Es mucho tiempo el tiempo del olvido, pero es más tiempo el tiempo del silencio; ese no estar, estando en los umbrales, el no gritar teniendo el alarido; eso de andar sembrando para adentro la plural agonía del exilio. Es mucho tiempo el tiempo de la lágrima, pero es más tiempo el tiempo sin latidos, el corazón partido en las esquinas y aquella ausencia gris que es el vacío.