Perseverancia
Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia.
No lo puede el talento;
nada hay más común que los fracasados con talento.
No lo puede el genio;
el genio no retribuido es casi proverbial.
La cultura no lo puede;
el mundo está lleno de cultos derrotados.
La persistencia y la determinación lo pueden todo.
El lema «sigue adelante» siempre ha resuelto
y siempre resolverá los problemas de la raza humana.
Quienes han cultivado el hábito de la perseverancia parecen
disfrutar de una especie de seguro contra el fracaso.
No importan las veces que se vean derrotados; siempre terminan por subir
el último peldaño de la escalera.
A veces parece como si existiera un guía oculto cuya tarea consistiera en poner a prueba
a los hombres por medio de toda clase de experiencias descorazonadoras.
Aquellos que, después de la derrota, se levantan y siguen intentando llegar, terminan
por lograrlo; entonces, el mundo entero grita:
«¡Bravo! ¡Sabía que lo conseguirías!».
El guía oculto no permite que nadie disfrute de grandes logros sin pasar por la prueba
de la perseverancia.
Quienes no la superan tampoco llegan a donde quieren llegar.
D/A