No dejes de ser tu mismo
¡Cuántas alas han batido desde el alborear de la vida!
¡Cuántas caídas han caído en su intento por subir!
¡Cuántos brotes se han secado buscando la imagen del árbol,
y cuantos otros se han multiplicado llenando el cielo!
¡Cuántas penas se han sembrado en el corazón del Mundo
y han dado bellas violetas al Mundo!
¡Cuántas espinas llenan los caminos y los llanos
y los montes del despertar!
¡Cuántos muertos ha dado la Vida
y cuántas vidas ha dado la muerte!
Desde dentro de tu corazón te digo:
No dejes que los ojos te engañen,
ni dejes que los oídos te engañen,
ni dejes que te engañen los pensamientos
que pasan por tí como nubes mecidas por
las circunstancias y los ambientes.
No dejes de ser tú mismo y descubre en ti
esas montañas que se levantan hacia el cielo,
esos valles que se adormecen con el sol,
esos ríos que se buscan a cada momento,
esos árboles que son tu respirar,
esos pajarillos que son tu esperanza y tu alegría.
Yo vengo de dentro de tí y mi voz es la Vida
y mis pasos son todos los pasos del hombre
cuando anduvo buscando al Hombre.
Despiértame en tí, porque tú eres más Yo en tí mismo
de lo que te hacen ver que eres fuera de Mí.
Del libro Así Hablaba Quetzacoatl, Caitl Acotl