Todos los Universos…
Sólo un canto quiero para mi corazón
y un camino para mis pasos.
Sólo un vuelo quiero para mi alma y una voz.
Del torrente he tomado el impulso.
Del águila he tomado su discernimiento.
He aprendido a elevarme por encima de las
circunstancias que empañan los momentos que
forman a los días que forman los años de una existencia.
De las hierbas que bordean los caminos
he aprendido el sufrimiento.
He tomado del viento el estar en todas partes.
No dejo de estar en ninguna parte al ir de una a otra.
Del jilguero cautivo aprendí a cantar el sufrimiento
y del hucotl a olvidar la libertad para empezar a ser libre.
Del colibrí vi la utilidad de lo pequeño
y del gorrión la belleza de lo vulgar.
Y he aprendido del árbol el canto del desprendimiento
sin pedir nada. Entre sus ramas he visto la lucha
de las polaridades. He visto entre sus ramas todos
los universos y más allá de los universos.
Y he bajado a su raíz para tomar de ella
el gran ejemplo del silencio de lo oculto.
Después he visto que mi frente estaba llena de estrellas
y mis brazos eran nebulosas y mi pecho era un Sol de soles.
Y todo cuanto salía de mi boca era un canto
de todos los universos a la Existencia.
He abierto la boca y ví que nacían nuevos mundos.
He abierto los ojos y me ví fuera llenándolo todo.
Y he tomado un solo Canto para mi corazón
y un solo Camino para mis pasos.
Ese Camino es todos los caminos buscando:
Desde la rosa que busca al sol en su leve
vuelo por la primavera,
hasta las estrellas que buscan al Sol de las estrellas.
Del libro Así Hablaba Quetzacóatl.