"No sabíamos que era ecológico. Simplemente tenía sentido´´, afirmó el gerente de la ciudad, Jeff Ball.
La energía térmica, desconocida en la mayor parte de Estados Unidos, contribuye a 0,5% de la producción energética nacional.
Se puede ver en funcionamiento cuando la nieve cae en algunos pueblos del oeste como Klamath Falls, pues las piedras calientes están cerca de la superficie y cuentan con el agua suficiente para llevar la energía al exterior.
El complejo de energía térmica más grande del mundo se encuentra en el norte de California. Los géiseres, a 120 kilómetros al norte de San Francisco (75 millas), producen suficiente electricidad para 750.000 hogares.
Por su parte, con más de 600 pozos geotérmicos calentando casas, escuelas y un hospital, así como encendiendo la turbina de una pequeña planta de energía, Klamath Fallas muestra cómo podría ser la vida diaria si fondos federales y capitalistas emprendedores ayudaran a transformar a la energía geotérmica de una curiosidad occidental a un recurso que cambie el panorama energético.
Hasta ahora, la energía térmica ha sido limitada por la presencia de tres ingredientes esenciales que deben coincidir en la naturaleza: rocas calientes relativamente cercanas a la superficie, agua y grietas en las rocas que hacen las veces de reservorios.
Esas limitaciones desaparecerán si los ingenieros logran manejar un tipo de tecnología llamado Potenciador de Sistemas Geotérmicos (EGS, por las siglas en inglés).
Un informe de 2007 del Instituto Tecnológico de Massachusetts calcula que el EGS, con asistencia, podría producir 110 gigavatios de electricidad, lo equivalente a 1.000 fábricas de carbón, de aquí a 2050, y tiene el potencial de cubrir un gran porcentaje de las necesidades energéticas de Estados Unidos por los próximos siglos.
"Si quiere lograr un cambio transformador en este país, la energía geotérmica debería ser parte de la receta´´, dijo Jefferson Tester, presidente del comité que realizó el informe y profesor de energía sostenible en la Universidad de Cornell.
El principal problema que presenta el EGS es que potencialmente podría producir terremotos. Inyectar agua en un terreno para dejar numerosas fracturas en las rocas y crear un reservorio hace que la tierra se mueva: lo que los científicos llaman "sismicidad inducida´´.
Los terremotos suspendieron un proyecto de EGS en Basel, Suiza, el año pasado. Se desarrolló un protocolo para supervisar y mitigar los problemas sísmicos.
Siempre y cuando los pozos no estén cerca de grandes fallas geológicas, "no es dañino, pero sí crea mucho descontento en la comunidad que vive literalmente arriba´´, afirmó Ernie Majer, un sismólogo del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en California y principal autor del protocolo.
En Estados Unidos, el gobierno está invirtiendo en 123 proyectos _que incluyen plantas energéticas, fractura de rocas, exploración y perforaciones_ en 38 estados, a fin de demostrar el potencial de la tecnología EGS.
El País Digital