|
General: Declaración de principios de la ocupación de la Ciudad de Nueva York
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 09/10/2011 06:05 |
En estos momentos en los que nos reunimos solidariamente para expresar un sentimiento de injusticia generalizada, no debemos perder de vista lo que nos ha unido. Escribimos estas palabras para que todos aquellos que se sientan agraviados por los poderes corporativos del mundo sepan que nosotros también estamos a su lado.
Como un solo ser, unidos, nos encontramos ante una realidad en la que el futuro de la especie humana depende de la cooperación de sus miembros; en la que nuestro sistema debe proteger nuestros derechos y, en caso de que el sistema se corrompa, queda en manos de las personas proteger sus propios derechos y los de sus vecinos; en la que un gobierno democrático deriva su competencia legítima de su pueblo, pero las corporaciones no piden permiso para expoliar la riqueza de la gente o de la Tierra; y en la que no es posible una democracia real, cuando el proceso depende de los poderes económicos. Apelamos a ustedes en un momento en el que las corporaciones, que ponen por encima el beneficio a las personas, sus propios intereses a la justicia, y la opresión a la igualdad, son las que manejan nuestros gobiernos. Nos hemos reunido aquí pacíficamente, pues es nuestro derecho, para que se conozcan estos hechos.
Las corporaciones se han quedado con nuestras casas mediante procesos ilegales de ejecución hipotecaria, a pesar de no contar con la hipoteca original.
Con total impunidad, se han quedado con los rescates provenientes del dinero de los contribuyentes, al mismo tiempo que continúan concediéndoles exorbitantes primas a sus directivos.
Han perpetuado la desigualdad y la discriminación en el entorno laboral en función de la edad, el color de la piel, el sexo, la identidad de género y la orientación sexual.
Han emponzoñado las reservas alimenticias por su negligencia, y han minado el sistema agrario mediante la monopolización.
Han sacado provecho de la tortura, la reclusión y el trato cruel de innumerables animales, y se han puesto de acuerdo para ocultar dichas prácticas.
Han tratado constantemente de despojar a sus empleados de sus derechos a la hora de negociar un aumento de sueldo o unas condiciones laborales más seguras.
Han esclavizado a los estudiantes con decenas de miles de dólares en deudas para recibir una educación, que es en sí misma un derecho fundamental de los seres humanos.
Han externalizado sistemáticamente la mano de obra y empleado dicha externalización como medida de presión para recortar la asistencia sanitaria y el sueldo de los trabajadores.
Han manipulado a los tribunales para obtener los mismos derechos que las personas, sin que recaiga sobre ellas ningún tipo de culpabilidad o responsabilidad.
Han despilfarrado millones de dólares en equipos de asesoramiento jurídico para encontrar el modo de librarse de contratos de cara a las coberturas sanitarias.
Han comerciado con nuestra privacidad como si fuera una materia prima más.
Han empleado las fuerzas militares y policiales para impedir la libertad de prensa. Se han negado deliberadamente a retirar del mercado productos defectuosos que ponían en peligro vidas, únicamente en pro de su beneficio propio.
Son las que establecen las políticas económicas, a pesar de los fracasos catastróficos que dichas políticas han producido y continúan produciendo.
Han donado grandes sumas de dinero a los políticos, que son los responsables de dictar las normas que las regulan.
Continúan bloqueando formas alternativas de energía para que sigamos dependiendo del petróleo.
Continúan bloqueando los medicamentos genéricos que podrían salvar vidas o proporcionar una útil ayuda, únicamente con la intención de proteger sus inversiones que ya han producido sustanciosos beneficios.
Han ocultado deliberadamente derrames de petróleo, accidentes, fallos en la contabilidad e ingredientes inactivos, solamente en pro de su beneficio propio.
Han mantenido deliberadamente a la gente desinformada y con miedo, mediante su control de los medios de comunicación.
Han celebrado contratos privados para acabar con la vida de presos, incluso cuando se habían presentado dudas legítimas sobre la culpabilidad de los mismos.
Han perpetuado el colonialismo tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Han participado en actos de tortura y en el asesinato de civiles inocentes en el extranjero.
Continúan creando armas de destrucción masiva para ganar contratas con el gobierno.*
A la gente de todo el mundo:
Nosotros, la Asamblea General de la Ciudad de Nueva York que ocupa Wall Street en Liberty Square, les instamos a que reivindiquen su poder.
Ejerzan su derecho a reunirse pacíficamente; a ocupar el espacio público; a crear un proceso para gestionar los problemas a los que nos enfrentamos; y a generar soluciones accesibles para todos.
A todas las comunidades que entren en acción y formen grupos inspirados en la democracia directa, les ofrecemos apoyo, documentación y todos los recursos que tenemos a nuestra disposición.
¡Únanse a nosotros para que su voz también sea oída!
*Esta enumeración de agravios no es cerrada ni está completa.
Rebelion
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 8 de 8
Siguiente
Último
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 09/10/2011 06:37 |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 10/10/2011 04:16 |
|
|
|
De: Lalita2 |
Enviado: 10/10/2011 22:44 |
Tengo una amiga que esta allá, me da miedo le pase algo, pero ella está feliz y con mucha esperanza, me cuenta que se siente bien y acompañada. Quiera Dios todo sea para mejorar y que todos estén bien.
|
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 11/10/2011 03:03 |
Estara bien Lali, no te preocupes, cada dia son mas y las cosas cambiaron mucho.
A mi me gustaria poder presenciarlo aunque sea un poko de lejos, debe de ser impresionante de ver y oir |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 12/10/2011 04:53 |
Cuando recibí la llamada telefónica de una radio en Miami, la coordinadora de un programa me dijo: "Queremos que nos ofrezca un comentario sobre los inadaptados que están protestando en Wall Street". Esta fue la tercera llamada de una radio que, como Editor del semanario La Tribuna Hispana USA, recibí (las dos anteriores fueron desde Argentina) después de haber escrito un par de artículos de análisis sobre el movimiento "A Ocupar Wall Street". Yo accedí a la entrevista, que se realizaría unos días después, pero me quede pensando: Por qué esta persona –así como muchos medios de comunicación– llaman "inadaptados" a los que se han unido al movimiento "A Ocupar Wall Street". Desde un punto de vista, este adjetivo calificativo es correcto. Sí, los que están allí son unos inadaptados. Pero, desde otro enfoque, ellos NO son unos inadaptados sociales o hippies revoltosos anti capitalistas, como varios medios de comunicación los llaman despectivamente. Ellos son gente del pueblo, el 99%, que NO se quieren ADAPTAR al futuro que les está imponiendo la clase dominante, los verdaderos dueños del poder: el 1% de la población. Ellos NO se quieren ADAPTAR a vivir endeudados toda su vida con los préstamos estudiantiles forzados a obtener para lograr un grado universitario o endeudados con tarjetas de crédito virtualmente impagables por los voraces intereses bancarios –una variante, individualizada, de las deudas impagables de los países del Tercer Mundo–; NO se quieren ADAPTAR a la nueva economía de servicios donde solo hay empleos de bajos salarios, porque los empleos donde antes se ganaban bien han sido exportados al extranjero, a causa de la desindustrialización del país causada por la avaricia corporativa y los manipuladores de Wall Street.
NO se quieren ADAPTAR a tener que vivir en refugios o en cuartos alquilados porque la avaricia de las instituciones financieras –a pesar de las advertencias del FBI– causaron una burbuja inmobiliaria a través de procesos fraudulentos, lo que ha causado que millones de familias pierdan sus casas o estén en ese proceso; NO se quieren ADAPTAR a un futuro donde no puedan tener una independencia financiera y estén obligados a vivir en las casas de sus padres y postergar decisiones importantes en sus vidas porque, aun con un título universitario, sus perspectivas de ascenso social y económico, como la tuvieron sus abuelos y padres, virtualmente no existen. Por eso, y por muchas razones más, ellos NO se quieren ADAPTAR al nuevo sistema de esclavización financiera y explotación laboral, impuesto por los dueños del sistema-mundo capitalista. Y he aquí lo que algunos de los ocupantes Zuccotti Park, o la Plaza de la Libertad (donde está el campamento e improvisado cuartel general del movimiento Occupy Wall Street) expresaron en el reportaje "Who is occupying Wall Street? Not just your average Joe", de msnbc.msn.com.
Amigos y estudiantes en la universidad, Luis Lliguicota, 20, and Ashley Valdespino, 19, son además trabajadores a tiempo parcial quienes han tenido que tomar préstamos para pagar por su educación. Ellos estudian en un colegio universitario al norte de la Ciudad de Nueva York. ¿Por qué están aquí? Por “los préstamos estudiantiles y la ayuda financiera disponible. Básicamente, es un círculo vicioso de deuda... Yo ya debo dinero. Y pienso que la educación debe ser gratuita o al menos costo posible”, dice Valdespino. Lliguicota, quien trabaja en una bodega donde las horas de labor han sido cortadas, dice: "¿Cómo vamos a salir de la deuda si ni siquiera podemos ganar dinero? Trabajamos cada día que podemos, cada semana, viviendo cheque tras cheque”.
Sade Adona, 25 años y de Oakland, California, ahora residente en Brooklyn, ha estado viviendo en el campamento de Liberty Plaza desde finales de septiembre. Ella relató que en uno de sus tres trabajos, las horas que tenía fueron reducidas drásticamente, y en otro cortaron el programa donde ella estaba enseñando. Sus problemas financieros la obligaron a dejar su apartamento y dejar de estudiar el semestre en la escuela. Ella ahora renta un cuarto donde vive un amigo.
Jon Reiner, un neoyorquino de 49 y despedido tres veces desde el 2001 de empleos de ejecutivo de marketing, ha estado sin trabajo por cinco años a pesar de haber enviado más de 2,000 resumes. Ahora es un padre que debe quedarse en casa, con dos hijos. ¿Qué espera en que se convierta este movimiento? “Mi esperanza es que, como todos los grandes movimientos sociales, crezca en tamaño, número e influencia y, fundamentalmente, cambie las prioridades de nuestros funcionarios electos, que ellos crean que su obligación es servir a los individuos y no a las corporaciones”.
Una pareja de retirados de New York City, Elizabeth y Dennis Carbone, de 64 y 69 años. En un tiempo ellos tuvieron que vivir en un refugio, y ahora están en una disputa por el pago de su alquiler y pueden terminar en un refugio otra vez. Su hijo de 51 años murió de una enfermedad a principios de este año, a solo unos días de que su casa fuera embargada. ¿Por qué están aquí y que quieren? “El pueblo (norte)americano quiere un pedazo del pastel. Ellos (Wall Street y lo que representan) tienen más que suficiente… (a cauda de) la rampante avaricia”, dijo Elizabeth Carbone. Queremos "que traigan a casa a todas las tropas" y "remover el estatus de exención de impuestos... a cada casa de oración (iglesias)", agregó.
Las abuelas y amigas, Gloria Earls, de 66 años una maestra retirada de Middletown, Connecticut, y Sue VanDerzee, de 65 años y una editora de periódicos retirada de Durham, Connecticut, dicen que viajaron a Occupy Wall Street para protestar "contra la avaricia corporativa" y "porque estamos preocupadas por nuestros nietos, también... Yo quiero que nuestros nietos crezcan... en un mundo que los (norte)americanos solíamos crecer", dijo VanDerzee. ¿Qué es lo que quieren y que esperan?: "Que el dinero no influya en la política" y "detener las guerras", dijo VanDerzee. "Sí tiene que haber una revolución, este es el tiempo –y estaré deseosa de trabajar por ello”, dijo Earls.
Jim Weatherby, de 50 años y padre de tres niños adultos de New Britain, Connecticut, es un empleado estatal y su esposa es una maestra, quienes, dice él, son una familia de clase media que lucha para cubrir sus necesidades y no pueden ahorrar dinero porque el gran problema es que no pueden salir de las deudas de las tarjetas de crédito. "Los excesos de Wall Street, el colapso económico que ocurrió bajo George W. Bush y que llevó al rescate financiero, dos guerras innecesarias y mal administradas que han llevado a la situación económica que hoy vive el país... ha llegado el tiempo de que los ricos paguen su parte”.
Ocupa Wall Street y las Elecciones 2012
Las opiniones de estos manifestantes son solo unos mosaicos de un gran cuadro, que sirven como una ilustración para comprender cómo el actual sistema, controlado por el 1% en complicidad con la clase política de los partidos Republicano y Demócrata en el Capitolio y la Casa Blanca, no está funcionando para la mayoría de los norteamericanos. La misma expansión de las protestas de Ocupa Wall Street en 45 de los 50 estados del país, es un indicio de que estas manifestaciones no son únicamente el enojo de jóvenes entre 20 y 30 años, que ahora se les conoce como la "Generación Perdida", sino también de un vasto segmento de la sociedad inconforme con el futuro, de más pobreza y menos oportunidades, que los verdaderos dueños del país intentan imponerles. Como lo remarcó el economista —premio Nobel— Paul Krugman en su columna del New York Times: Estamos “viendo el surgir de un movimiento popular que, a diferencia del Tea Party, está furioso con la gente indicada”. Y agrega que “la acusación de los manifestantes contra Wall Street, como una fuerza destructiva, económica y políticamente, es completamente correcta”.
Y Krugman advierte que “ahora, con sindicatos y un número creciente de demócratas expresando por lo menos un apoyo calificado de los manifestantes, Ocupa Wall Street empieza a verse como un acto importante que eventualmente podría ser visto como un punto crítico”.
El punto crítico de una semilla que puede convertirse en algo nuevo porque, bajo el actual sistema, difícilmente podrá emerger algo mejor para el 99%.
En el 2012 habrá una elección presidencial y si el movimiento Ocupa Wall Street crece no solo en número sino también en influencia sobre la consciencia de la gente, éste puede convertirse en un jugador clave en las elecciones. ¿Cómo? De hecho, no con candidatos sino como un medio donde la inmensa mayoría de la gente pueda expresar que los partidos políticos oficiosos, el Republicano y el Demócrata, no son más una opción real.
Hay que recordar que alrededor de un 50 al 40 por ciento de la gente con derecho a votar no lo hace por una serie de razones, entre ellas porque no cree en los partidos políticos. Entonces si un amplio sector de esos votantes, así como muchos inconformes de los partidos actuales, puede mostrar una tercera opción —el voto en blanco o viciado— y que este iguale o supere al de los partidos tradicionales, esto puede ser un final y un renacimiento.
Luis Aguilar Rebelión |
|
|
|
De: Nati-U |
Enviado: 13/10/2011 00:32 |
Occupy Wall Street, ¿signos anunciadores de un “nuevo bloque social”?
El 17 de septiembre de 2011, en la onda de un llamamiento lanzado a finales de julio en la página Adbusters –una página que indica su voluntad “de cambiar la forma en que se difunde la información, sobre la que ejercen su poder las empresas y la forma en que las ideas se producen en nuestra sociedad”- los primeros “activistas” daban el pistoletazo de salida al movimiento Occupy Wall Street (OWS) en Nueva York.
La policía de Nueva York no les dejó plantar sus tiendas en medio del centro mundial de las finanzas. Lo hicieron en el Zucotti Park, situado bastante cerca del “Ground Zero”, en Lower Manhattan. La plaza ha sido rebautizada como “Liberty Square”, en referencia a Tahrir Square, en El Cairo.
Desde entonces, el movimiento se ha extendido a un gran número de ciudades a través de los Estados Unidos; más de 75 el 6 de octubre. Desde el comienzo de este mes, el apoyo de varias secciones de diferentes sindicatos y de diversas organizaciones de barrio (community groups) añadía una dimensión inusitada a este movimiento social.
Reagrupa a diversas fracciones de la sociedad: desde las personas cuya casa ha sido embargada (pues no podían pagar intereses hipotecarios usureros), pasando por los y las estudiantes endeudados hasta el cuello y que deben renunciar a la prosecución de sus estudios, hasta parados y múltiples marginados de una sociedad golpeada por la mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. El movimiento tiende a ampliarse a sectores de asalariados del sector público e incluso del privado. Una tendencia que debe aún confirmarse.
Dos consignas traducen el perfil del movimiento. La primera: “Somos el 99%”, implica que el 1% de la población manda y saca el mayor beneficio de este sistema. Esta relación entre el 99% y el 1% simboliza también la bipolarización fuertemente acentuada del reparto de la riqueza social producida en los Estados Unidos. La segunda: “Los bancos han sido reflotados. Nosotros hemos sido vendidos”. Dicho de otra forma, a su manera, es puesta en cuestión la política del gobierno y de los “dueños de Wall Street” –la fracción del capital financiero- que ejercen sobre las decisiones de la administración Obama una influencia determinante.
The New York Times del 8 de octubre de 2011 consagraba un artículo suplementario al OWS. Estaba centrado en el papel de las redes sociales en su organización, lo que permite borrar su contenido social. Sin embargo, Jennifer Preston se vió obligada a dar cuenta de los debates en curso a escala de los Estados Unidos: de una parte, la cuestión del empleo, “de la avaricia de las empresas y de los recortes presupuestarios”, de la otra, los problemas “más cercanos” a los que se enfrentan las poblaciones de diferentes ciudades.
Las brutales reacciones de la policía son también subrayadas. La policía de Nueva York no ha dudado en arrestar a 700 manifestantes, el 1 de octubre de 2011, cuando no bloqueaban, efectivamente, el puente de Brooklyn, contrariamente a lo que han afirmado los medios, a escala internacional.
OWS no cae del cielo Este movimiento y su dinámica no caen del cielo, en un país en el que más de 46 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza. Las últimas estadísticas sobre el empleo, la pobreza y una crisis de la que, de hecho, la economía capitalista estadounidense no ha salido jamás desde 2008 lo indican. La tasa de paro –sin contar los tiempos parciales impuestos con los salarios de miseria que les acompañan y las personas “desmoralizadas” que por tanto no buscan ya un empleo y están excluidas de las estadísticas- se sitúa en un 9,1%. En septiembre de 2011, la distribución del paro era la siguiente: 14 millones de parados y paradas registrados; 9,6 millones de “tiempos parciales involuntarios”, dicho de otra forma que buscan un empleo a tiempo completo y no lo encuentran; 2,6 millones “que están marginalmente en el mercado de trabajo”, en el sentido de que no buscan activamente (en el momento de la encuesta) un empleo. Es decir un total de 25,8 millones. En cuanto al número de parados y paradas que lo son desde hace más de seis meses, está casi al nivel pico alcanzado en la primavera de 2010, es decir el 44,6% en septiembre de 2011 (contra 45,6 en abril de 2010).
Sin embargo, la creación de empleos está a la baja en el curso de los cinco últimos meses de 2011. El paro va por tanto a subir en los meses que vienen; no solo bajo el efecto de la ralentización económica, sino porque el crecimiento de la población activa es superior a la creación de empleos.
A esto se añaden, ya, las reducciones permanentes de empleos en el sector público, particularmente a escala de las municipalidades y de los estados fuertemente endeudados. Unos 34.000 empleos públicos han sido suprimidos tan solo durante el mes de septiembre de 2011. La enseñanza secundaria ha sido el principal objetivo de las reducciones de efectivos: enseñantes, bibliotecarios, empleados administrativos, etc.
Heidi Shierholz del Economic Policy Institute efectúa la suma de la disminución de las y los asalariados de la enseñanza secundaria desde 2008 (es decir, 278.000) y el aumento del número de enseñantes que habría exigido el aumento del número de jóvenes que deberían ser escolarizados: 48.000. Dicho de otra forma, el foso “contable” entre la necesidad de enseñantes y el efectivo presente puede estimarse en 326.00 en lo que se refiere al sector público de la educación.
Sin embargo, entre 2008 y 2010, el número de niños que viven en la pobreza ha crecido en al menos 2,3 millones. Son precisamente esos jóvenes los que tendrían necesidad de un encuadramiento escolar más sólido y con más medios. Uno más de los numerosos compromisos que la Administración de Obama no ha respetado.
Solo estos hechos explican, seguro, el compromiso de los enseñantes, de sus sindicatos o de la Coalition for Public Education con los diversos movimientos OWS en las ciudades.
Esto tanto más cuanto que la revuelta social en Madison (Wisconsin) contra la política brutal de austeridad del gobernador Scott Walker ha marcado las conciencias de un sector de la población, por sus objetivos, sus modalidades de acción y la convergencia social que concretaba. En Madison, la acción y las iniciativas de los enseñantes han sido determinantes.
Encuentros que cambian Algunos reportajes sobre las diversas manifestaciones permiten captar una parte del estado de espíritu de sus participantes. Así, el 5 de octubre, en Nueva York, un asalariado de FedEx (la firma transnacional de logística) que se manifestaba con su uniforme de trabajo, confiaba a un periodista: “Intentan siempre echarnos más trabajo a la espalda. Efectuamos 40 entregas, quieren 50. Si hacemos 50, querrán 60”. No hay sindicato en su empresa. Confía: “Jamás he participado en una manifestación, es la primera vez para mí”. A su lado se encontraban algunos miles de estudiantes de la New York University, de la Columbia University y de la New School.
Tomando la palabra en esta ocasión, Bob Master del Communications Workers of America (uno de los dos sindicatos de asalariados y asalariadas de los medios de comunicación), declaró: “Mirad a vuestro alrededor. La democracia se parece a esto. Occupy Wall Street capta el espíritu de nuestro tiempo. Aquí, es Madison. Aquí, es El Cairo. Aquí, es Túnez. Occupy Wall Street ha iniciado un movimiento del que formamos parte en todo el mundo”.
Más allá del énfasis retórico, Master señala un rasgo de este movimiento que algunos querían, a sus comienzos, reducir a una expresión mimética por parte de algunos “indignados” que seguían la moda. En efecto, como movimientos sociales que hunden sus raíces en una sociedad conmocionada, OWS se ha convertido –de forma embrionaria- en el punto de encuentro y de reconocimiento mutuos de personas marcadas por un aislamiento social acentuado en esta fase del capitalismo. En el clima ambiente, ha imantado a organizaciones sociales más tradicionales, más de una vez sorprendidas.
A partir de ahí, para quienes han hecho estos últimos años la experiencia de las enormes dificultades para realizar luchas de resistencia social coronadas de éxito, siquiera parciales, este movimiento tiende a despejar el horizonte o, al menos, a revelar recursos que yacen en la llamada sociedad civil.
Danny Lucia, en la publicación de la ISO (International Socialist Organization), señala que los participantes en la marcha del 5 de octubre en Nueva York –a diferencia de las manifestaciones tradicionales organizadas por los sindicatos- se mezclaban, discutían sobre su propia situación, no desfilaban en “su” cortejo sindical. Y, al acabar la marcha, no se dispersaban inmediatamente para volver a su casa. Debatían entre ellos, escuchaban la intervención del cineasta Michael Moore o examinaban los libros donados a la “biblioteca de la libertad”.
Hay sin embargo que subrayar la importante participación, ese día, de las enfermeras y cuidadores, miembros del National Nurses United. En efecto, los ataques contra el sector de la salud pública están a la altura de los que se producen contra la educación. Lo que explica esta participación organizada.
Los rasgos de un programa social perturbador La diferencia entre el movimiento calificado de “Global Justice” de finales de los años 1990 –que se centraba en temas ligados a la puesta en cuestión de las políticas de la OMC (Organización Mundial del Comercio) así como del FMI y del Banco Mundial- y el OWS remite a la diferencia de la situación económica. La desolación social no tiene comparación. Además, el ataque del 11 de septiembre de 2001 había ofrecido, en bandeja, un arma a la administración Bush: forjar una unidad nacional y un alineamiento de los sindicatos que tenía contornos propios de los del período de la guerra fría.
De donde, en el contexto actual, se refuerza la exigencia para OWS, a fin de aumentar su audiencia y su capacidad para estimular la emergencia de un nuevo bloque social, de “ocupar conjuntamente” como sugieren, en sus acciones y sus propuestas, los sindicalistas activos, de combate. El movimiento –si se examinan sus diferentes expresiones en decenas de ciudades- puede tender a hacer converger reivindicaciones sobre la creación de empleos y contra los recortes en el sector público con los temas que estructuran la declaración inicial que afirma que “la verdadera democracia no puede ser alcanzada cuando el proceso (democrático) está sometido al poder económico”.
En la lista de las constataciones efectuadas el 20 de septiembre de 2011 por la asamblea de Nueva York se encuentran, de hecho, los elementos de un programa social de envergadura: “han cogido nuestras casas por medio de embargos ilegales, aunque sin estar en posesión del préstamo hipotecario inicial” (mecanismos propios de las subprimes); han reflotado los bancos de forma completamente impune sacando de las rentas arrancadas a los contribuyentes, cuando los dirigentes se conceden bonus exorbitantes”; “han profundizado la desigualdad y las discriminaciones en el lugar de trabajo, sobre la base de la edad, del color de la piel, del sexo o de la orientación sexual”; “han intentado sin cesar quitar a los y las asalariadas el derecho de negociar por un mejor salario o condiciones de trabajo más seguras”; “han tomado como rehenes a decenas de miles e estudiantes por medio de deudas de decenas de miles de dólares para pagar sus estudios, estudios que constituyen un derecho de la persona humana”; “sistemáticamente han subcontratado el trabajo y utilizado esta subcontratación como palanca para reducir el salario y la cobertura social de la salud”.
La lista continúa, abordando tanto cuestiones referidas a la crisis ecológica como las que se refieren a la política de los medios dominantes, las de las firmas farmacéuticas o a la utilización de la fuerza de trabajo de los emigrantes. En un artículo reproducido por Socialist Project (6 de octubre de 2011), Pham Binh cuenta las declaraciones de un participante en una de las manifestaciones: “Mark Purcell ha viajado desde el centro de Pensilvania para participar en la OWS y afirma que quiere integrarse en toda ocupación que se organizara en Filadelfia. Mark cuenta que comprendió que el sistema estaba completamente podrido cuando trabajó en un depósito de mercancías en Allentown (Pensilvania) como obrero eventual. Afirmaba que las empresas se aprovechaban de los emigrantes sin papeles en la medida en que no disponían de ningún derecho en el plano legal o de ninguna protección. En el momento en que se quejó de sus condiciones de trabajo, la empresa para la que trabajaba le indicó que tenía que dirigirse a la agencia de trabajo temporal y ésta le despidió. Estaba furioso de que esas empresas subcontraten el trabajo a esas agencias y utilicen esto para esquivar sus responsabilidades en lo que concierne a las condiciones de trabajo”.
“Ocupar conjuntamente” Las informaciones sobre el movimiento OWS se multiplican. Algunos aspectos merecen sin embargo ser puestos de relieve en la medida en que podrían indicar los elementos de un proceso social nuevo.
Así, en Nueva York, Jenny Brown y Mischa Gaus informaban en el boletín Labor Notes del 6 de octubre de 2011: “En Nueva York (el 5 de octubre) las banderas, las pancartas, las gorras y las camisetas indicaban la presencia de trabajadores de trenes y autobuses, del metro y de los empleados de la administración universitaria, músicos, empleados y empleadas de los grandes almacenes, enseñantes y asalariados del sector de la salud. Pero una mayoría de los manifestantes parecían no ser miembros de ningún sindicato”.
Sin embargo, fue la ocasión para militantes sindicalistas de recordar que ciertas consignas –muy justas como: “Han reflotado los bancos; nos han vendido”- hacían eco a luchas obreras, como la realizada contra el cierre de la empresa Republic Windows and Doors, en 2008 en Chicago; o también la de los asalariados y asalariadas del sector de la telefonía fija de la imponente firma Verizon.
Estos combates y sus fracasos pueden alimentar numerosas reflexiones e inscribir las acciones –diversas y creativas- del OWS en una historia política y social. Pasado y presente se entrelazan para dibujar, quizá, el futuro.
A partir de ahí, el apoyo del Local 100 del New York Transport Workers es de una gran importancia, a la luz del impacto de la huelga realizada en 2005. Marvin Holland, responsable de la actividad en los barrios de este sindicato –que representa en Nueva York a 38.000 chóferes de autobús y de tren-, declara: “Apoyamos Occupy Wall Street porque estamos de acuerdo al 99% con lo que sus participantes dicen. Tienen al 100% razón en que los bancos están en el origen del problema. Tenemos miembros del TWU (Transport Union Workers), Local 100, presentes aquí desde el primer día”. En el fondo surge una idea fuerza: “Ocupemos conjuntamente”.
El presidente del TWU, Local 100, John Samuelson, en una entrevista dada en una cadena de televisión explica: “Hay un clima de desesperanza, creo, entre los trabajadores y las familias de trabajadores en este país; lo que la gente del gobierno no ha comprendido. Hay muchos millonarios en el Congreso que no tienen ninguna idea de lo que significa alimentar a un niño o pagar una matrícula o los intereses de un préstamo hipotecario. Hay mucha gente en el gobierno que ya no tiene contacto con el mundo real. Estas protestas han puesto a la luz la disparidad de la riqueza en los Estados Unidos tal como se ha desarrollado durante los últimos decenios. Pienso que una de las grandes ventajas ligadas al hecho de que el movimiento obrero organizado entre en este combate puede residir en su capacidad de articular este mensaje… en nombre de las familias de asalariados, estén o no sindicados sus miembros”. Se puede esperar, en la medida de que la presencia sindical no busque borrar el aspecto plural del movimiento.
Esta presencia de los activistas, de los militantes sindicales y de la izquierda política organizada se encuentra en las principales ciudades, en grados diversos. Así, en Los Ángeles, donde la ocupación se ha organizado ante el edificio municipal, miembros del SEIU (Service Employees International Union), Local 1021, se han sumado muy rápidamente al OWS. Este sindicato es uno de los pocos que se refuerzan en los Estados Unidos.
Frente a la crisis financiera y a los embargos de casas, la consigna de “Hacer pagar a los bancos” se ha convertido en un punto de convergencia. El 6 de octubre se produjo la unión con la Alliance of Californians for Community Empowerment (ACCE) que expresa una real actividad a escala de los barrios para la defensa de la vivienda, de la salud o de la educación. Este tipo de lazos se manifiesta en numerosas ciudades. Lo que suscita discusiones sobre las modalidades de organización del movimiento a fin de asegurar la presencia, en asambleas, de asalariados y asalariadas que tienen un empleo y una organización de su vida cotidiana que difiere de una fracción activa y militante del OWS.
La emergencia de este movimiento puede dejar entrever un desplazamiento, incluso aún muy limitado, de las líneas del plano político. Dicho de otra forma, la bipolarización Tea Party de un lado y, del otro, gobierno Obama –con su cortejo de decepciones- podría verse turbada. Lo que aumentaría las posibilidades para una intervención social y política que se apoyaría en un actor que no estaría preso de este dilema sesgado.
Pero no vayamos demasiado rápidos. La capacidad de control y de canalización del Partido Demócrata, en particular a escala local, sigue siendo fuerte. Las declaraciones iniciales de Obama son un signo de ello.
Viento Sur |
|
|
|
De: Marti2 |
Enviado: 13/10/2011 05:10 |
Buen articulo mani, gracias |
|
|
Primer
Anterior
2 a 8 de 8
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|