del amor es la cultura de la libertad de las personas y de las naciones, que se vive con responsabilidad, solidaridad y desinterés.
No debemos temer al futuro.
No debemos temer al hombre.
No es por accidente que estamos aquí.