Antes de poder atender a algo o a alguien, debo aprender a atenderme a mí mismo.
Me trato a mí mismo como me gustaría que me tratasen los demás.
En un minuto puedo cambiar mi actitud, y en ese minuto puedo cambiar el día entero.
Cuanto más cuido de mí mismo, menos resentimiento e irritación tengo, y más cariñoso me muestro conmigo mismo y con los demás.
Pensar sólo en mí mismo es como comer todos los días el plato favorito y otra vez el mismo plato, y otra, y otra, y otra, y otra.
Una de las mejores maneras en que puedo ayudar a otras personas consiste en ayudarlas a cuidar mejor de sí mismas y en premiarlas cuando lo hacen.
Cuando otras personas tienen buen cuidado de sí mismas, son más felices consigo mismas y también conmigo.
Incluso más que ser amado me importa ser amante.
Podemos tener juntos una relación maravillosa cuando yo la tenga conmigo y tú la tengas contigo.
Cuando todas las personas del mundo cuiden mejor de sí mismas, todo el mundo se sentirá mejor cuidado, y tal vez entonces, por fin, podamos empezar a cuidar más los unos de los otros.
Spencer Johnson
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