AL PERRO LE GUSTARÍA
Al perro le gustaría
que su dueño le ladrase
y, ladrando, dialogase,
y se bajase hasta él.
Pero le conviene más
conocer la voz del amo
y entender que es un humano,
y hacerse humano también:
y, una vez compenetrados,
una vez que se ha subido,
puede, feliz, desprendido,
abandonarse a él con fe,
porque sabe que ese amo,
al que comprende y respeta
y ama y sigue e interpreta,
sólo actúa por su bien.
Pues, ¿qué diferencia hay,
en cuanto a Dios, con el hombre,
si el hombre, que es inferior,
quisiera que su Creador
se bajase a su nivel,
cuando es mejor para él
subirse al nivel más alto
y comprender que ese salto
será sólo por su bien
ya que, una vez elevado,
se identifican los dos
y surge una nueva vida
y el hombre, el alma transida,
se ve convertido en Dios?
DE EL VIAJE INTERIOR,
Francisco-Manuel Nácher López